2013
ROMPAN TODO...
Por :
Ernesto
Bobek
Cáceres
Abogado (Justa Causa)
ebobek@fibertel.com.ar
"Donde quiera que veáis la moderación sin tristeza, la concordia sin esclavitud, la abundancia sin profusión, decid confiadamente:
Es un ser venturoso el que aquí manda."
Jean Jacques Rousseau (1712-1778)
Las reformas y retoques que impulsa el gobierno desnudan la desesperación por ocultar el fracaso de su gestión. Durante largo tiempo bastaron las mentiras emanadas del INDEC desde donde se ocultó la corrosiva inflación que perjudica a todos y con singular virulencia a los más necesitados. Para disfrazar los problemas de una economía huérfana de ideas, proyectos y logros se recurrió al viejo y remanido truco de la hiperemisión. La consigna pasó a ser “papelitos para todos” y hasta tuvimos que requerir el auxilio de Brasil para emitir papel moneda porque no dábamos abasto.
Sonaron las alarmas cuando la inflación real, tres veces superior a la declamada, se vio reflejada ya no solo en los precios de productos de primera necesidad sino en los aumentos conseguidos en paritarias por distintos gremios, mayormente adheridos al oficialismo.
De la nada surgió un turbio e inexplicable acuerdo con Irán. Al provocar la repulsa de la opinión pública ya que se manejó desde las sombras y a espaldas de las investigaciones judiciales y pedidos de captura de funcionarios iraníes, el acuerdo se transformó en ley.
Mientras en Irán festejan el fin de la investigación, la gran intriga latente es cuál será la contraprestación y quién o quiénes los beneficiarios.
Queda muy claro que nuestra República no resultó beneficiada en modo alguno, ya que perdió la posibilidad de concluir la investigación de un sangriento atentando en su propio territorio. ¿Entonces?
Simultáneamente, como la economía se encuentra no solo paralizada, sino recesiva, generosamente nos brindan una sobredosis de intervencionismo populista con prohibiciones, vedas y congelamiento de precios.
Los índices de riesgo país se disparan, con lo que cuanto menos se va a complicar la posibilidad de inversiones locales o foráneas que apuntalen el más mínimo crecimiento.
Por motivos políticos no explicitados pero que perjudican a todos los argentinos, la presidente nos divorcia de occidente.
Queda claro que la democracia no le sienta ni le conviene.
Por eso nos empujan a ser como Venezuela o Ecuador.
Sonaron las alarmas cuando la inflación real, tres veces superior a la declamada, se vio reflejada ya no solo en los precios de productos de primera necesidad sino en los aumentos conseguidos en paritarias por distintos gremios, mayormente adheridos al oficialismo.
De la nada surgió un turbio e inexplicable acuerdo con Irán. Al provocar la repulsa de la opinión pública ya que se manejó desde las sombras y a espaldas de las investigaciones judiciales y pedidos de captura de funcionarios iraníes, el acuerdo se transformó en ley.
Mientras en Irán festejan el fin de la investigación, la gran intriga latente es cuál será la contraprestación y quién o quiénes los beneficiarios.
Queda muy claro que nuestra República no resultó beneficiada en modo alguno, ya que perdió la posibilidad de concluir la investigación de un sangriento atentando en su propio territorio. ¿Entonces?
Simultáneamente, como la economía se encuentra no solo paralizada, sino recesiva, generosamente nos brindan una sobredosis de intervencionismo populista con prohibiciones, vedas y congelamiento de precios.
Los índices de riesgo país se disparan, con lo que cuanto menos se va a complicar la posibilidad de inversiones locales o foráneas que apuntalen el más mínimo crecimiento.
Por motivos políticos no explicitados pero que perjudican a todos los argentinos, la presidente nos divorcia de occidente.
Queda claro que la democracia no le sienta ni le conviene.
Por eso nos empujan a ser como Venezuela o Ecuador.
El “modelo” no soporta pedido alguno de rendición de cuentas. Se limita a lanzar tan rimbombantes como falsos anuncios que luego incumple.
