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jueves, 28 de febrero de 2013


2013


El Gobierno 

quiere tener 
una Justicia 
domesticada.
Fuente :

CLARIN- OPINIÓN
Por:
JORGE R.
ENRÍQUEZ
Abogado

CONSEJERO
DE LA 
MAGISTRATURA
DE LA CABA.


La presidenta Cristina Kirchner viene reclamando la “democratización” de la Justicia. Su gobierno tiene una especial maestría para resignificar palabras: el propósito de acallar disidencias se enuncia mediante la apelación a “la pluralidad de voces”.

El Poder Judicial, en nuestra Constitución, es democrático, porque los jueces son designados en última instancia por el pueblo, aunque de manera indirecta. Salvo en algunos Estados de los Estados Unidos, es muy raro que los jueces sean electos popularmente: no es propio de los magistrados hacer campañas ni promesas electorales. En cualquier caso, ese objetivo requeriría una reforma constitucional, hoy improbable. Pero el oficialismo puede usar su holgada mayoría en el Congreso para promover reformas legislativas que afecten la independencia judicial, como lo hizo en 2006 -a instancias de la senadora Cristina Kirchner- para reforzar el componente político en el Consejo de la Magistratura, alterando inconstitucionalmente el equilibrio previsto en el artículo 114, C.N.

Estas decisiones compulsivas del kirchnerismo, al afectar la autonomía de la justicia, aumentan el deterioro institucional del país. Poco les importa que nuestra Nación siga retrocediendo en esta materia y se aleje cada día más de tener una justicia independiente como hace a una verdadera República.

También se alega que los jueces no pueden “alzarse” contra las decisiones de los órganos políticos, desconociendo la legitimidad del control judicial de constitucionalidad, que viene ejerciéndose en la Argentina desde hace 150 años. Prescindir de una ley porque es inconstitucional es una decisión “contramayoritaria”. Por lo tanto está muy bien que así sea: ni una amplia mayoría legislativa tiene el derecho de violar la Constitución.

“Democratizar”, en la neolengua del kirchnerismo, es conseguir jueces dóciles y terminar con la República. Y eso, por el bien de todos los habitantes de este país, no debemos admitirlo para poder seguir viviendo en una verdadera democracia.
2013

Opinión.
YAYO 


HOURMILOUGUE. 


LA 5TA PATA.


22 de febrero.

“ONCE”.
Es curioso lo que la Presidenta Electa expresó en Tecnópolis. Acerca de las victimas de Once. No es sin embargo aceptable un aplauso tan vacío y surrealista. Pero no debe extrañarnos. Se trata de un nuevo canal para el futbol de todos, aunque en lo que mi concierne, mi parte, a este precio, no la quiero. Tampoco al precio de cada jubilado.

Y es curioso que ante hechos de esta naturaleza, como Once, se exija premura a la Justicia, y que ante otros temas que la Intolerancia no acepta, se embata contra la Justicia. ONCE es sin dudas, un Delito Político.

El mismo Gobierno que negoció y se reunió más de una vez con los Cirigliano, responsables de TBA, y tuvo Ministros de Transporte hoy sospechados y con causas abiertas, asume observar las cosas desde afuera, como un extraño sin responsabilidad alguna, cuando en verdad no puede evitarse semejante costo político. Cincuenta y una muertes, más de setecientos heridos, y un asesinato inexplicable hace días, el del maquinista Leonardo Andrada, testigo en la causa. A lo que se une lo esperable, la tensión trae las primeras y grandes contradicciones políticas en las que se ingresa inevitablemente; un Vicepresidente pretendiendo aceptar un Homenaje Simbólico a las Víctimas de Once, para congraciarse quién sabe de qué o con quién, ya que en una Democracia con Valores debería estar de Licencia, y un Senador Picheto oponiéndose, argumentando “un pedido improcedente” 
¿Qué es lo procedente en este país?

