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domingo, 30 de junio de 2013


   2013

¡Jueguen,
pero al
Scrabble!
Por :

Enrique Guillermo Avogadro.

“Si el conocimiento puede crear problemas . . .  
no es a través de la ignorancia 
que podemos solucionarlos”.

Isaac Asimov.

Ahora, que todos los pingos están en la cancha, la ciudadanía debería exigirles que, antes de la señal de partida –el 11 de agosto si, contra mi pronóstico, las primarias se realizan-, quienes han decidido “jugar”, o han sido elegido para eso, comiencen a traducir, en palabras, sus ideas y sus programas.                                      Porque es una degradación -¡una más!- que la política en la Argentina sea sólo una lucha entre nombres y caras y no entre plataformas que expliciten qué hará cada uno de los candidatos si triunfa y accede al Congreso. Me parece una total falta de respeto al electorado exigir a éste que dependa sólo de su imaginación para descifrar los gestos de los postulantes.
Es cierto que este siglo XXI parece haber transformado la política sobre todo en una competencia de marketing, en la cual gurúes presuntamente exitosos son importados para conducir las campañas electorales, pero me parece un insulto grave a los votantes.                               Que expertos en publicidad y ventas decidan, sobre la base de encuestas, qué debe decir y cómo tiene que actuar quien los contrata para ganar habla muy mal de la política, esa que, cuando cumplía su verdadero rol, obligaba a todos a expresar ideas y proyectos, caminos y soluciones para los problemas reales de los ciudadanos.
Hoy, se construyen así candidatos que pueden servir tanto para un roto como para un descosido, transformándolos en envases sin contenido, y resulta más relevante una imagen que una plataforma; desde el Gobierno, pero también desde cada reducto opositor, se premia o se castiga a cualquiera no por lo que piensa sino sólo por cómo actúa en función de con quién se reúne, con quién conversa, con quién negocia y, sobre todo, con quién comparte una fotografía.
 En función de esa inquietud, quiero formular algunas preguntas a los candidatos, para que cada uno de ellos arme, con las letras de las que dispongan, las palabras que nos expliquen, a quien deberemos votarlos, qué piensan hacer frente a cada problema concreto del país real. Pasaré a formular esas preguntas primarias: ¿Cómo se definirá Ud. y quienes lo sigan en la “lista sábana”  y qué medidas concretas adoptarán, …
1.     … frente a la Constitución Nacional, la estricta división tripartita de poderes y, sobre todo, a la posibilidad de la re-reelección?
2.    … frente a la necesidad de cambiar ese sistema de votación por la “lista única”?
3.    … frente a la definición y a la transparencia en la financiación de la política?
4.    … frente a la composición del Consejo de la Magistratura y a la forma de elección de sus integrantes?
5.    … frente a los organismos de control de la administración pública?
6.    … frente a la corrupción, la inseguridad ciudadana y, sobre todo, el narcotráfico, incluyendo el cuidado de nuestras fronteras?
7.    … frente al mundo, del cual cada vez estamos más alejados, incluyendo los problemas en el CIADI y en el Club de París y en las relaciones con Irán?
8.    … frente a la libertad de prensa y al reparto racional de la publicidad oficial?
9.    … frente a la economía, tanto en sus aspectos comerciales cuanto monetarios y en sus aristas internacionales, y cuáles serán los lineamientos generales en materia de participación e intervención del Estado en ella?
10. … frente al campo y a la industria, a la energía y a la minería, sobre todo en materia tributaria?
11.  … frente a la actual política impositiva, incluyendo la propia Ley de Coparticipación Federal?
12. … frente a la educación pública, en todos sus niveles?
13. … frente a la salud pública y a su infraestructura?
14. … frente a la defensa nacional y a las fuerzas armadas?
15. … frente a la política inmigratoria?
16. … frente a las recientes leyes de blanqueo y de lavado de dinero?
17. … frente a la inversión extranjera y al financiamiento de la infraestructura (caminos, trenes, puertos, comunicaciones y energía)?
18. … frente a la política de derechos humanos, pasados y presentes?
19. … frente a los subsidios, los planes sociales y la asignación universal por hijo?
20.… frente a la administración de las empresas públicas, como Aerolíneas Argentinas, Ciccone, Fabricaciones Militares, etc.?
 Como usted sabe, tengo para cada uno de esos temas una propuesta y, por supuesto, la pongo a disposición para su discusión; las puede ver en “La Argentina que quiero” (http://tinyurl.com/bla4n57).
Si bien es cierto que responder a estas preguntas básicas con claridad y con efectivo compromiso puede resultar doloroso para quien pretende obtener votos de todo el espectro ciudadano sólo mediante indefiniciones, vaguedades y sonrisas, o a través de inventados romances mediáticos, tendría el cierto beneficio de concitar el franco y permanente apoyo de quienes se sientan identificados con las ideas de cada candidato, además de mostrar respeto hacia los votantes.
 Sería deseable que los candidatos estuvieran obligados a debatir sus ideas en televisión, como se hace en casi todos los países civilizados del mundo; concretar esas discusiones públicas ante la ciudadanía implicaría cumplir dos objetivos simultáneos: el claro posicionamiento frente a cada problema concreto, y la construcción de un archivo de los compromisos asumidos.
 En el 2001, ante la crisis, pedimos . . .  
“que se vayan todos”; 
hoy, previendo la que viene, parecemos estar dispuestos a rogar “que venga alguien” y, frente a la suba del precio del pan por la escasez de trigo, me permito recordar a quienes nos gobiernan que la Revolución Francesa de 1789 se produjo cuando el mismo problema detonó la crisis existente, y se llevó puestas a las monarquías absolutas de Europa.
 Estas simples preguntas tal vez contribuyan a evitar una catástrofe como las que han comenzado a producirse, por razones totalmente distintas, en países como Brasil, Chile, Turquía, Siria, Egipto, Grecia o España. Porque, convengamos, cuando las grandes manifestaciones como las de septiembre, octubre y abril se repitan, y con certeza lo harán, todo puede ocurrir.
 Bs.As., 30 Jun 13
 Enrique Guillermo Avogadro
Abogado.

