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domingo, 31 de marzo de 2013

       
          2013


UN MENSAJE 
DE
ESPERANZ
FRENTE A
NUESTRA 
DECADENCIA .
Por :

Jorge R.
Enríquez.


En ningún país del mundo rige la absoluta libertad de mercado. Nadie discute seriamente que el Estado debe ejercer alguna forma de intervención, aunque más no sea para garantizar que esa libertad se desarrolle efectivamente, sin monopolios u oligopolios. Lo que varía de país a país -y dentro de cada país en función de sus cambios políticos- es el grado, el alcance de esta intervención.

Pero en todos los casos de economías avanzadas, el principio que rige es el de la libertad de producción y de comercio, matizada por regulaciones establecidas por leyes, con carácter general.

Lo que estamos viviendo en la Argentina es algo completamente ajeno a esos estándares. La creciente estatización e intervención de nuestra economía no se funda en ningún principio general, sino en la más absoluta arbitrariedad, en el mero capricho de los funcionarios.

La encarnación de ese modus operandi es Guillermo Moreno, el Secretario de Comercio. Moreno gestiona su cartera a base de aprietes, amenazas, insultos y golpes de teléfono. No deja las huellas de sus decisiones en actos administrativos, que necesariamente deben ser fundados, sino en órdenes verbales, en persona o por teléfono.


LA MORENO CARD

Su última extravagancia es un proyecto para que en los supermercados sólo se pueda utilizar una tarjeta de crédito del Banco Nación, que les cobraría a esos establecimientos una comisión menor que otras. 

Si el Banco Nación puede cobrar una comisión baja en su tarjeta de crédito, bienvenido. Podrá discutirse, en todo caso, si puede hacerlo por una correcta administración de sus recursos o como una nueva forma de despilfarro del Estado. Pero, ¿por qué prohibir las demás tarjetas? ¿Por qué no dejar que los comerciantes y los consumidores decidan libremente qué tarjeta usar?

Se trata de algo mucho más grave que una cuestión de conveniencia económica. Son nuestras libertades las que están en juego. La libertad de comercio, de ejercer toda industria lícita, así como la defensa de la competencia, que incorporó como atribución del Congreso la reforma constitucional de 1994.

El cerco sobre esas libertades se va cerrando cada vez más, ante el silencio de los primeros que deberían reaccionar.

MORENO LE LADRA AL DÓLAR



Apenas llegada de su viaje al Vaticano, en medio de una drástica suba del precio del dólar blue, la señora de Kirchner convocó de urgencia a Olivos a lo que por primera vez se denominó "equipo económico".

No sabíamos hasta ahora que tal equipo existía. Y seguimos teniendo la sospecha de que no es más que un título de ocasión. Porque para que haya un equipo debe haber una cierta organización, una coordinación y alguien que lidere y oriente los trabajos comunes.

Nada de eso ocurre en este caso. Reina la más absoluta anarquía. Lorenzino es formalmente el ministro de Economía, pero todos sabemos que tiene más peso en las decisiones su segundo, Kiciloff. Pero éste tampoco puede resolver mucho, ya que debe enfrentarse con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que mete las narices en todos los temas. La presidente del Banco Central, Marcó del Pont, parece cada día más pintada. El cepo cambiario, un tema propio de la institución que preside, fue tramitado como un asunto fiscal por parte de la AFIP.

Para colmo, Néstor Kirchner, aunque no tenía ninguna formación en esa materia, se interesaba por las cuestiones económicas y podía darle alguna unidad a funcionarios tan diversos, pero su viuda demuestra un notable desinterés por la gestión concreta y no ejerce ningún liderazgo en ese campo. La confusión de conceptos que tiene en el ámbito de la economía es alarmante, y pretende compensarla con la profusión de cifras aprendidas de memoria en sus kilométricos discursos.

En ese contexto, la suba del dólar marginal difícilmente pueda resolverse sin un giro copernicano de las políticas llevadas adelante hasta ahora.

Del cónclave de Olivos no salieron medidas en ese sentido, con sustento fiscal y monetario, sino nuevas bravuconadas de Moreno. Toda su ciencia consistió en llamar por teléfono a algunos operadores cambiarios y ordenarles a los gritos que vendan el dólar a 6$, en lugar de los 8,50/8,70 que llegó a alcanzar.

Esa medicina puede durar unos pocos días. A más gritos, mayor retracción de la oferta. ¿Quién querrá vender dólares ahora? Los que no se consigan en las casas de cambio se conseguirán en los "arbolitos" o en las transacciones particulares, a las que no llega la mano del Estado.

