Sopa
de
Sapos
Por :
Enrique Guillermo Avogadro.
“La política es el arte de conseguir
que tus intereses egoístas parezcan intereses nacionales”.
Thomas
Sowell
Con la única excepción de sendos besos a varios
hijos de sus militantes preferidos, la crispación y la obstinación de la señora
Presidente siguieron siendo la curiosa brújula que orienta el rumbo del
Gobierno. Contra todo lo que podría esperarse de alguien que dispone de una
inteligencia como la que la militancia atribuye a su nueva jefa espiritual,
ésta continúa su terca marcha hacia varias derrotas anunciadas; por ello, la
experiencia que han dejado los diez años de kirchnerismo –en sus dos variantes-
hacen cada vez más probable la confirmación de mis peores temores.
La “no positiva” guerra gaucha, la vieja batalla
contra los medios no oficialistas, abortada por la Justicia y ahora por Macri y
De la Sota, el inexplicable cachivache del acuerdo con Irán, las cada vez más
pesadas denuncias de gigante corrupción, el fracaso de la invasión a La Rural,
la segura frustración de la “democratización” del Poder Judicial, el avance de
los fiscales federales sobre funcionarios y el presumible despertar de los
jueces de Comodoro Py, las imputaciones penales contra la propia doña Cristina
y Patotín por el
sospechoso pago de mil millones de dólares a los tenedores de bonos, la
apertura de causas contra la Procuradora Giles Carbó y el Juez Casanello por amparar a Báez, y hasta la
payasada del monumento a Colón, describen los ingredientes de una sopa y
preanuncian un escenario cada vez más complejo para las posibilidades del
partido del gobierno de cara a las dos elecciones que, al menos en teoría, se producirán
este año.
A ello se suma la ya confirmada ausencia de
candidatos con capacidad de traccionar el voto en los distritos más reacios al
oficialismo -la Ciudad Autónoma y las provincias de Santa Fe, Córdoba, Chubut,
Santa Cruz y Mendoza- e, inclusive, en la crucial Provincia de Buenos Aires,
habla de la soledad en la que la señora Presidente se encuentra en el vértice
de su “modelo”. El jueves, la más desencajada e incoherente Cristina que me
tocó ver desde su asunción, estalló y acusó a Daniel Lancha Scioli y a Sergio Colgate Massa de dejarla sola y no
defenderla frente a estos supuestos casos de corrupción que, hasta la fecha,
ella misma no ha desmentido. De todas maneras, ambos debieran comenzar a pensar
si vale la pena obedecerla, cuando un soldado fiel y eficiente como fue Agustín Chivo Rossi en la Cámara de Diputados
es pagado con tan mala moneda.
Desde otro ángulo, y ya con características
irreversibles, el panorama económico tampoco favorecerá las aspiraciones del
Frente para la Victoria. El nuevo congelamiento de los precios de sólo 500
productos implica la obligada liberación de los restantes 24.500 que conforman
el universo de los grandes supermercados. El tan cacareado cierre de las
paritarias en cifras en torno al 24% de incremento se contrapone a los dichos
de Oscar Farol Lescano –“si la inflación continúa, reabriremos la
negociación, más allá de lo firmado”-, a
la trágica huelga de los “trabajadores de la educación” bonaerense y al
seguramente arduo trámite de la discusión de Camioneros.
Siendo un año electoral, y como ya lo demostrara
la señora de Kirchner con el adelantamiento de los anuncios de aumento de los
montos de asignaciones familiares y de subsidios varios, el actual preanuncia
al menos la continuidad –sino el fuerte incremento- de la emisión monetaria,
que generará más inflación e impactará en el blue. La crónica escasez de dólares de
nuestra economía, que se agravará este año por la necesidad de importar casi
catorce mil millones en combustibles, indica un final cada vez más próximo para
las reservas del Banco
Central.
Es por todo ello que, según mi particular
visión, sólo tiene limitadas alternativas para impedir su derrota en las
elecciones legislativas de octubre, traducida en perder su mayoría obsecuente
en la Cámara de Diputados y verse transformada, definitivamente, en un pote de
yogurt con fecha de vencimiento cierto: el fraude masivo o la violencia, ésta
en un grado tal que le permita decretar el estado de sitio y suspenderlas sine
die.
La Argentina de hoy no está tan mal como aquella
del 2001, y la mayoría de sus datos permiten afirmar que, con políticas y
conductas internacionales adecuadas, la mayor parte de nuestros problemas
económicos actuales podrían ser rápidamente superados. En una nota, llamada “La
Argentina que Quiero” (http://tinyurl.com/bla4n57),
listé las medidas que permitirían ese futuro que todos nos debemos; pero, para
que ello sea posible, debemos aprender a votar, escudriñando detalladamente qué
hizo cada uno de los candidatos en el pasado, porque no habernos detenido en
qué habían hecho los Kirchner en Santa Cruz nos ha traído a este lamentable
presente.
Si me equivoco y las elecciones de octubre se
realizan, también sería útil estudiar cómo votaron los candidatos a renovar sus
bancas tantos adefesios legales como la Ley de Medios, la confiscación de las
AFJP’s, los blanqueos de 2008 y 2013, la emergencia económica permanente, la
“democratización” de la Justicia y sus seis leyes, la confiscación de YPF y de
Ciccone, la “estatización” de Aerolíneas Argentinas, la reforma de la Carta
Orgánica del Banco Central, el pacto con Irán, la ley antiterrorista, etc.,
etc., etc..
De todos modos, reitero que me parece muy
positivo que los opositores hayan aprendido cómo luchar contra este mafioso
oficialismo, tal como lo demuestra el compromiso de no permitir la reforma de
la Constitución, de derogar el mamarracho destructivo de la Justicia y la ley
de lavado de dinero, con la denuncia de quienes se hayan acogido a ella, y de
avanzar sobre todos los cargos a los cuales la nueva composición de Diputados
pueda permitirles acceder, como la Presidencia de la Cámara misma.
En los próximos días organizaré un nuevo
encuentro con mis lectores y, esta vez, me aseguraré de evitar los
inconvenientes de falta de espacio que me obligaron, después del 10 de abril
último, a pedir disculpas. En él discutiremos el futuro, sobre todo el
inmediato, pues creo que resulta indispensable que organicemos serias medidas
de defensa civil contra lo que temo se transforme, a breve plazo, en un franco
ataque militante a la democracia y a la paz, inspirado en las actitudes de Pajarito
Chiquitico; la permanente
denuncia de conspiraciones letales en su contra ya no difieren mucho de las que
la señora Presidente ha lanzado desde su atril estos días.
La desesperación de doña Cristina ante su dieta
de sopa de sapos conduce al país al borde del abismo y, como siempre ha hecho,
seguirá avanzando. Aún estamos a tiempo de evitar la caída mortal.
Bs.As., 2 Jun 13
Enrique Guillermo
Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
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