domingo, 23 de junio de 2013


   2013


Cristina,
cada 
vez
más turbada.

Por :
Enrique Guillermo Avogadro.

“Como los ‘aprendices de brujo’, 
habían desatado fuerzas,
que no sabían cómo controlar
sin invocar a la muerte,
hasta el fin”.

Héctor Ricardo Leis.


Bajo las órdenes de su única mariscala de la derrota, el cristinismo militante sigue avanzando, ahora convocado a una “batalla” contra quienes no están dispuestos a enterrarse con él. Cuál es el verdadero significado de esa palabra -que una Cristina, bipolar como nunca, utilizó ex profeso en los espectáculos circenses en que transformó la celebración por los cuatro siglos de la Universidad de Córdoba y el Día de la Bandera, en Rosario, cuando llegó a bailar el Himno Nacional ejecutado con ritmo de cumbia tumbera- lo descubriremos los argentinos rápidamente, a medida en que se acerquen los tiempos finales del “modelo”; conociendo el paño, nada bueno cabe esperar.
  Mi impresión es que la Corte, con su fallo de inconstitucionalidad de la “democratización” de la Justicia, le hizo un enorme favor. Imagine usted qué hubiera sucedido con “Ella” si la oposición, con una única lista de candidatos a consejeros, disponía de la facultad de expulsar a todos los jueces que, desde Comodoro Py, han garantizado diez años de impunidad a la familia imperial y sus cómplices.
 Quienes continúan declamando su fidelidad debieran comenzar a poner sus barbas en remojo. Las sociedades en general, y la nuestra muy especialmente, cuando sufre una crisis grave sale a buscar, con desesperación, alguien a quien echarle la culpa, a quien transferir la responsabilidad, la quite de sus propios hombros y le permita sentirse inocente, aún cuando la tragedia se haya debido a su voto.
 A partir de 2003, don Néstor (q.e.p.d.) escogió a los militares y, con el silencio cómplice y cobarde de toda la comunidad y hasta de sus camaradas, mandó a una multitud de ancianos a comparecer en juicios amañados (http://www.youtube.com/embed/tekIciiYVLk) y a morir en las cárceles, en condiciones infrahumanas.
 A diferencia de los actuales, que han ejercido el poder humillando tanto a propios y extraños, nadie odiaba a los funcionarios menemistas. 
Muchos de ellos, por lo demás, fueron incorporados por ambos cónyuges a su proyecto, y se transformaron en sus más obsecuentes defensores. Con la única excepción de María Julia Alsogaray y, ahora, del desastre de la causa de las armas, los demás se fueron a dormir en paz.
 Cuando la herencia de la “década ganada” pase a manos de nuevos ocupantes de la Casa Rosada, y la crisis exponga sus más lacerantes aspectos, los argentinos otra vez buscarán responsables que los exoneren de la culpa de haber votado, por amor a sus bolsillos, a la asociación ilícita que hoy nos gobierna. No habrá pacto de impunidad que, en esas condiciones, pueda garantizarles a los actuales funcionarios, tan odiados, libertad y fortuna, ya que los jueces federales, que nunca se venden sino que sólo se alquilan, habrán cambiado de locatario. En el hecho de que doña Cristina y sus cómplices ya lo han comprendido está la verdadera raíz del monumental ataque golpista que están llevando a cabo contra la Constitución y, por ende, la República.
 Un aspecto, que ya he resaltado en notas anteriores, tuvo una clara confirmación este jueves, en Rosario. Doña Cristina, de quien ya es lícito dudar acerca de sus facultades mentales, habló sólo para su núcleo duro, y agravió, una vez más, al resto de la ciudadanía. Con ello demostró, por si cabía a esta altura alguna duda, que su voluntad de perpetuarse en el poder no se apoyará en los votos que pudiera obtener seduciendo al electorado independiente, al que espanta con sus acciones, sino que, muy por el contrario, radicará en las curiosas “remedios y antibióticos” que dijo poseer.
 Porque, le pregunto, lector. 