En el marasmo actual, el dólar seguirá siendo un refugio de valor para el pequeño ahorrista, le guste o no a Moreno. El gran problema a combatir es la inflación, pero mientras se lo niegue los parches que apliquen no servirán para nada.

El agravamiento de la economía provocará (es de manual en la Argentina) un mayor autoritarismo del gobierno, que a su turno profundizará la crisis económica.

El gobierno procurará en un año electoral tirar para adelante los problemas, pero los argentinos sabemos de sobra que tarde o temprano nos alcanzarán.


DÍAS FRANCISCANOS

El Papa Francisco, por su parte, ya ha ganado los corazones no sólo de los católicos sino de todas las personas de buena voluntad del mundo entero. Su ejemplo de sencillez, de humildad, de desprendimiento es la contracara de la fiebre por el poder y el dinero mal habido que cunde en tantos lugares. 

Si su mensaje llegara verdaderamente a penetrar en el ánimo de nuestros gobernantes, la decadencia argentina -que es de raíz espiritual fundamentalmente- empezaría a quedar atrás.

Lo importante, de todas formas, es que ese mensaje ya llega a las personas comunes. Esta vez, acaso, el cambio se produzca desde abajo hacia arriba.

Acompañemos, cada uno desde su lugar, este notable acontecimiento para el mundo y para la Argentina.

¡¡¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCION!!!

Viernes 29 de marzo de 201
Dr. Jorge R. Enríquez
            twitter: @enriquezjorge

         2013



FERRICIDIO III:


HACERSE 


CARGO
DE SUS
Actos.
Por: 
Ernesto 
Bobek 
Cáceres.

   Abogado (Justa Causa)




Existen algunas teorías jurídicas que han sentado sólidas bases en la jurisprudencia universal. 
Un palpable ejemplo de ello es la doctrina de los actos propios, uno de cuyos mentores fue Luis Diez Picazo, catedrático y magistrado español. 
El Dr. Alejandro Borda sostiene criteriosamente que constituye una creación jurídica derivada del principio de la buena fe entre las partes, que sanciona como inadmisible toda pretensión lícita pero objetivamente contradictoria respecto del propio comportamiento anterior efectuado por el mismo sujeto. 
Estos preceptos, según pacífica doctrina son aplicables a la Administración Pública. 
Y es precisamente en esta instancia y en nuestro país, donde la sabia y coherente teoría irremisiblemente se hunde en las insondables profundidades de las conveniencias políticas de mayorías o minorías circunstanciales que desde el gobierno logran la aquiescencia o el silencio de quienes debieran como oposición ejercer el debido contralor constitucional de los actos de gobierno. De estas malas prácticas de los peores gobiernos podríamos extraer máximas tales como: “El Estado no permitirá que le hagas lo que el Estado te hace a ti”;
 “La Justicia es mejor o peor de acuerdo a si convalida lo que el gobierno quiere, así ese deseo viola la constitución”. 
Es en estos tiempos donde con mayor fuerza y desde distintos estamentos gubernamentales repica la absurda muletilla de la “Democratización de la Justicia” -pretensión inviable si la hay- desde donde se pretende domesticar magistrados para que fallen contra derecho. 
La sociedad mira expectante lo que acontecerá judicialmente con el ferricidio que en febrero de 2011 dejó un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos en un hecho que no fue accidental. Van a juicio oral 28 imputados, entre los que se encuentran ex funcionarios de primera línea del actual gobierno como Ricardo Jaime -éste imputado en muchas otras causas por gravísimos delitos en perjuicio de la administración pública-, Juan Pablo Schiavi, y Claudio Cirigliano. 
Muchos de estos con sus defensas van a pretender derivar las responsabilidades que indudablemente les caben hacia terceros, aprovechando las intrincadas marañas de la burocracia estatal. Y es acá donde los ciudadanos comprometidos e interesados en el cumplimiento irrestricto de la ley observarán atentamente el desarrollo del juicio oral que tendrá lugar por ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2. 
Como refiriera en “Ferricidio II. La Ruta del Dinero”, desde hace diez años se destinan unos dos millones de dólares diarios al sistema ferroviario, por lo que la investigación se deberá centrar en la ecuación “recursos derivados/recursos aplicados”. Y es así que de los 28 imputados, una gran parte deberá explicar qué se hizo con el dinero destinado a reparaciones y renovación de material, que evidentemente no llegó a destino, con desprecio por la salud y la vida del prójimo. 
Las penas por los delitos, a mi modesto entender con dolo por representación que de momento se les imputan, llegan hasta los 11 años de prisión (Descarrilamiento culposo y Fraude a la Administración Pública). 
Tras tanto dolor provocado en forma criminal a la sociedad, esencialmente las víctimas y sus familiares, llega el momento en que los responsables cumplan las penas de privación de libertad a que se han hecho acreedores, como asimismo sufragar de su peculio las indemnizaciones por la responsabilidad civil que le quepa a cada uno en mérito a los daños provocados. 
Son muchos los que ruegan que a los magistrados, -en quienes se deposita la mayor confianza de criterio e imparcialidad-, no les tiemble el pulso para que ante responsabilidades comprobadas apliquen penas de cumplimiento efectivo en establecimientos carcelarios sin ningún tipo de beneficio. El pueblo argentino no quiere ni pide venganza. Exige Justicia, que es ni más ni menos que lo que corresponde. 
CABA, 28 de marzo de 2013 