“Cuando un Ciudadano termina aceptando lo que se niega a aceptar, y sucumbe ante la imposición de Poderes que van en contra de cada uno de sus principios, el agotamiento exige que se debe comenzar nuevamente; porque ahora estás parado sobre una tierra enferma, y es preciso que hagas lo necesario antes de que termine siendo, la tuya, una tierra arrasada del todo”.

YAYO HOURMILOUGUE.
LA 5TA PATA.

martes, 26 de febrero de 2013

2013

LORENZETTI   
Y SU 
FIRME
DEFENSA 
DE LA 
INDEPENDENCIA JUDICIAL‏.
Por :


Jorge 



Ricardo



Enríquez .






  ENRÍQUEZ:       "HAY QUE DESTACAR LA PONDERACIÓN DEL DISCURSO DE LORENZETTI Y SU FIRME DEFENSA DE LA INDEPENDENCIA JUDICIAL".

El ex legislador porteño y actual miembro del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Jorge Enríquez, destacó "la ponderación de las palabras del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Lorenzetti, al inaugurar el año judicial y conmemorar los 150 años del alto tribunal".

Para Enríquez, "el Dr. Lorenzetti reafirmó la necesidad de que el Poder Judicial siga ejerciendo con responsabilidad el control de constitucionalidad, porque si una mayoría circunstancial sanciona una ley que viola la Constitución los jueces deben prescindir de la aplicación de esa ley en los casos concretos que llegan a su jurisdicción. Lo que es impropio de la función judicial, como bien lo destacó el presidente de la Corte, es imponer sus propios puntos de vista o valoraciones o utilizar los estrados judiciales para legislar o administrar, actividades que corresponden a los poderes políticos y al proceso de toma de decisiones deliberativo de la democracia".

Enríquez también manifestó su adhesión a los propósitos expuestos por el Dr. Lorenzetti en cuanto al mejoramiento de la justicia y a la necesidad de promover mecanismos que faciliten el acceso de los ciudadanos a la resolución de sus conflictos en forma satisfactoria y rápida. "Nada tiene que ver eso -concluyó el Consejero- con la manida democratización de la justicia que quiere imponer el gobierno nacional y que no es otra cosa que un nuevo intento de domesticarla".
Dr. Jorge R. Enríquez
Consejero de la Magistratura de la CABA

twitter: @enriquezjorge
2013


Carta de Lectores ...


Por

Carlos


Alberto
Castriota.
Publicada en :
Edición Impresa
del Diario
LA NACION 
del Martes 26 de
Febrero del 2013‏.


SIN CLASES.


Soy padre de dos alumnos que concurren a la Escuela Nº 3 del Distrito Escolar Nº 7, ubicada en Av. Rivadavia 4817 de CABA. 
Al concurrir ayer a la escuela para obtener información sobre el comienzo del ciclo lectivo previsto para mañana, me encontré con varios carteles pegados en la puerta en los que Ademys convocaba a un paro docente para ayer y para mañana. Mis hijos esperaban ansiosos el inicio de clases para reencontrarse con sus compañeros y con la oportunidad de aprender nuevas cosas en la escuela. ¿Qué sentido tiene para los alumnos un paro docente el primer día de clases? Se me ocurre una respuesta: "Si los docentes no dan clases, la escuela no debe ser tan importante como dice papá". Ante este doble discurso el alumno se confunde, y si bien puede entender que sus maestros deben recibir un salario por enseñarles, no comprende por qué él (y los demás alumnos) pagan las consecuencias del descontento de esos maestros. Cuántos más paros se realicen, habrá menos aspirantes a la carrera docente y más niños confundidos en casa, a los que se deberá apuntalar para que no caigan en el desánimo y el desconcierto. Carlos Alberto Castriota.
DNI 10.627.447

lunes, 25 de febrero de 2013

2013

NO HAY 

INFLACION,   

PERO QUE 

BUENA ES 

LA INFLACIÓN.