Si usted quisiera ser presidente del club de su barrio,                                                                                                     ¿insultaría todos los días a los socios?                                                            o ¿iría cada noche a demoler las paredes de la sede? Si su vocación de ser electo –o re-reelecto- fuera sincera, resultaría obvio que usted no estaría centrando sus esperanzas en el sistema democrático, que está pensando en otro camino.
Ratificó así que, por delante, sólo tiene dos opciones, eventualmente combinados: el fraude o la violencia. El primero debería ser tan masivo que ya puede descartarse, al menos como exclusivo factor de una victoria. Así, por mera deducción, es seguro que recurrirá a la segunda, tal vez decretando la toma del Palacio de Tribunales, como anunció doña Bonafini.
 Porque, si bien es cierto que está en condiciones de aumentar el número de los ministros de la Corte Suprema, la designación de cada uno de los nuevos miembros requerirá el voto de los dos tercios del Senado, una meta absolutamente inalcanzable para un cristinismo que ya huele a flores marchitas. Y lo mismo sucederá si pretende una reforma constitucional, como la exigida por doña Carlotto, doña Conti, don Kunkel, don De Vido y varios corifeos más; todas las encuestas dicen que la ciudadanía se manifiesta contraria a la misma casi en un 75%, porcentaje que incluye a muchos oficialistas de buena fe.
 Anoche se cerraron, finalmente, las listas de quienes, en la mayoría de los casos solos, competirán en las abiertas de agosto, si éstas finalmente se realizan. Desde anoche, y pesar de la creencia generalizada, las PASO están un poco más lejos; la ciudadanía, pienso, tendería más a votar dentro de aquellas alianzas que ofrecen varias posibilidades, como la de centro-izquierda, que por las boletas que, por no tener rivales internos, resultarán menos atractivas para el ejercicio electoral; siempre resulta más convocante el voto decisorio que el meramente testimonial.
 Anoche también, el cristinismo –al menos, en su actual versión- recibió el tiro de gracia.                                            No sólo perderá en la ciudad de Buenos Aires, en Santa Fe, en Córdoba, en San Luis, en Mendoza, en Santa Cruz y, probablemente, en Chubut, sino que resulta probable que salga tercero en la crucial Provincia de Buenos Aires.                                                                     Con ello, seguramente morirá la última esperanza de una perpetuación democrática del “modelo”, dejando sólo alternativas violentas.
 Pero la gran duda nacional radica, precisamente, en el candidato con mejor imagen en la Provincia de Buenos Aires. Hasta hoy, y seguramente lo hará hasta octubre, Sergio Massa se ha reservado informar al público cómo votaran en el Congreso los diputados que su lista consiga imponer; en la medida en que, en lugares expectantes, aparecen nombres como los de Garfunkel o Daer, ambos militantes ultra-kirchneristas, ¿cabe esperar que no sumen sus alzadas manos cuanto la señora Presidente presente sus adefesios jurídicos disfrazados de proyectos de ley? La ciudadanía debiera exigir que, antes de recibir su aprobación, suscribieran un compromiso público en contra de la modificación de la Constitución y a favor de una Justicia independiente y veloz.
 En Brasil, el 0,5% de su población salió a la calle y puso en jaque al PT y a su marketinero modelo, tan impregnado de corrupción; aquí, en las marchas ciudadanas de septiembre, octubre y abril, se movilizó un porcentaje diez veces mayor sin que el Gobierno se sintiera compelido a revisar política o conducta alguna. Creo que la sociedad debe abandonar su proverbial anomia y, en paz, recurrir a todos los remedios democráticos para terminar con esta lacra que está matando a la República y cuyas pústulas y llagas nos han convertido en una payasada mundial, sólo comparable a la que encarna el Pajarico Chiquitico.
 La memoria del Gral. Manuel Belgrano, a quien debemos gran parte de nuestros ex-eternos laureles, nos lo exige.
Bs.As., 23 Jun 13
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado

sábado, 22 de junio de 2013


     2013


¡HASTA 


ACÁ! . .


DIJO LA CORTE.

Por :
Eduardo Mendoza.
Escritor español.
Colaboración:
Oscar Fernando Larrosa.

El martes pasado por la tarde la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina le dio un mensaje a los argentinos y fundamentalmente a Cristina Fernández de Kirchner.

Ese mensaje dice que el Poder Judicial de la República Argentina no está dispuesto a soportar que las ambiciones de los políticos de turno se lleven puesta la Constitución nacional. 

Porque la República Argentina es, en síntesis, su  Constitución nacional.
La Constitución representa los valores en los que nos fundamos como nación, en ella descansan y viven los ideales de gobierno limitado y división de poderes en que se basa nuestro sistema republicano. Valores cuya actualidad permanece inalterable desde 1853, o acaso no son los valores que recuperamos en 1983 y que en estos 30 años hemos tratado, como pudimos, a los tropiezos, mantener y defender.
El papel que en esa arquitectura se le ha asignado al Poder Judicial, a través de su Corte Suprema, es quizás el más difícil de los que repartió el constituyente, ya que los jueces forman parte del poder más débil y deben frenar a los poderes más fuertes. Ese freno es el que valientemente asumió la Corte Suprema esta semana al declarar la inconstitucionalidad de la reforma del Consejo de la Magistratura.
En los últimos meses el gobierno nacional a través de sus voceros ocasionales, diputados, senadores o ministros, todos genuflexos oportunistas ha llevado adelante una campaña subversiva para confundir maliciosamente a la sociedad.
Deliberadamente llamo subversiva a la conducta del 

Poder Ejecutivo, porque se ha dedicado a subvertir el verdadero sentido y significado de las instituciones, con el objeto único de adecuar a sus necesidades y ambiciones Constitución y leyes fundamentales de nuestra organización política.
La primera de las afirmaciones de esa campaña dirigida a desconstitucionalizar a nuestra sociedad, se fundó en que los tribunales no pueden declarar la inconstitucionalidad de las leyes sancionadas por el Congreso. 
Gran mentira, la esencia del Poder Judicial radica en la facultad de declarar inconstitucional cualquier norma jurídica –ley, decreto o resolución- que se oponga o contradiga a la Constitución nacional, sin importar que Poder del Estado haya sido el autor de dicha norma. 

Si no fuera legitima esa facultad como se entiende la declaración de inconstitucionalidad de las leyes que establecieron el punto final a los juicios de lesa humanidad.

Cualquier ley, decreto o resolución puede y debe ser declarada inconstitucional si se opone a la Constitución nacional, esto es lo que se llama “control de constitucionalidad” y así funciona en el mundo entero, salvo claro está en los países a los que es tan afín nuestro gobierno como Venezuela o Cuba, donde es una mera ficción y los jueces están llamados a dar barniz de legalidad al atropello de los derechos humanos por parte del Estado.

Otra mentira que ha sido profusamente vociferada para confundir a la sociedad es la crítica al Poder Judicial como poder “contra mayoritario”, en el sentido de que sus sentencias deben acompañar al gobierno en sus caprichos y qué de no hacerlo así atentan contra la voluntad popular.