lunes, 25 de marzo de 2013


       2013

 

Cerrar 
la 
Puerta

por :

Enrique Guillermo Avogadro‏.

“Vamos bajando la cuesta
“que arriba en mi calle
“se acabó la fiesta”.      
 Joan Manuel Serrat.

Para comenzar, dos avisos parroquiales. 
El 10 de abril, a las 19:00, Carlos Manuel Acuña y yo daremos una charla en Quintana 161, Capital; si está en Buenos Aires entonces, lo esperaremos. 
Y el 18 de abril, todos los argentinos participaremos de una gigantesca concentración, que superará a la que logramos el 8 de noviembre; nos reuniremos en los mismos lugares y en todo el país.
Ahora, manos a la obra. Pese a que me había propuesto no escribir sobre la coyuntura y privilegiar los planes para el futuro, para no “comprar” la agenda que impone el Gobierno, la realidad es más fuerte –

“la única verdad”, ¿se acuerda?-
 y la aceleración de los tiempos me obliga a contradecir mis intenciones.
 La mala praxis, la torpeza y la ideología han desatado una tormenta económico-financiera de consecuencias impredecibles, ya que ha comenzado a hacer impacto sobre la base electoral más firme del oficialismo, la “patria subsidiada”. Los orígenes de este verdadero tsunami deben rastrearse (¡cuándo no!) en la corrupción y en el populismo.
 Los grandes males de nuestra actualidad vienen de lejos. 
La insana e imbécil política ganadera, anunciada como “proteger la mesa de los argentinos”, que llevó a la pérdida de doce millones de cabezas y a ceder nuestro secular papel como gran exportador a favor de Uruguay, Paraguay y, sobre todo, Brasil, fue anticipada, con precisión quirúrgica, en una nota “Lo inexplicable” (http://tinyurl.com/csqsd6w), de mayo de 2006; cuando aún no sabíamos de la rapacidad del kirchnerismo, y pensando que sólo se trataba de errores garrafales, otra nota “La crisis energética …” (http://tinyurl.com/a27q4ly) adelantó lo que sucedería en el sector que, hoy, resulta uno de los responsables de la carencia de dólares en el sistema.
 Más tarde, el inenarrable horror llegó de la mano del conocimiento público de la “compra” por la familia Eskenazi, entonces testaferros de don Néstor (q.e.p.d.), ya que nos enteramos de cuánto tenía de buscada esa crisis, con el único propósito de incorporar, a la ya inmensa fortuna de la familia imperial, el 25% de YPF. Si este hecho hubiera sido gratuito, ya era muy malo pero si, como dice Alieto Guadgni, le costó al país el equivalente a quinientos millones de cabezas, en reservas de gas y de petróleo, se convirtió en criminal. 
El Gobierno, y nosotros, estamos pagando por ello con importaciones crecientes de combustibles, aún en plena recesión, a precios cada vez mayores, a costa de una sangría de dólares imparable.
 Sin embargo, es el desenfrenado gasto público –gran parte del cual continúa destinándose a subsidiar al sector más pudiente de la Argentina, a través de congelamiento de precios al gas y a la energía, de Aerolíneas Argentinas, del “dólar turista” y del “dólar automóviles de lujo”- que crecerá aún más en un año electoral en el cual el oficialismo se jugará su supervivencia, hoy sostenido por una emisión de moneda que, el año pasado, llegó al 40%, el principal responsable de la inflación, que no cede aún en una economía paralizada.
 Las reservas monetarias han caído sensiblemente, y están constituidas, en gran medida, por papelitos de colores o “pagadiós” que el Gobierno deja en el Banco Central a cambio de los billetes verdes que no puede imprimir; la Reserva Federal estadounidense se ha negado de plano a conceder a Ciccone una franquicia al respecto, y doña Cristina no consigue flotar sobre un mar de petróleo, como su idolatrado Chávez (q.e.p.d.). 
Mis amigos economistas, en especial aquéllos que saben más de moneda, dicen que la paridad real (circulante contra reservas) ha superado ya a los $ 10 por dólar.
 Responder a estos males, en lugar de enderezar el rumbo, con medidas policiales, forma parte del argumento de una vieja película que los argentinos hemos visto infinidad de veces, y siempre terminó dolorosamente antes de que apareciera la inexorable palabra “fin”. 
Lo malo es que siempre fueron los espectadores comunes quienes llevaron la peor parte, sin haber logrado nunca aparecer, siquiera, entre los actores de reparto.
La fiesta organizada por el oficialismo desde sus orígenes, pero cuyo costo se ocultó desde que se intervino el Indec, se ha terminado y, como dijo Serrat en su canción 