Por :

Dr.  Jorge R. Enríquez.

La mentira, se sabe, tiene patas cortas.
Los gobiernos kirchneristas pudieron pensar que escaparían a esta máxima universal,
porque mintieron de la forma más descarada y sin embargo lograron mantenerse en el poder por un período muy prolongado: si no son reelectos en 2015, un matrimonio habrá conducido el país por 12 años. Como siempre lo señalamos, las extraordinarias condiciones que favorecieron a la economía argentina en la última década explican buena parte de esa larga hegemonía. 
             Las mentiras kirchneristas campearon en todos los terrenos, pero en ningún aspecto fueron tan groseras como en materia de inflación. Desde hace unos cinco años, cuando se desplazó a sus autoridades y a los prestigiosos profesionales que lo integraban, el INDEC no refleja sino que crea los aumentos de precios al consumidor, a gusto del gobierno. Por lo general, el índice oficial es entre un tercio y la mitad del real, es decir, el estimado tanto por las direcciones estadísticas provinciales como por las consultoras privadas más confiables. 
               Mientras la economía gozaba de cierta pujanza, alentada por el viento de cola de los altos precios de las commodities y la tracción de la importante demanda de la industria brasileña -entre otros factores-, la inflación no parecía constituir un inconveniente grave para los trabajadores, que obtenía anualmente en las paritarias aumentos salariales equivalentes a la depreciación real del peso. Pero ahora que el "modelo" da señales inequívocas de un definitivo agotamiento, comienza a hacerse sentir en la mayoría de los bolsillos. 
               En efecto, la retracción del consumo en los sectores medios es a esta altura inocultable. Supermercados, restaurantes, salas de cine y teatro, taxis, muestran nítidas disminuciones de la actividad comercial. 
                Por muchísimo tiempo, el gobierno simplemente ignoró el tema. Por un lado, se aferró al "relato" del INDEC y negó que existiera una inflación preocupante. Por el otro, sostuvo – contradictoriamente - que la inflación es positiva para la economía, que alienta el crecimiento y que quienes proponen la adopción de medidas antiinflacionarias son "neoliberales" al servicio de las grandes corporaciones transnacionales, una suerte de vampiros que se nutren de la sangre del pueblo, pero no pueden lograr su propósito merced a la tenaz lucha de la presidente y su indómito brazo ejecutor, el inefable Licenciado Guillermo Moreno, asistido - según nos hemos enterado últimamente - de la servicial "Pimpi" Colombo. 
                En este contexto, llama la atención que haya trascendido que la señora de Kirchner solicitara opinión sobre medidas para combatir a la inflación a algunos economistas que no forman parte del gobierno pero que nadie podría calificar de "liberales", adjetivo infamante para el kirchnerismo. 
                 ¿Habrá finalmente comprendido la primera magistrada que la inflación existe, que es una de las más altas del mundo, que no estimula el crecimiento, que obstaculiza las inversiones de largo plazo y que es el más regresivo de los impuestos para los más necesitados? 
              Nos permitimos dudarlo. Reconocer su craso error implicaría llevar adelante políticas enteramente opuestas a las populistas y cortoplacistas que han signado su gobierno. Debería dejar de lado la ya gastada retórica infantil y voluntarista que la caracteriza y asumir el costo de medidas impopulares, justo en un año electoral. 
               El gran problema de los relatos artificiales es que es muy complicado para sus autores salir del laberinto que ellos mismos crearon. La ilusión es un lugar más confortable, aunque detrás de ella siempre acechen las crisis, el despilfarro de oportunidades y un futuro sombrío. 
Viernes 22 de febrero de 2013 
Dr. Jorge R. Enríquez 
jrenriquez2000@gmail.com 


twitter: @enriquezjorge

domingo, 24 de febrero de 2013

2013

FERRICIDIO II:

LA RUTA

DEL DINERO.