Esta es una afirmación que roza la criminalidad, la naturaleza del Poder Judicial no es contra mayoritaria ni mayoritaria, la naturaleza del Poder Judicial en el edificio republicano de nuestra Constitución nacional radica en la doble función de administrar justicia y ser custodio de la supremacía de la Constitución nacional. 

Dicha supremacía constitucional, cuyo último guarda es la Corte Suprema, es el reaseguro previsto por el constituyente frente a eventuales desvíos de los otros poderes que atenten contra los derechos e instituciones por ella reconocidos.

En estos momentos aciagos de las instituciones democráticas en el que un gobierno autoritario, cerrado, agresivo y proclive a los vicios de los sistemas autocráticos y facistas pretende avanzar sobre las libertades individuales y las instituciones republicanas, es cuando debemos valorar la valentía de seis jueces que han puesto un límite a los desmanes del Poder Ejecutivo.

Frente al “vamos por todo” se ha levantado una sentencia que se sintetiza como “hasta acá llegaron”.


Sin embargo, esto ha sido sólo una de las muchas batallas que deberemos dar para defender a la Constitución nacional, y es a ella a quien ahora atacarán de lleno. 

Ya lo han anunciado, ya han comenzado a decirlo en los medios que dominan mayoritariamente y aunque lo niegue, es lo que Cristina Fernández de Kirchner alimenta y acaricia todas las noches, su proyecto de perpetuarse en el poder a cualquier costo. 

Ya está claro que la única manera de lograrlo será modificando o prescindiendo de la Constitución nacional, porque ella se cree una mujer sin límites y rodeada de enemigos.

Festejemos este Fallo de la Corte Suprema, pero seamos conscientes de que se avecina una reacción mayor que demandará un esfuerzo superior de todos los que creemos en que la libertad del individuo, es más importante que la voluntad de la colectividad, :
que el gobierno sin límites es una tiranía y que la democracia sin república es una dictadura de las mayorías. 

Salvando las distancias, podemos afirmar de este Fallo, como alguna vez lo hizo Winston Churchill que “…nunca tantos le debieron tanto a tan pocos”.

viernes, 21 de junio de 2013


   2013


Puerto


Madero


dignifica.

Por :

Alfredo Leuco.

En cualquier país serio del mundo, después de las denuncias del programa de Lanata, el gobierno se hubiera conmovido hasta sus cimientos. Sería un escándalo nacional y antipopular. Legisladores oficialistas y opositores deberían exigir la presencia de Cristina en el Congreso para que de explicaciones. Es que la impunidad fue pornográfica. Ocultaron kilos y kilos de carpetas de pruebas de La Rosadita, la cueva de lavado del poder, gracias a la lentitud cómplice del juez de la causa. ¿No son motivos suficientes para el juicio político? Pregunto: ¿También pesaban las pruebas que destruyeron?

Cada día que pasa aparecen mas indicios y certezas. Cada día que pasa se confirman todas las denuncias. Solo los fanáticos de Cristina no quieren ver la megacorrupción a cielo abierto. La mafia de negociados con el estado que convertía coimas y retornos millonarios en propiedades y en millones de euros que luego de pesarlos, se ocultaban en bóvedas, los sacaban del país para blanquearlos en guaridas fiscales y en cuentas secretas en Suiza.