vuelve el pobre a su pobreza, 
vuelve el rico a su riqueza 
y el señor cura a sus misas”.

Ha llegado, una vez más, la hora de pagar la cuenta y no dejo de pensar que, antes de irse, incendiarán Roma.
 Le he preguntado, muchas veces, si podemos vivir tres años más en este desmadre pero ahora, a pesar de saber cuánto subirán los costos para la Argentina hasta 2015, prefiero que, al menos esta vez, sean los responsables –públicos y privados- de este nuevo desastre quienes tengan que soportar la explosión entre sus manos, y para ello hay que cerrar cualquier puerta de escape, para evitar que se transformen en nuevas víctimas. 
Cuando ese momento llegue quizás, sólo quizás, seamos capaces de entender, de una vez y para siempre, que únicamente podremos sobrevivir como país si terminamos con los populismos y los abusos del poder, si volvemos a la República y a la Constitución y a la Ley y, sin encandilarnos con el progresismo, nos ponemos a trabajar por el progreso.
 Es cierto que será una ardua tarea, y que habrá marchas y contramarchas. No es fácil, después de tantas décadas, que aprendamos a no mirar al Estado como un padre dadivoso y severo y comenzamos a verlo como lo que debiera ser: simplemente, un administrador de los bienes públicos. No soy demasiado optimista, debo confesar. Hoy, el gran parte de los argentinos cree que debemos tener una línea aérea de bandera, o “Fútbol para todos”, o una irracional y absurda protección industrial, o una universidad con ingreso irrestricto y totalmente gratuita, o que no debemos endeudarnos con el exterior, o que es bueno estar en guerra permanente con el mundo.
Para salir de este marasmo, deberán tomarse medidas muy duras y, para hacerlas posibles, se requerirá de un masivo apoyo que sólo una profunda y terminal tragedia puede otorgar para quien emerja de ella como nuevo líder. No estoy hablando de un dictador, sino de alguien capaz de plantarse frente a la sociedad con un programa de gobierno, creíble y sustentable, y que asuma el irrevocable compromiso de respetar las instituciones y las libertades individuales.
 A pesar de la declamada crisis internacional -¡qué puntería tiene!; sólo nos afecta a nosotros, mientras que todos nuestros vecinos crecen y deben enfrentar la cotidiana lluvia de dólares que revaloriza sus monedas nacionales- la Argentina tiene una enorme oportunidad de cara al futuro, pero es requisito indispensable que se transforme en un país serio y considerado, que deje de ser el hazmerreír global, que entierre de una vez el pasado, que respete sus contratos y que cumpla sus obligaciones, que vuelva a tener una educación pública de excelencia, y que sea un faro de libertad y cultura para el mundo.
 Dios, con su infinita generosidad, nos permitió, una vez más, demostrar de qué somos capaces los argentinos como individuos. Es imperioso que, ahora, probemos que podemos trabajar en equipo, que podemos jugar todos juntos, para ser, simplemente, un país mejor.
Bs.As., 24 Mar 13
Enrique Guillermo Avogadro.
Abogado.

domingo, 24 de marzo de 2013


   2013 


UN RAYO 
FRANCISCANO 
EN LA 
POLÍTICA 

ARGENTINA.

Por :
Jorge R. Enríquez
Colaboracion:
Juan Jose Rosso.




