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sábado, 18 de enero de 2014

Esperando ...

2014
ESPERANDO DESESPERADAMENTE

                                       

             EL 

   

                    MUNDIAL.





Por: Ernesto Bobek Caceres.

 Abogado (Justa Causa)


Para el gobierno nada sería mejor que estar a dos días del comienzo del mundial de fútbol de Brasil. 
Esa circunstancia acarrearía que una enorme cantidad de argentinos olviden pasado, presente y futuro para sumergirse de lleno en las delicias de uno de los deportes más atrapantes, especialmente cuando llega el turno en que se miden los mejores equipos del mundo.
Se dejaría así de hablar de la inflación, de la crisis energética y catástrofes ferroviarias, de los piquetes y de la mísera calidad institucional. 
Tampoco se hablaría de la intromisión del gobierno en la Justicia, para evitar que miembros de la propia tropa deban rendir cuentas en los tribunales. 
No importaría que haya más pobres que nunca. 
El gobierno aplica a rajatabla el relato de la inclusión, que en la realidad es tan solo para los que piensan igual que ellos y nadie más.
El devenir de la realidad social, política y económica arrastra situaciones no deseadas pero sí provocadas desde la arrogancia, prepotencia, insensibilidad e irresponsabilidad de quienes nos gobiernan. 
Seguramente van a acusar a The Wall Street Journal de ser un periódico desestabilizador por afirmar que el kirchnerismo logró en una década destruir la riqueza de una nación con inflación y fuga de capitales. 
Lamentablemente dicho aserto es una nítida postal de lo que padecemos y cuyos efectos se prolongarán y agravarán de no producirse un sustancial cambio en la política clientelar.
Estamos llegando a niveles de inflación desesperantes. 
Y no hablamos de precios de tablets, celulares de última generación o indumentaria de primera marca, sino de los de la carne, lácteos, frutas y verduras y medicamentos. Parecería que entre la cima del poder y el llano de la realidad se interpone un blindex polarizado que distorsiona la visión de cuanto acontece. 
No se explica de otra manera que unos midan menos de 11 % de inflación anual, y otros variaciones por encima del 25 % y en constante aumento. 
Es evidente que alguien miente, y mucho. 
Para disimular la mugre se puede como pecado venial tirar un poquito de tierra bajo la alfombra; pero pirámides no.
Los voceros presidenciales vienen patinando a fuerza de versiones y desmentidas. Capitanich y Echegaray son al menos hoy los referentes visibles de exposición al ridículo. Negar y “acomodar” la realidad a necesidades políticas tan espurias como momentáneas es como conducir en una ruta con los ojos cerrados. 
No será un accidente porque se pudo evitar, pero la irresponsabilidad cobra vidas y bienes. 
¿Un país con buena gente?
Se satura el mercado de billetes que deberían representar moneda con respaldo, pero en realidad no son más que papelitos tan mal impresos como recortados. 
Hacia fin de año forzaron las impresoras agotando la serie “Z” de billetes de 100 pesos. 
Ahora avanzan raudamente con numeración de dos letras: AA, CA, DA, etc. Esta emisión indiscriminada lógicamente acelerará el desbocado proceso inflacionario.
Y aún así no alcanzará para pagar los incrementos salariales prometidos a personal policial de varias provincias. 
El descargo ya lo expusieron: Los gobiernos provinciales se vieron obligados a un “compromiso viciado por actitudes extorsivas”. 
Obviaron reconocer que el reclamo era por una remuneración digna que les permitiera a los asalariados llegar a fin de mes tan solo con menos sobresaltos.
Para esconder los desmesurados emolumentos sus adláteres, seguirán responsabilizando de cuanto les resulte inconveniente al periodismo independiente no alineado -léase no afín al relato y al modelo-, a las políticas neoliberales (que no se aplican al menos desde hace 10 años), y entre otros al jefe de gobierno porteño, tan solo por fabricar un “enemigo”. Al resto de la oposición ni la mencionan ya que -hoy inoperante y desmembrada- termina siendo funcional. Cuando se organicen serán los nuevos enemigos.
Un verano hostil con temperaturas tan elevadas hace temer nuevos cortes de luz que terminarán esmerilando la enorme paciencia de la gente. 
Ya no serán digeribles argumentos como las multas a Edenor y Edesur porque todos saben que las erradas políticas energéticas de NK y CFK nos arrastraron a este desmadre donde lo poco que queda de reservas en el BCRA se las lleva la importación de energía y combustibles.
La caótica situación se generó al priorizar conveniencias políticas aparentemente momentáneas que se tornaron permanentes.
Todos sabemos que los aumentos de tarifas, tanto en servicios como en transporte son odiosos y resistidos. 
Regir los destinos de un país implica asumir la responsabilidad de tomar las decisiones más acertadas que el momento permite en beneficio de la comunidad.
Estamos condenados entonces al fracaso más rotundo hasta que nos presida quien sea capaz de armar equipos de especialistas no políticos en cada materia: Básicamente economía, seguridad, salud, educación, agregando por la crisis puntual, energía. 
En la actual situación hasta parece una exageración siquiera soñar con la llegada al poder de un verdadero estadista.
Hay una falla estructural en la planificación estratégica de las distintas áreas de gobierno. 
Y cuando la falla persiste tras diez años en el poder, no queda más que reconocer que quienes votaron la continuidad del “modelo” lo hicieron por un interés personal aún cuando se perjudique la sociedad. 
Porque reciben a cambio beneficios sin contraprestación alguna, porque son absolutamente ignorantes, o un mix de ambas causas.
Una solución para estirar la “gobernabilidad” sería adelantar tres meses el mundial de balompié. Mucha gente sin luz pero con una vela debatiría quién tiene que ir al arco, si necesitamos un líbero y quién nos conviene como rival si pasamos la primera rueda. 
Tal vez entonces no necesitamos estadistas sino creativos.

Buenos Aires, 14 de enero de 2014.

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