Todo gira alrededor de dos ejes geográficos: la provincia de Santa Cruz, cuna del matrimonio Kirchner y su cómplice Lázaro Báez y la financiera y cueva llamada no casualmente La Rosadita que está ubicada en el edificio donde la presidenta tiene dos departamentos y 8 cocheras y vive el vicepresidente Amado Boudou. Por si no queda claro, estamos hablando de las dos mas altas autoridades del gobierno. Las cámaras de seguridad del edificio mostraron a los empleados de Báez, como hormiguitas, sacando todo tipo de bibliotatos y archivos en changuitos de supermercados. 
Es la confirmación de la magnitud de los delitos.
La participación de Daniel Perez Gadín, contador de Lázaro, en la expropiación de La Rosadita y en la compra de campos en Uruguay y Mendoza por casi 20 millones de dólares en billetes contantes y sonantes es innegable. 
Los viajes a Suiza con Martín Báez, los cientos de mensajes intercambiados entre Elaskar y Nicolás Wiñasky durante 40 días son demoledores. 
Elaskar y Fariña temen ser asesinados y está claro que fueron amenazados en varias oportunidades. 
El valijero dijo ayer que a Elaskar, le habían baleado el auto dos veces. 
Estamos hablando de una asociación ilícita dedicada al lavado de euros que venían del caso mas grave de corrupción de estado registrado desde 1983 . Insólitamente, es una de las truchadas en donde mas pruebas hay. 
En un momento, Elaskar le dice a Lanata que lo banca como “todos los que estamos podridos de tanta mierda”. 
Pero, después de ser amenazado, ante la justicia acusó al periodista de golpista y de querer derrocar al gobierno.
Las mismas acusaciones falsas que hacen algunos chupamedias del cristinismo. 
Es increíble como el gobierno utiliza a sus voceros de cuarta pero simultáneamente, no dice una palabra en forma oficial. 
El silencio de Cristina es impactante. 
Actúa como si hablaran de otra familia y no del hombre que fue socio de Néstor, que compartió la última cena íntima antes de morir, que solía jugar el fútbol en su chacra y que edificó y custiodia el faraónico mausoleo en el que descansan sus restos. La gravedad y la profundidad del agujero negro corrupto del kichnerismo no debe hacernos perder el buen humor. 
Por eso pregunto con ironía y parodiando a la presidenta: 
¿Quién fue el cómplice de Lázaro Báez? 
Multiple choise: San Martín, Belgrano o Néstor Kirchner.
La respuesta es de los oyentes. 
El que acierta se gana una botella del mejor Malbec de la flamante vinoteca de Lazaro. 
O un viaje a Suiza con escala en Panamá. 
O un vale para una visita al museo del modelo y la decada ganada en Madero Center. 
Ya se sabe: Calafate cumple, Puerto Madero dignifica.

    2013

No       
me
parece

Por :
José
Benegas.