La elección de 
Francisco fue como
 la caída de un rayo 
en la escena política 
argentina.


l

La elección de Francisco fue como la caída de un rayo en la escena política argentina. 
                  El kirchnerismo quedó en las primeras horas paralizado, sin atinar a dar ninguna respuesta articulada.
 Se desarrollaba la sesión en la Cámara de Diputados cuando se conoció la noticia y desde la oposición se solicitó un cuarto intermedio para que los legisladores pudieran escuchar las primeras palabras del Sumo Pontífice. 
                 El jefe del bloque oficialista, que no da un paso sin la orden de la presidente, no sabía bien qué hacer. Finalmente, ya sea por una decisión "superior" o por temor, no se concedió el cuarto intermedio.            
                 Luego se conocería el frío, escueto y distante texto de salutación al Papa de Cristina de Kichner. 
                 Un par de horas más tarde, ésta, en uno de esos cotidianos actos partidarios que realiza con la excusa de alguna inauguración intrascendente, habló 18 minutos y sobre el final le dedicó tres o cuatro al tema que en esos momentos conmovía al mundo. 
           Esas palabras fueron más reveladoras que la misiva oficial. 
           La presidente nunca mencionó al Pontífice por su nombre; sólo se congratuló de que fuera
"latinoamericano". 
            El hecho de que fuera, además, argentino, no pareció resultarle relevante. 
            No lo elogió, no destacó sus cualidades, pero sí se encargó de darle consejos y, de paso, de señalar que su gobierno realmente había formulado una opción por los pobres, y que por eso eran tan criticado. 
             Lo saliente fue el tono. 
        La señora de Kirchner gritaba, con el ceño fruncido.
            Como felicitación por una buena noticia, la voz y los gestos eran por lo menos curiosos... 
             Se notaba que el hecho la había afectado y que no podía disimularlo. 
              En la Legislatura porteña, cuando se iba a votar una declaración de beneplácito por la elección de Francisco, el kirchnerismo y algunos bloques aliados se retiraron.
              Pero las reacciones en el oficialismo no fueron, esta vez, monolíticas.
              A los improperios de Luis D´Elía, a las infundadas acusaciones de Horacio Verbitsky, no se sumaron todos. 
              Algunos, como Gabriel Mariotto, adoptaron una postura opuesta: elogiaron sin reservas al nuevo Papa. 
             Queda claro que Francisco, sin proponérselo -porque su alto magisterio está muy por encima de estas pequeñeces de pago chico-, es una piedra en el zapato del kirchnerismo. 
               De todas formas, luego de esa reacción inicial, hondamente visceral, y a la vista de la enorme empatía que Francisco despertaba entre todos los argentinos, la señora de Kirchner debió volver sobre sus pasos.
                 Así, anunció que viajaría a Roma y pidió una audiencia con el nuevo Papa.                   
                  El Cardenal Bergoglio había solicitado unas catorce veces audiencia con la presidente de la Nación, la que ni siquiera se dignó a contestar su pedido. 
                  Pero en cuanto se dio la situación contraria, es decir, la solicitud de audiencia de Cristina Kirchner a Francisco, éste se la concedió inmediatamente. 
                   No sólo eso: la honró con ser la primera Jefa de Estado a la que recibió; y en un almuerzo, que se desarrolló en un lapso prolongado, pleno de cortesía por parte del Santo Padre. 
                   ¡Qué formidable lección! ¿Sabrá aprenderla la presidenta? 
                     Pese a que en el encuentro se mostró cordial, es muy dudoso qué así sea.
                     No se cambia la personalidad de un día para el otro, y menos a los 60 años. 
                     Por lo pronto, ya en la reunión con el Papa demostró su constante desubicación.
                     Dijo en la conferencia de prensa posterior que le había pedido a Francisco su intermediación con Gran Bretaña por la cuestión de Malvinas. 
                      En primer lugar, esa cuestión era completamente ajena al objeto del encuentro, que era la salutación al Sumo Pontífice en nombre del pueblo argentino. 
                       Pero, además, ¿a quién se le puede ocurrir que Gran Bretaña aceptaría como mediador a un argentino, que por otra parte ha hecho declaraciones públicas sobre el tema en favor de la posición de su país? 
                       También, en esas declaraciones posteriores, la presidenta relató lo que según ella le dijo el Papa, quien podía surgir para un desprevenido, si le daba crédito a esos dichos, como un fervoroso kirchnerista. 
                     ¿Cuál va a ser la postura del kirchnerismo en adelante, superados los fastos de la asunción de Francisco?
                       Les es muy difícil seguir manteniéndolo como un enemigo, pero toda su política desde 2003 se basó en la construcción permanente de enemigos. 
                       Son horas de incertidumbre en la cúpula argentina. 
                         El factor Francisco es un elemento que aún no saben procesar. 
                       ¿Quién expresa la verdadera posición del kirchnerismo sobre el Papa por estas horas?                       ¿La Cristina Kirchner del miércoles, fría y desafiante? 
                      ¿La de la audiencia del lunes, cordial y afectuosa?
                     ¿La del acto de asunción de hoy, con los ojos llenos de lágrimas? 
                     ¿Horacio González, el director de la Biblioteca Nacional, que habla de "superchería" para denostar el sentimiento religioso de millones de argentinos?  
                     ¿Verbitsky, que destila su odio dominical inventándole a Francisco un pasado siniestro?
                     ¿D´Elía, que ve en la elección del Papa una nueva maniobra del imperialismo? 
                     ¿Carlotto, que le exige un "mea culpa"?  
                     ¿O Mariotto, que lo defiende en "6,7 y 8"? 
Lo cierto es que -hasta ahora, por lo menos- los funcionarios kirchneristas no dicen una sola palabra sin el aval, aunque sea implícito, de la presidente.  
                       Por lo tanto, no podemos creer que las declaraciones hostiles de varios de ellos sean espontáneas. 
                        Menos aún la línea editorial del programa "678", nave insignia del aparato propagandístico geoebelliano del gobierno. 
                        En consecuencia, es forzoso concluir que la misma mujer que derrocha simpatía regalándole un mate al Papa y afecta emoción al lagrimear en San Pedro es la que ordena que se lo ataque de un modo tan impiadoso. 
                          Abona esa interpretación un informe publicado en El Cronista Comercial, elaborado por el periodista Román Lejman, que afirma que en las horas previas al Cónclave la embajada argentina habría operado contra el Cardenal Bergoglio, mediante "dossiers" entregados a sus pares. 
                         En las próximas semanas tendremos indicios más firmes del rumbo del gobierno. 
                         También, del grado de tolerancia de la sociedad argentina ante tanta hipocresía. 
                          Esperemos que todos los argentinos hayamos interpretado los signos de este nuevo tiempo, que ha comenzado con el Pontificado de Francisco, tiempo de diálogo y no de confrontación, de unión y no de división, de amor y no de odios, abrigando la firme esperanza de construir puentes que nos unan y no de edificar muros que nos separen. 
Ojalá que así sea. 
Viernes 22 de marzo de 2013
Dr. Jorge R. Enríquez 
jrenriquez2000@gmail.com 
twitter: @enriquezjorge

