2013
UN MENSAJE
DE
ESPERANZA
FRENTE A
NUESTRA
DECADENCIA .
Por :
Jorge R.
Enríquez.
En ningún país del mundo rige la absoluta libertad de mercado. Nadie discute seriamente que el Estado debe ejercer alguna forma de intervención, aunque más no sea para garantizar que esa libertad se desarrolle efectivamente, sin monopolios u oligopolios. Lo que varía de país a país -y dentro de cada país en función de sus cambios políticos- es el grado, el alcance de esta intervención.
Pero en todos los casos de economías avanzadas, el principio que rige es el de la libertad de producción y de comercio, matizada por regulaciones establecidas por leyes, con carácter general.
Lo que estamos viviendo en la Argentina es algo completamente ajeno a esos estándares. La creciente estatización e intervención de nuestra economía no se funda en ningún principio general, sino en la más absoluta arbitrariedad, en el mero capricho de los funcionarios.
La encarnación de ese modus operandi es Guillermo Moreno, el Secretario de Comercio. Moreno gestiona su cartera a base de aprietes, amenazas, insultos y golpes de teléfono. No deja las huellas de sus decisiones en actos administrativos, que necesariamente deben ser fundados, sino en órdenes verbales, en persona o por teléfono.
LA MORENO CARD
Su última extravagancia es un proyecto para que en los supermercados sólo se pueda utilizar una tarjeta de crédito del Banco Nación, que les cobraría a esos establecimientos una comisión menor que otras.
Si el Banco Nación puede cobrar una comisión baja en su tarjeta de crédito, bienvenido. Podrá discutirse, en todo caso, si puede hacerlo por una correcta administración de sus recursos o como una nueva forma de despilfarro del Estado. Pero, ¿por qué prohibir las demás tarjetas? ¿Por qué no dejar que los comerciantes y los consumidores decidan libremente qué tarjeta usar?
Se trata de algo mucho más grave que una cuestión de conveniencia económica. Son nuestras libertades las que están en juego. La libertad de comercio, de ejercer toda industria lícita, así como la defensa de la competencia, que incorporó como atribución del Congreso la reforma constitucional de 1994.
El cerco sobre esas libertades se va cerrando cada vez más, ante el silencio de los primeros que deberían reaccionar.
MORENO LE LADRA AL DÓLAR
Apenas llegada de su viaje al Vaticano, en medio de una drástica suba del precio del dólar blue, la señora de Kirchner convocó de urgencia a Olivos a lo que por primera vez se denominó "equipo económico".
No sabíamos hasta ahora que tal equipo existía. Y seguimos teniendo la sospecha de que no es más que un título de ocasión. Porque para que haya un equipo debe haber una cierta organización, una coordinación y alguien que lidere y oriente los trabajos comunes.
Nada de eso ocurre en este caso. Reina la más absoluta anarquía. Lorenzino es formalmente el ministro de Economía, pero todos sabemos que tiene más peso en las decisiones su segundo, Kiciloff. Pero éste tampoco puede resolver mucho, ya que debe enfrentarse con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que mete las narices en todos los temas. La presidente del Banco Central, Marcó del Pont, parece cada día más pintada. El cepo cambiario, un tema propio de la institución que preside, fue tramitado como un asunto fiscal por parte de la AFIP.
Para colmo, Néstor Kirchner, aunque no tenía ninguna formación en esa materia, se interesaba por las cuestiones económicas y podía darle alguna unidad a funcionarios tan diversos, pero su viuda demuestra un notable desinterés por la gestión concreta y no ejerce ningún liderazgo en ese campo. La confusión de conceptos que tiene en el ámbito de la economía es alarmante, y pretende compensarla con la profusión de cifras aprendidas de memoria en sus kilométricos discursos.
En ese contexto, la suba del dólar marginal difícilmente pueda resolverse sin un giro copernicano de las políticas llevadas adelante hasta ahora.
Del cónclave de Olivos no salieron medidas en ese sentido, con sustento fiscal y monetario, sino nuevas bravuconadas de Moreno. Toda su ciencia consistió en llamar por teléfono a algunos operadores cambiarios y ordenarles a los gritos que vendan el dólar a 6$, en lugar de los 8,50/8,70 que llegó a alcanzar.
Esa medicina puede durar unos pocos días. A más gritos, mayor retracción de la oferta. ¿Quién querrá vender dólares ahora? Los que no se consigan en las casas de cambio se conseguirán en los "arbolitos" o en las transacciones particulares, a las que no llega la mano del Estado.
En el marasmo actual, el dólar seguirá siendo un refugio de valor para el pequeño ahorrista, le guste o no a Moreno. El gran problema a combatir es la inflación, pero mientras se lo niegue los parches que apliquen no servirán para nada.
El agravamiento de la economía provocará (es de manual en la Argentina) un mayor autoritarismo del gobierno, que a su turno profundizará la crisis económica.
El gobierno procurará en un año electoral tirar para adelante los problemas, pero los argentinos sabemos de sobra que tarde o temprano nos alcanzarán.
DÍAS FRANCISCANOS
Si su mensaje llegara verdaderamente a penetrar en el ánimo de nuestros gobernantes, la decadencia argentina -que es de raíz espiritual fundamentalmente- empezaría a quedar atrás.
Lo importante, de todas formas, es que ese mensaje ya llega a las personas comunes. Esta vez, acaso, el cambio se produzca desde abajo hacia arriba.
Acompañemos, cada uno desde su lugar, este notable acontecimiento para el mundo y para la Argentina.
¡¡¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCION!!!
Viernes 29 de marzo de 201
Dr. Jorge R. Enríquez
twitter: @enriquezjorge
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