Por 


Ernesto

Bobek 


Cáceres.
Abogado (Justa Causa)



La democracia debe ser algo más que dos lobos y una oveja votando qué van a comer. 
(James Bovard)
De acuerdo a mediciones internacionales y poco discutibles por lo obvias, Argentina está en una situación delicada respecto a estándares de corrupción. Ninguna forma de gobierno puede garantizar la inexistencia de corruptos. Otros países también los tienen, pero al ser descubiertos pagan las consecuencias y se ven obligados a renunciar. Puntualmente lo hemos visto en Brasil con el novel gobierno de Dilma Rousseff. 
Existen funcionarios “cara de piedra” que niegan cualquier responsabilidad que les quepa y la derivan a terceros y fantasmas inhallables. También los “cara de nada” que aún ante la evidencia, convenientemente asesorados omiten pronunciar palabra, ya que saben que eso los complicaría en una eventual instancia judicial posterior. Pero en ambos casos, el más rancio cristinismo ha encontrado en la imposible aunque declamada “Democratización de la Justicia” la manera de apretar magistrados y amañar sorteos de otros. ¡Minga de juez natural e imparcial! Eso es para la gilada. 
Las tragedias con multiplicidad de víctimas -muertos y heridos- han encontrado patrones comunes desde República Cromagnón hasta la de la terminal ferroviaria de Once. En el caso de Cromagnón, merced al primer juicio político de nuestra historia el entonces Jefe de Gobierno porteño fue destituido, si bien resulta patético que 200 muertos mediante durante su gestión, hoy Aníbal Ibarra sea legislador electo. 
Cada funcionario es responsable de los colaboradores que designa. 
Así, el titular del Poder Ejecutivo se debe hacer cargo de la idoneidad y honorabilidad de los ministros, secretarios y subsecretarios que designa. En cambio no puede responsabilizarse a quienes emiten un sufragio por los actos de quienes llegan a la función pública desde una degradada forma de elección donde priman las listas sábana, esas que nos obligan a votar un “paquete” de nombres de desconocidos. Algo similar a un “combo” de local de comidas rápidas, pero donde los papafritas somos los argentinos. 
La presidente tuvo la poco feliz idea de hablar públicamente del siniestro a un año del hecho. 
Por primera vez desde que recuerdo, un presidente de la Nación es objeto del agravio personal directo de una multitud; y no por parte de grupos politizados, sino de víctimas y sus familiares. 
La infinita paciencia del pueblo encontró un límite. Transcurrió un año y no hay detenidos. 
Muchos estamos convencidos que los sospechados ya imputados y también los aún no visibles socios de éstos van a dificultar cuanto puedan la investigación para eludir la acción de la justicia. 
Tal como lo sostuvo el Presidente de la Auditoría General de la Nación Dr. Leandro Despuy, la tragedia de Once fue producto de la corrupción en torno de la concesión de los trenes. Lo ofensivo para la opinión pública -y no la publicada, de un tan desvergonzado como alevoso predominio oficialista- es que Ricardo Jaime, Schiavi, De Vido y tantos otros se encuentren aún en libertad. 
Desde el propio gobierno se reconoce que los trenes están en situación catastrófica. Si sabemos que desde hace diez años se destinaron unos dos millones de dólares diarios al sistema ferroviario, la investigación se deberá centrar en la ecuación “recursos derivados/recursos aplicados”. 
La ruta del dinero para los ferrocarriles y su correcta inversión dejará al descubierto a los responsables. Desde esa óptica deberá investigarse tanto a los concesionarios que percibieron los montos, como a quienes debían controlar su correcta aplicación en reparaciones y renovación de coches, vías, señalización y estaciones. De ese análisis surgirán los responsables directos, cómplices y encubridores que saqueando dinero de los argentinos despreciaron el valor de vidas humanas que segaron, como la salud de inocentes víctimas y familiares que resultaron mutilados física y psíquicamente. 
Tal como aconteció con Cromagnón, el ferricidio fue una tragedia pero no un accidente. 
La Justicia debe investigar mediante pericias técnicas y contables cuánto dinero aportado por el Estado no se aplicó y recuperarlo de quien lo haya percibido. También es de esperar que no le tiemble el pulso a ningún magistrado para aplicar y confirmar las más severas penas a todos los responsables, no debiendo descartarse la de reclusión perpetua. 
CABA, 24/02/2013
2013

