Ya no evalúa el precio de ser candidata. Eso es algo contingente en la medida que sus decisiones apunten a lo mayor.
Es demasiado obvio que… en lo que está empeñada… es solamente en el cálculo de los costos de una eventual nueva gestión presidencial.
Algo que le aparece hoy absolutamente servido en bandeja, acaso como a ningún otro presidente constitucional desde el año 1983… y acaso por las causales más extravagantes, jamás antes ocurridas.
Nunca antes hubo una oposición así, tan eviscerada, tan despanzurrada y tan regada por aspersión… en todos los confines de la República. Jamás hubo esto.
Y nunca como ahora, cualquiera de esas esquirlas… sola… o sumada a otra… había sido el certificado de un andrajo tan ruinoso como lo es hoy.
El país está virtualmente de remate… como jamás lo estuvo.
De remate… sí… y para ser comprado por las monedas misérrimas que tiene esta dama en su cartera negra.
Hasta podría… ella misma… darse el lujo, si se le antojara… de poner condiciones especiales, si llegado el momento fuese tan claro el abismo que no haya ni siquiera un “grupí” en el remate de octubre.
Ella, ya ni cuenta las monedas para llevarse otra vez ese bastón.
Sabe… que se lo puede llevar por un simple “vuelto”.
Hace realmente lo que se le antoja.
Mientras todo el país está empeñado en internas (para las que ella misma hizo diez panegíricos de la democracia interna de los partidos y se dedicó un presupuesto descomunal para el 14 de agosto)… pues a la marquesa le importa un reverendo bledo todo eso…
¿Y qué hace?
Pues pone el dedo en una lista de gente para designarla en candidaturas de un modo tan discrecional que sonrojaría a los peores totalitarios del planeta.
Sus tres lacayos Tomada, Boudou y Filmus, gastaron cada uno $978.500 en propaganda (3 cheques del Banco Macro entregados por la Secretaría General el día 4 de abril de 2011) para unas internas que ella, en forma graciosa, ametralló con la yema del dedo índice. Más de 700.000 dólares los dilapidaron entre los carteles las gigantografías y los 560 espacios de medios de comunicación. Algo de terror
Veinte hospitales podrían haberse equipado y saneado con ese dinero.
Evidentemente tienen un descaro y una impunidad rampante.
Es… una discrecionalidad que espiraliza el desdén hacia el desfalco.
¿Nadie en esta oposición cataléptica, dice nada?
Realmente… nos importa un rábano que ella designe a uno de los tres impresentables como si fuera Catalina de Medicis… ¡Pero entonces que devuelva el dinero que se dilapidó en esa veleidad!
De este pequeño remate discrecional se proyectan y se extrapolan todos los remates discrecionales en los que participa esta mujer poniéndose de los dos lados del mostrador. Como se ve, ella remata y ella compra.
Sólo hay un tema grave que la tiene transida de miedo:
Las mentiras de la inseguridad, de la pobreza y de la inflación… hay que pagarlas en algún momento.
Sin embargo, eso no la compele a preparar, como se cree, los correctivos de un escenario emergente adverso… o la defensa del país… sino sólo la defensa de ella misma, en modo objetivamente personalísimo y como único bien en peligro a preservar.
Un criterio tan autocontemplativo, como que está inspirado básicamente en su instinto de supervivencia.
Ese… es el único precio que está midiendo. No otro.
Imagina, por momentos, soluciones casi mágicas… impulsada cada vez más por el piélago de mercenarios colgados de su vestido negro… que temen quedarse sin trabajo de la noche a la mañana.
Tiene chispazos de conciencia y ya empieza a ver que se la amenaza con ser culpable del desquicio y la eutanasia de “todo el ideario del difunto”.
Y allí es donde empiezan sus desvaríos y sus extravagancias.
Wikileaks dice que es un cóctel de medicamentos todos los cuales están informados hoy en el Newsletter Confidencial “Global Inside Synopsis” (G.I.S.) que lleva el número 018/2011.
Se apoya en una ceguera que es desquiciadamente soberbia:
En medio del pánico de su duda… supone que cuando llegue el momento más complejo, deberá ser salvada por los grupos que ella… y su extinto esposo, decidieron disfrazar de “pueblo”.
Todos los grupitos que fueron forrados con la chequera oficial, la C.G.T., los piqueteros y los grupos de acción intermedia que tomaron por asalto el control patrimonial de los derechos humanos (los fiscales populares de la verdad revelada sobre la lesa humanidad).
Todos ellos están virtualmente designados y preparados para actuar como los representantes del pueblo.
Y en tal condición, saldrán a la plaza o a la calle a defender a una señora sola e indefensa, débil y angustiada… que encarna la democracia y las instituciones. Lo harán con la enorme ventaja de poder actuar en forma orgánica y con la estructura conductiva de las falanges.
Y le romperán las costillas a cualquier persona que ose salir a la calle a protestar tal como lo advirtió el propio Secretario Guillermo Moreno en forma textual. Se presentarán como la verdadera expresión popular.
Ellos y sólo ellos serán el “público” ortopédico que pueda eventualmente ser llevado en colectivo para rodearla doquiera que sea.
Y ellos serán también… el público convertido en “pueblo verdadero”, que tendrá a su cargo salir a la calle a defenderla y a protegerla.
Les hará llegar los fondos de la caja para que tomen conciencia de su rol insustituible.
A ellos se dirige en estos días en sus discursos de foco y de cubículo.
Como el discurso de La Rioja: Un discurso de “aposento” en que ya ni siquiera necesitó de su habitual retórica vacía para sostenerse.
Fue el discurso más plañidero desde que enviudó.
Lisa y llanamente se largó a llorar con una mueca y la respiración cortada sólo por recordar que a él… no le gustaba el locro.
“¡Que rico el locro! Me encanta. Pero a él no le gustaba”.
Y, segundos después, no pudo contener las lágrimas.
“Le encantaban las empanadas, moría por las empanadas. Siempre me recuerdo cosas, desde las más grandes hasta las más chicas, él es así”.
“Gracias, muchas gracias por el amor, por la fuerza que me dan, por el cariño y por el afecto y no lo olviden nunca porque él los quería mucho a ustedes”, terminó.
Una verdadera política de Estado definida como programa táctico: “él es así... le gustan las empanadas”.
Perdóneseme la ironía: Obsérvese que allí puede estar el secreto de un programa de gobierno serio y el conjunto de correcciones y reformas estructurales que le hacen falta al país… lanzado alegremente al garete.
Lentamente… prosigue con su prédica inspirada en la memoria del muerto y en una su velada invitación permanente al enfrentamiento civil entre ricos y pobres, entre los desposeídos y los especuladores, entre trabajadores y empresarios perversos, entre los protestatarios justos y los que son conspiradores.
Lentamente sigue estableciendo, la tajante y clara demonización de las elites para señalárselas a estos “grupos” como los íconos definidos de la mayor amenaza democrática de la historia.
En la discrecionalidad queda libre la posibilidad de cualquier cosa.
Por cuanto la inexistencia absoluta de una oposición que pueda liderar, concentrar y/o representar el menor disenso de la ciudadanía deja a la República guillotinada… sin el mínimo contrapoder.
Y por idéntico motivo, lucen fulminados los mecanismos de sustitución de la democracia...
Por todo lo cual… en el acto del remate discrecional de la República…
Cumpliendo ya ocho años de no hacer nada…
Sollozante e indecisa… con su monedero pequeño… emerge ella sola.