Se llega entonces a una instancia en que la Justicia es considerada el enemigo por los mentores del “modelo”; ese que necesita de las mayorías circunstanciales en el Congreso para generar leyes que se cumplan sin cuestionamientos, filtros ni controles de legitimidad o constitucionalidad.
El Consejo de la Magistratura se creó con le reforma constitucional de 1994.
En 2006 se redujo de 20 a 13 la cantidad de sus miembros. Se aseguró así el kirchnerismo que sin su voluntad expresa no se puedan nombrar ni remover magistrados. Se transformó al Consejo en Konsejo. Pero los tiempos cambian, todo se acelera y las resoluciones judiciales que requiere el oficialismo no solo deben ser rápidas, sino urgentes.
El enojo de CFK es porque aún no pudo liquidar al archienemigo grupo Clarín, pese a la enjundia y esfuerzo de colaboradores y alcahuetes.
Se hizo evidente que hace falta algo más para tener jueces dispuestos a fallar siguiendo los caprichos del Ejecutivo, aún cuando en sus sentencias deban explicar la cuadratura del círculo.
Entonces se hizo la luz y se supo que los jueces no tienen coronita y no pueden por tanto elegirse entre ellos. Por revelación iluminada de nuestra presidente los miembros del Consejo de la Magistratura deben ser elegidos por el pueblo y no como lo dicta la Constitución.
Mucho se habló y se hizo para colonizar la Justicia.
Pero para CFK el singular mecanismo -aunque óptimo para sus intereses-, resulta muy lento. Entonces mejor romper el molde tradicional del sistema Judicial y armarlo de nuevo y a medida.
El rompan todo no se dirige tan solo a la Justicia; abarca a la Democracia, la República y la división de poderes.
En definitiva todo lo que se desprende de la Carta Magna que le otorga a CFK derechos pero no absolutos. En su última alocución aseguró que no modificaría la Constitución.
Velemos por que así sea; y recordemos que cada vez que la tocan y retocan es en beneficio de cuadros políticos y no de la calidad de vida de los ciudadanos.
CABA, 4 de marzo de 2013 .
Se llega entonces a una instancia en que la Justicia es considerada el enemigo por los mentores del “modelo”; ese que necesita de las mayorías circunstanciales en el Congreso para generar leyes que se cumplan sin cuestionamientos, filtros ni controles de legitimidad o constitucionalidad.
El Consejo de la Magistratura se creó con le reforma constitucional de 1994.
En 2006 se redujo de 20 a 13 la cantidad de sus miembros. Se aseguró así el kirchnerismo que sin su voluntad expresa no se puedan nombrar ni remover magistrados. Se transformó al Consejo en Konsejo. Pero los tiempos cambian, todo se acelera y las resoluciones judiciales que requiere el oficialismo no solo deben ser rápidas, sino urgentes.
El enojo de CFK es porque aún no pudo liquidar al archienemigo grupo Clarín, pese a la enjundia y esfuerzo de colaboradores y alcahuetes.
Se hizo evidente que hace falta algo más para tener jueces dispuestos a fallar siguiendo los caprichos del Ejecutivo, aún cuando en sus sentencias deban explicar la cuadratura del círculo.
Entonces se hizo la luz y se supo que los jueces no tienen coronita y no pueden por tanto elegirse entre ellos. Por revelación iluminada de nuestra presidente los miembros del Consejo de la Magistratura deben ser elegidos por el pueblo y no como lo dicta la Constitución.
Mucho se habló y se hizo para colonizar la Justicia.
Pero para CFK el singular mecanismo -aunque óptimo para sus intereses-, resulta muy lento. Entonces mejor romper el molde tradicional del sistema Judicial y armarlo de nuevo y a medida.
El rompan todo no se dirige tan solo a la Justicia; abarca a la Democracia, la República y la división de poderes.
En definitiva todo lo que se desprende de la Carta Magna que le otorga a CFK derechos pero no absolutos. En su última alocución aseguró que no modificaría la Constitución.
Velemos por que así sea; y recordemos que cada vez que la tocan y retocan es en beneficio de cuadros políticos y no de la calidad de vida de los ciudadanos.
CABA, 4 de marzo de 2013 .
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