Mentira,      

Frivolidad

Nota de

Pepe

Eliashev.
Colaboración
de :
Elvira Lovera Laspiur.

  

Mentira, frivolidad ideológica, sumadas a algunas conjeturas chapuceras, son las claves del culebrón Argentina-Irán, que volvió a menear el Gobierno, cuya capacidad de manipulación (nobleza obliga) es inagotable. La “comisión de la verdad” anunciada por Teherán y Buenos Aires 

es un salto al vacío, una patraña vulgar y de corto vuelo. 
Tan superficial es la impronta del Gobierno, que cuando uno de los dubitativos dirigentes de la comunidad judía le cuestionó el nombre
(¿acaso antes no se había buscado la verdad?), Timerman replicó “es sólo un nombre, a mí tampoco me gusta llamarme Héctor, pero es mi
nombre”.
El nombre de esa comisión es un espectacular triunfo diplomático y político-cultural de Irán. Timerman, en nombre de la Argentina, admite que tras casi 19 años de investigaciones y a siete años de las imputaciones formales de 2006, recién ahora se sabrá la verdad, pero en Teherán.          En su sistemática tarea de romper puentes, la Argentina ahora se enfrenta a Israel. 
Cede de hecho un tramo decisivo de la jurisdicción argentina a Irán, pero acusa a Israel de entrometerse en cuestiones internas. 
Pretende ignorar Timerman que para Israel lo relevante y específico de su misión en el mundo es proteger los legítimos intereses de los judíos de todo el planeta. 
Por eso, participó activamente de la emigración de un millón de judíos de la hoy desaparecida Unión Soviética en los años noventa. 
Lo mismo sucedió con decenas de millares de judíos de Etiopía, aerotransportados de urgencia 
por Israel hace ya dos décadas. 
El propio padre de Héctor, Jacobo Timerman, fue recibido por Israel en 1977, cuando el régimen
militar que lo secuestró y torturó, lo expulsó del país, tras quitarle la ciudadanía argentina.
Ahora, Hector Timerman dice que Israel no debe meterse en asuntos argentinos, pero tras la matanza de 1994 socorristas israelíes y los servicios de inteligencia hebreos vinieron a dar una mano a la Argentina. 
La conexión israelí con el mundo judío es el dato relevante y específico de su razón de ser. 
¿Si Israel hubiese existido entre 1933 y 1945, hubiera acaecido la Shoá?Timerman actúa con una agenda ideológica que le encanta a Cristina y con la que ella simpatiza activamente. 
El triunfo histórico del régimen de Irán con la Argentina es haber pateado el tema para dentro de muchos años y liberarse de la pesada responsabilidad de estar sindicado como casa matriz de la matanza. 
Esa es la agenda secreta y profunda.El gobierno de la Argentina ha actuado conforme a su evidente empatía ideológica; quiere sacarse de encima el asunto, propiciando condiciones para que los vínculos con la teocracia de Irán se
establezcan al nivel de plena normalidad. 