viernes, 22 de marzo de 2013

  2013 
















Boletín de Radio y Televisión.

Sebastián Mora: 



“La propuesta


de Cáritas:

es la de la 

doctrina Social 

de la Iglesia”



El secretario general de Cáritas lo explica:
“No vamos ni a favor ni en contra de las políticas de ajuste sino que cuando ajustemos empecemos atendiendo a los más pobres”
- Propone al Gobierno: 
“No podemos hacer solo políticas de ingresar más y gastar menos, tenemos que hacer políticas inteligentes para que la sociedad esté más cohesionada”
- No obstante, Cáritas está hablando con el Gobierno y “tenemos encima de la mesa planes que están siendo bien recibidos”
- Ha advertido de que la sociedad española está fracturada “en la medida en que ya hay muchos hogares sufriendo mucho día a día”
- Y ha apuntado también que, con independencia de las previsiones macroeconómicas que se hagan, “la vida normal de las personas y de las familias tiene un horizonte por desgracia bastante complicado”
- Javier Caraballo (tertuliano RNE), caso de los EREs: “En la parte alta de la pirámide está el poder político y es donde se han practicado hasta ahora menos detenciones”
- Justino Sinova (tertuliano Onda Cero): “Queda por saber cuáles son las ramificaciones hacia arriba de este caso”
- José María Fidalgo (tertuliano Onda Cero): “En estas situaciones siempre sufren los de abajo”
- Alfonso Rojo (tertuliano RNE), sobre el caso de los ERE:
 “Es una operación espectacular”
- José María Brunet (tertuliano RNE): “Hay que pedir explicaciones políticas de nuevo”.

jueves, 21 de marzo de 2013

   2013




Malentendidos


Por :

Ernesto


Bobek 


Caceres.

Abogado.