La Corte Suprema de Justicia así como está es hoy la piedra fundamental en la que descansa lo que queda del sistema republicano. 
Amenazada sin vergüenza por el gobierno que la invita a ser “prudente”, léase, a no contradecirlo tanto en su plan de pervertir y someter al Poder Judicial. 
Pero aunque decida pronunciarse por la clara letra constitucional en el caso de la elección de miembros del Consejo de la Magistratura, vendrá un asalto tan anunciado como aquél golpe de marzo de 1976. 
Esto es el desbaratamiento de la Corte Suprema “imprudente” disponiendo un aumento de sus miembros y nombrando jueces militantes, lo que convertirá a lo que queda de Constitución en letra muerta.Esto en el país en el que todos se cuidan de no decir cosas feas y de respetar lo irrespetable, porque años de corrupción de la dineraria pero sobre todo de la otra, han dejado una versión de “prudencia” muy imprudente que se confunde con complacencia y complicidad. 
Ese es el llamado al Poder Judicial: sean tibios. 
Y no es que a nuestros jueces les falte vocación.
En su última etapa de avance el kirchnerismo se ha ido haciendo cada vez más obvio, pero en su obviedad no siempre encuentra respuestas de fondo. 
Es como un virus atacando a un cuerpo listo para recibirlo. Puede que parezca que de tan burdo lo de la “democratización de la justicia” los jueces están despiertos o a punto de despertarse de la siesta del relato, pero aún queda el desafío que el virus les va a presentar. 
Esto es, entender a la constitución como portadora de un sistema de valores o apenas como el manual de instrucciones de un aparato cuyo funcionamiento no se entiende que los encontrará sin respuestas en la próxima etapa.
Para lo último se han formado generaciones de abogados y magistrados en el positivismo jurídico cuando se lo interpreta, es decir como el permiso para no justificar, como la liberación del problema ético (y la ética encima interpretada como un “ser mansito”).
El positivismo jurídico reduce el problema de lo que es legal, a la lectura de las decisiones políticas emanadas del Congreso, o inclusive de la Constitución como mero código. Esto significa que todo lo que salga del Congreso es obligatorio, legal y (acá viene la trampa), justificado por si mismo. 
En realidad su mentor Hans Kelsen no pretendía justificar nada, sino crear una (fallida en mi opinión) teoría pura del derecho. 
Sin moral, sin filosofía, sin justificaciones.
Así han sido durante décadas los fallos y también las peticiones de los abogados resignados a vivir en un sistema autómata; lectores de artículos de códigos a los cuales obedecer, filosofando sobre la fatuidad más aplastante que se pueda imaginar, preguntándose de mil maneras “qué es” la cosa intrascendente que un legislador demagogo ha plasmado en la letra de un bodrio llamado con generosidad “ley”, publicado en el boletín oficial.
Ese esquema positivista alcanza para juzgar como inconstitucional la pretendida elección de miembros del Consejo de la Magistratura. 
Leen la Constitución, leen la ley y la contradicción es evidente. 
El positivismo jurídico les dirá que la norma superior ha sido contradicha por la inferior.
¿Qué es lo que no podrán contestar por esa vía? 
Pues el aumento de miembros de la Corte o la creación de cámaras de Casación para pasarse el sistema por donde les parezca. 
Porque resulta que la norma superior no se opone a tal cosa en su letra.
Para entender el problema con ese próximo asalto a la Constitución se debe apelar al sistema de valores implícito en la Constitución, lo que se llama su espíritu. 
Que no es que está fuera del ámbito jurídico, sino que es su parte más importante. 
Una república no es una máquina de producir decisiones políticas en cualquier sentido.
En paralelo a este proceso legal se desarrollo una suerte de versión desalmada de república, formalista, apenas cívica y tonta. 
Una república sin libertad. 
Acá viene el escándalo, una república sin liberalismo. 
Que es lo mismo que una lamparita de Edison sin electricidad. 
No se dividen poderes porque sea divertido o más lindo que un solo poder. 
Sólo se lo divide para debilitarlo, para someterlo a una competencia interna y a controles contra la arbitrariedad, a favor de los derechos individuales que son un componente esencial del sistema. 
No se puede ser republicano y creyente en el beneficio universal del estado. 
Eso es una ridiculez que es la gran oportunidad que vinieron a explotar nuestros tiranos del momento.
Si el estado es tan maravilloso para qué tenemos jueces independientes, tendrá razón Pichetto, aquél que eligió la mayoría para proveerle felicidad no tiene que ser molestado. Ni por los jueces ni por la prensa por cierto.
No es casual que nos haya ido tan mal y nos haya salido después de tantos resfríos el virus del Ebola. 
Los que se identifican con el sistema republicano y con el sistema de valores que sostiene son en nuestro sistema una minoría tan ínfima que no juegan ningún papel, más que el de predicar en el desierto.
Han hecho los K y los no K de una licuadora una máquina de lustrar zapatos. 
O lo que es lo mismo, de una república, un “estado de bienestar” o un sistema de reparto de riquezas, o de juzgamiento de intenciones, de control del comercio, de la industria, de la palabra. 
Y ni siquiera advierten los segundos la relación entre las cadenas a las que adhieren y la falta de libertad que ha hecho que el kirchnerismo avanzara en su totalitarismo casi sin sangre y sin protesta, imponiendo un miedo que no se compadece con amenazas reales del poder pero si con la dependencia económica agobiante.
Mi advertencia ahora no viene como reivindicación general de esos valores, es solo una alarma porque los repúblicos estatistas y positivistas no tienen las herramientas para juzgar lo que se viene, así como los tibios no las han tenido nunca para entender que lo peor del kirchnerismo fue el principio y no este final obvio.
La única forma de declarar inconstitucionales el aumento oportunista de los miembros de la Corte (así como la verdadera inconstitucionalidad de la ley de medios), es poner sobre la mesa los valores que en el fondo han condenado por sus privilegios. 
Estos derivan todos de la palabra “libertad”.
No se puede aumentar ahora el número de miembros de la Corte para nombrar militantes porque ese propósito siguiendo la línea histórica de los acontecimientos, las actitudes y el marco general, está sólo hecho para terminar con la independencia del Poder Judicial que protege nuestra libertad y para eso no hay ley formal que pueda estar por encima de los fundamentos y motivos últimos de la Constitución. 
No importa que haya pasado por todos los pasos reglamentarios que la letra de la propia Constitución.
La Constitución es un sistema que no empieza sino que termina en su letra y en todas las prohibiciones que le siguen en consecuencia. 
Empieza si en la rebelión de los sometidos, los privados, esos a los que se denomina con una palabra ya estigmatizada.
Es esto lo que los constituyentes pusieron sobre los hombros de los ministros de la Corte. 
Pero también de los ciudadanos. 
Y hay unos ciudadanos dedicados a la política que han asumido mayores responsabilidades que el resto.
Estar a la altura no se nada más que un problema de ánimo. A veces depende más de entender. 
Nada nos puede indignar si no hay dignidad. 
Y no hay dignidad sin los juicios de valor, que en nuestra cultura autómata han sido convertidos en desviaciones.