El gran logro de Irán, calificado de anuncio “histórico” por Cristina Kirchner, no debe
subestimarse, como tampoco la destreza de Timerman para confundir a segmentos de la azorada y desconcertada comunidad judía argentina.
La grandilocuencia presidencial es inversamente proporcional a la verosimilitud de sus anuncios. ¿Dónde está lo histórico? 
¿En quetras diecinueve años de impunidad, producto de la metálica negativa iraní a admitir los reclamos argentinos, ahora sea en Teherán que
aceptarán ser entrevistados los requeridos por la Justicia argentina?
Nunca antes este país se despeñó tanto en su autoestima.
Han mentido desde el primer día. Néstor Kirchner anunció triunfalmente en julio de 2004 la aparición de 45 casetes vinculados con el ataque terrorista de 1994 que podrían tener la clave de lo sucedido. 
Tuvo que rectificarse. 
Dichos casetes no eran tales. 
Pero como ese día recibía a dirigentes de la comunidad judía y necesitaba hacer un anuncio, “se mandó” con la patraña, sin pestañear.Mintieron de nuevo en marzo de 2011, cuando quien firma esta columna reveló aquí que Timerman ya había acordado (bajo patrocinio
del sangriento dictador sirio Bashar Al Assad) un entendimiento con Irán.
Deschavado y furioso, no sólo pretendió descalificarme, sino que le mintió a Israel.
El 26 de marzo de 2011 anuncié aquí que la Argentina e Irán negociaban en la clandestinidad, desde enero de 2011, con apoyo explícito del régimen de Siria, sostenido principalmente por Teherán.
Di más detalles y nuevas revelaciones el 23 de junio de 2011. 

El Gobierno mintió también esa vez.
 Escribí que “las mentiras como herramienta de Estado han sido el método predilecto del Gobierno en su zigzagueante y turbia conducta para con la comunidad judía, Israel y los organismos internacionales”.Han sido tantas y tan formidables esas mentiras, que se ha olvidado, que fue la Presidente quien en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2012 proclamó que le gustaría aplicar con Irán lo
que ella bautizó mentirosamente como supuesta e inexistente “doctrina Lockerbie”.
Aludía con ligereza al pequeño pueblo escocés sobre el que cayó, el 21 de diciembre de 1988, un Boeing 747 de Pan Am, tras estallar a bordo una bomba colocada por terroristas envíados por el régimen libio de Muammar Gadafi, que mató a 270 personas. Gadafi entregó en abril de 1999 a dos agentes de sus servicios a la Justicia de Escocia, admitiendo la autoría libia de la matanza. Uno de ellos fue condenado a cadena perpetua en enero de 2001 por tres jueces escoceses. 
El juicio de Escocia a los terroristas libios se sustanció en un enclave holandés sólo para evitar peligros en una sede neutral, pero los magistrados eran escoceses y el único condenado fue encerrado en una cárcel de Escocia.¿Por qué aceptaría ahora la gobernante teocracia de los ayatolás que jueces argentinos indaguen libremente a los imputados iraníes? 
Un aparato blindado y experto como el del régimen iraní, de intransigencia total con los Estados Unidos y Europa, que ha dilatado sin interrupciones sus negociaciones nucleares con el mundo, 
¿se allanaría ahora mansamente a abrirse ante una Argentina intrínsecamente débil e irrelevante? Hace falta mucha y muy aldeana ignorancia, además de una enervante cuota de soberbia, para suponer que la milenaria diplomacia persa será primereada por Timerman.Asombra que sectores de la dirigencia judía consideren natural buscar “la verdad” en Teherán. Las explicaciones que balbucean dirigentes de la DAIA son increíbles y pedestres. 
Entrevistado por Julio Blanck en TN, Julio Schlosser, el titular de la DAIA, alineado con el Gobierno, se defendió infantilmente, “¿Con quién quieren que me siente a negociar, con Suecia? ¿De qué me sirve?”. La Argentina no saldrá indemne de esta aventura y los responsables, comunitarios y nacionales, de este fraude algún día deberán dar explicaciones.

!!!SUERTE EN LIBERTAD!!!!!!
2013



Curiosa

Encuesta
Por :

Enrique Guillermo Avogadro.

El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. 
La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria”. 
Winston Churchill.