Justa Causa



Una mentira no tendría sentido, 
si la verdad no fuera percibida como peligrosa. 
Alfred Adler (1870-1937)
Pocas veces, como tras la elección de Francisco, han quedado en evidencia las miserias de gran parte de políticos y “gurúes” del oficialismo. 
Simultáneamente, las políticas Nac & Pop, -coherentes con su inviabilidad práctica-, sin tapujos ni eufemismos están brindando los únicos, fatales y esperables resultados para todos los estamentos del quehacer nacional, que se resumen en una palabra: Fracaso.        Todos los alineados K copiaron el egocentrismo que emana desde el eje del poder.
               Dispararon contra Su Santidad desde el odio y la mentira. 
               Nadie imaginó que Jorge Bergoglio podía llegar a ser ungido por sus pares como papa en forma tan contundente. 
             Tarde y mal, el gobierno tuvo que intentar desmentir que desde el oficialismo existieron “operativos preventivos” para restarle posibilidades a nuestro hoy Francisco.
              Es tal su soberbia que saboreaban los aromas de la victoria sin medir previamente las posibilidades de fracaso. 
              Las atrocidades y mentiras llegaron a la injuria y calumnia proferidas desde ámbitos seudo académicos del oficialismo y desde periodistas travestidos por dinero. 
              Algunos, tras ver el cambio de actitud de nuestra presidente intentaron amortiguar el impacto provocado desde su propia torpeza. Pero ya era tarde. 
              La imposible “reparación” del daño que intentaron infligir, cobró un giro poco frecuente. 
Todo se vino en contra. 
Fue entonces que se comenzó a hablar de interpretaciones y malentendidos, pero también era tarde. 
Nadie puede malentender los “tweets” del despreciable periodista V. H. Morales y sus horrorosos deseos hacia el papa. 
No se puede aclarar lo inaclarable. 
Hay que hacerse cargo de cuanto se dice y hace.
 Ahora muchos están arrepentidos de haber hablado, y no se animan a afirmar:        
Me obligaron a decirlo. 
Lo que resulta impactante es la transformación de las preferencias de los medios de comunicación, incluyendo a los oficiales. 
Se dejó de nombrar a Hugo Chávez y al socialismo del siglo XXI. 
Está sucediendo algo que para los cultores del populismo clientelar se convirtió en una verdadera pesadilla:
 El agotamiento de los modelos despóticos.           Concomitantemente los argentinos debemos pagar la fiesta de 10 años de kirchnerato. 
Se agotaron las reservas monetarias y morales. 
Hay provincias en estado comatoso. 
La provincia de Buenos Aires, saqueada con el 40 % de aporte de fondos coparticipables no tiene para pagar el aumento solicitado por los docentes. 
Y no van a aceptar ningún porcentaje de aumento o recomposición, ya que hay un tema político que prima sobre la racionalidad. Eso liquida las posibilidades de nuestros jóvenes de educarse en forma adecuada. 
       Los vaivenes del dólar son reveladores de la crisis en que estamos inmersos.
 Nos quedamos sin moneda y padecemos de retracción de actividad de todo tipo esencialmente la industria de la construcción, dadora de mano de obra por excelencia. Nada se hace por la seguridad. Disminuyó el empleo formal. Aumentan impuestos y servicios. Perdemos calidad de vida. 
                El gobierno busca nuevos o viejos enemigos a quienes responsabilizar de todos los males en los productores rurales, a quienes pretenden obligar a vender contra su voluntad, toda lógica y preceptos constitucionales. También señala enemigos en algunos políticos y periodistas que no responden a las consignas del modelo del fracaso. 
                Por otro lado, vemos un incremento desorbitado del gasto público, empresas cada vez más deficitarias y con una relación costo/calidad de servicio que hace que el contribuyente ruegue para que las cierren. Pero estamos en un año electoral, y hace falta mucha platita. Cuando esa “mucha platita” es para comprar voluntades, queda al desnudo la corrupción que todo lo arrasa. 
               Esa corrupción es la que denunció nuestro papa Francisco como responsable de muchos de los males que padecemos en el país.
 Y más pronto que lo que nadie esperaba, nuestro Santo Padre se está convirtiendo en la reserva moral del país y del mundo. 
Tiene Su Santidad una enorme ventaja sobre quienes lo quieran enfrentar: 
No predica desde los dichos, sino desde los hechos. 
Su vida entera es el mejor ejemplo de entrega por los más necesitados, la verdad y la Justicia. 

CABA, 21 de marzo de 2013 

miércoles, 20 de marzo de 2013


 2013


Paupérrimo libreto.