    2013


SISTEMÁTICO


ATAQUE.


Por :


Jorge R. Enríquez.

jrenriquez2000@gmail.com


El oficialismo quiso hacer una reforma constitucional mediante una simple ley, sin transitar por el procedimiento previsto por el artículo 30 de nuestra ley fundamental. La Corte Suprema actuó como debía, con celeridad y mediante un fallo que no necesita ahondar en complejidades jurídicas, porque la cuestión por resolver era diáfana, pero que realiza un desarrollo argumental didáctico en torno a los principios básicos del Estado constitucional de Derecho. 
Ese carácter docente no conviene en tiempos normales: las decisiones judiciales deben ser prescriptivas y ceñirse estrictamente al conflicto concreto que están llamadas a resolver.

Sin embargo, el sistemático ataque del Poder Ejecutivo a pilares de nuestro ordenamiento constitucional como la división de poderes o la independencia de los jueces, exigía en este caso que el alto tribunal recordara, en forma sencilla y clara, algunos de esos lineamientos, que son las grandes reglas de juego de la convivencia pacífica y civilizada.
Algunos legisladores y dirigentes kirchneristas se preguntaron, con intención peyorativa, por qué la Corte había actuado con tanta celeridad. Alguien en la Casa Rosada o en Olivos debería informarles que esa celeridad fue pedida por el gobierno de su líder cuando interpuso el recurso extraordinario por salto de instancia. Fue la presidenta de la Nación quien quiso saltear la instancia de la Cámara Nacional Electoral para que, debido a la gravedad institucional y la urgencia del caso, la Corte emitiera un fallo definitivo con gran rapidez. 
El per saltum , creado por el oficialismo a fines del año pasado para permitir la epopeya del 7-D, tuvo un destino más noble, que hubiera espantado a sus inspiradores: salvar a la República.

miércoles, 19 de junio de 2013

             2013




RECHAZO

A LA 

DISOLUCION


DE LA 

REPUBLICA 


NADA PARA FESTEJAR.

Salvamos la República, 

pero el atentado existió.

Cierto comentarista deportivo diría: 
“No lo grite, no lo cante”. 
Cuando se conoció el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación declarando inconstitucional le ley de reforma del Consejo de la Magistratura pergeñado por el cristinismo para hacer de la Justicia un engendro servil y funcional al Poder Ejecutivo, hubo quienes se alegraron. 
      La madurez en democracia nos enseñará que no hay nada que festejar. Tal vez lo único que nos debe tranquilizar es la celeridad y meridiana claridad con que nuestro tribunal supremo resolvió un tema que no merecía mayores disquisiciones. Pero como ciudadanos deberíamos estar muy preocupados por estar a merced de un gobierno totalitario que pretende sistemáticamente y por intereses político-partidarios mancillar nuestra ley fundamental. 
    Cristina Fernández de Kirchner fue constituyente en 1994 y votó la constitución que nos rige. 
     Ahora, mediante ilícitos artilugios para llegar a la suma del poder público impulsó leyes que pretenden disolver la primordial división de poderes que conforma nuestra esencia republicana y democrática. 
     En medio de los escándalos más aberrantes de corrupción que se hayan vivido en nuestro país, la Corte -per saltum mediante-, confirmó uno de tantos fallos anteriores. 
     Es tan triste como cierto que el tribunal haya debido recordarle al Ejecutivo que el Poder Judicial tiene la legitimidad democrática que le da la Constitución Nacional, que no se deriva de la elección directa. 
       Esto demuestra que la autoproclamada exitosa abogada fue reprobada en una materia tan cara para un primer mandatario como lo es Derecho Constitucional.                                                        La Procuradora General, Alejandra Gils Carbó no merece más que un juicio político de rápido trámite y la apertura de varias causas penales en su contra. 
Al igual varios diputados y senadores que se han llenado la boca de “derechos humanos” para luego tornarse en lobos de su propio rebaño. 
CABA, 18 de junio de 2013.