El populismo
contemporáneo,
ha construido una  
estructura 
desde la cual 
defienden su 
visión ideológica, 
que incluye una 
historia que 
redactaron a su su arbitrio y que suscriben linealmente, para diseminarlo como verdad única.
Se trata de un relato de escasa jerarquía, que con el paso del tiempo y el esperable desgaste en el ejercicio del poder, se debilita progresivamente y ya no resiste el más mínimo contraste cuando se lo tamiza con la realidad.Queda claro que los gurúes del poder, se han quedado sin letra y también sin creatividad, y no tienen otra alternativa que reiterarse, por eso es que abusan del mismo ardid, y lo replican hasta el cansancio.
Se amparan en esa vieja creencia, errónea por cierto, que dice que “si hasta aquí ha funcionado, porque habrían que cambiar”. Y así se mantienen firmes en esta variante, porque entienden que no hay motivos suficientes para modificar la estrategia. Se apalancan además en el éxito de los resultados electorales como aval inapelable de las decisiones elegidas.
Abundan ingredientes en ese discurso, pero algunos de ellos asombran por su evidente autoritarismo e intolerancia manifiesta.
Por un lado invocan aquel alegato que insiste en que aquellos a los que “les va bien” no deben quejarse. Bajo esa línea de razonamiento, los fanáticos del modelo, parecen pretender desde su posición de iluminados, indicar que los únicos que pueden hablar son los perjudicados por el sistema, y como no los hay según su visión, pues entonces nadie puede reclamar.
Esta interpretación es despiadadamente despótica. Propone que los que se lamentan, se callen, solo porque su realidad económica es positiva, y como se atribuyen el mérito gubernamental de ese resultado, pretenden como agradecimiento el silencio de los que ellos definen como favorecidos.
Es tan básico y elemental ese razonamiento, que bajo esa forma de ver la realidad, el gobierno actual debería seguir siempre, porque al hacer las cosas bien, según ese criterio, casi no tendría sentido ir a elecciones.
Lo que no admitirán es que quieren “discurso único”, y por lo tanto que los que no están de acuerdo, enmudezcan. Es que se acostumbraron a que su voluntad, siempre se cumple. Compran a los mas con dinero, subsidios prebendarios y planes sociales, favores políticos o tráfico de influencias, créditos blandos o concesiones generosas, y en el caso de los medios y el periodismo, la suficiente dosis de pauta publicitaria oficial.
Les molesta terriblemente la opinión diferente y eso ya no lo pueden ocultar, por eso apelan a buscar cualquier mecanismo para minimizar las críticas ajenas, o bien al menos menoscabarlas sistemáticamente.
Es que cuando la razón no los asiste, el último recurso al que pueden apelar es el cruel e inconsistente, de desacreditar a su interlocutor de turno. Si tuvieran mejores argumentos para defender su postura, los usarían, pero como están frágiles en ese plano, entonces solo les queda la dinámica de desprestigiar a quien manifiesta el reproche.
Cuanto más flancos presente la víctima elegida, mucho mejor para los perversos operadores del NO debate. Ese eventual traspié, error o alocución desafortunada en el pasado, es suficiente para que sea castigado.
La otra variante, siempre posible, es condenarlo por su presente, sobre todo por su circunstancial cercanía a algún personaje público que disponga de algún costado endeble para ser así el blanco predilecto de la reprobación.
Una modalidad utilizada adicionalmente es la de juzgar al sujeto según la actividad profesional o el sector al que pertenece, o bien buscar algún pariente que, en el presente o en el pasado, permitan generar alguna relación familiar que posibilite desnaturalizar el primer esbozo.
Ese es el juego que proponen. Cambiar el eje, mutar el foco. El único que pueden usar. Lo concreto es que no tienen argumento mejor, solo les queda despotricar contra el interlocutor, lo que evidencia la debilidad de su razonamiento y la pobreza intelectual de su construcción dialéctica.
No tienen razón, y si la tienen, lo disimulan muy bien. Solo recurren a lo emotivo, para desarmar el debate en base al ataque personal para luego pasar a la quebradiza estrategia de la incomprensión y la victimización.
     Cuando ya nada funciona, aparece la tesis de las mayorías, esa que utilizan también para finalizar la discusión. De última, si no tienen razón, tienen al menos el número suficiente para imponerla, porque han obtenido el voto popular.
      En fin, más de lo mismo. Nada nuevo ni demasiado atrayente. NO les interesa la discusión, ni el debate, solo los mueve seguir en el poder.
       Es importante no entrar en el juego que ellos proponen. Por eso, cuando aparece este esquema que empuja a responder en línea con el planteo, no se debe seguir el ritmo del poder. Hacerlo implica ser funcional al relato que ellos intentan establecer.
       Los argumentos malos solo se contrarrestan con argumentos mejores, superadores y no, a la defensiva, explicando si el protagonista que emite su opinión tiene pasado, presente, parientes, amigos, historias, o lo que sea que tenga que ver con su individualidad.
Si el ataque al referente en cuestión fuera veraz, eso no cambiaría en nada la eventual solidez o debilidad de su planteo para neutralizar el original.
       Cuando recurren al golpe bajo, es porque se quedaron sin explicaciones consistentes. Esto queda cada vez más en evidencia. Ya está agotado el artilugio. No se puede mentir todo el tiempo. Solo les queda la agresión personal. Pero es un error seguir ese juego irracional del relato como si fuera cierto. En definitiva estamos solo frente a un paupérrimo libreto.
Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com