Existe una viejísima comparación que describe a los estadounidenses, individualmente, como inocentes, crédulos, ilusos, aburridos, cándidos, etc., mientras que, a la vez, pinta a los argentinos –sobre todo, a los porteños- como vivillos, ranas, rápidos, imaginativos, creativos, piolas, etc. Todo termina cuando pensamos que los norteamericanos, todos juntos, hicieron ese país, mientras que los argentinos, también juntos, terminamos con el nuestro.


 Ante la sinrazón de la política exterior del Gobierno, que nos ha llevado a un curioso alineamiento con Irán, propongo realizar una encuesta nacional con una sola pregunta: hoy, ¿dónde usted preferiría vivir?              ¿En Venezuela, Nicaragua o Bolivia, o en Estados Unidos, Canadá, Chile, o Brasil?
  Estoy convencido que ni los más fervientes fanáticos, esos que forman la legión de los aplaudidores permanentes de la Casa Rosada, elegirían compartir las miserias que los populismos chavistas se han concertado para generar en sus países, cada vez más empobrecidos por políticas nefastas y teorías económicas trasnochadas y fracasadas.    Creo que, si se abriera la posibilidad de la emigración masiva a algunos de nuestros vecinos continentales, ni Milagro Sala, Pérsico o D’Elía conseguirían evitar la deserción de sus bases.
Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando mentamos al progresismo vernáculo, que es lo opuesto al progreso? ¿Por qué razón los argentinos continúan votando, desde hace décadas, a políticos que sólo buscan perpetuarse y enriquecerse desde el poder? ¿Por qué no exigimos que nuestros terribles impuestos y la monstruosa recaudación del Estado se apliquen a mejorar la educación, la salud, el transporte, la energía, etc., y no terminen, como hasta ahora, en los bolsillos de estos próceres de pacotilla, con voluntad de eternizarse? 


No puede ser sólo por el “sálvese quien pueda” porque, en general, son muy pocos los que lo consiguen, y esto es archiconocido. Cuando se deteriora tanto el nivel cultural de una sociedad, ésta lo sufre en su conjunto, ya que le impedirá progresar y desarrollarse; y lo mismo sucede con el estado sanitario. Cuando un país carece de infraestructura adecuada y de energía suficiente, retrocede rápidamente, ya que pierde competitividad, sus costos escalan, se reducen los puestos de trabajo o no se crean nuevos y, en general, los bienes y servicios que se ofrecen a la población empeoran.                                        Si es así, ¿por qué creemos tan fervientemente en la necesidad de contar con una línea de bandera (la mayoría de los grandes países no la tienen) que subsidia los viajes de los ricos en lugar de destinar esos fondos -¡tres millones de dólares diarios!- a mejorar los ferrocarriles y los colectivos? ¿Por qué nos enzarzamos en una discusión inútil acerca del “Fútbol para Todos”, que tanto nos cuesta en viviendas, escuelas y hospitales no construidos, en vez de exigir que la publicidad en las transmisiones se abra a los privados?                                                ¿Por qué permitimos que, en lugar de subsidiar a los usuarios pobres del transporte público, se regale dinero a las empresas, que no invierten y cada día asesinan a nuestros compatriotas?                                      Obviamente, la lista de incongruencias en nuestro imaginario social podría extenderse muchísimo más allá de lo que permite la brevedad de esta nota, pero usted, sufrido lector, podrá completarla con nuevos ejemplos.                                           Si tantos argentinos quisiéramos, como creo, vivir en un país serio y normal,                 ¿por qué nos resignamos a que esta caterva de políticos que hemos generado –ninguno salió de un repollo- transforme nuestra vida cotidiana en miserable, sin seguridad, con drogas, con muertes, con inflación, a oscuras, cada vez más abajo en todas aquellas categorías que convierten la existencia en algo digno?                    ¿Por qué no damos un salto cualitativo, escogiendo con cuidado a nuestros representantes?                              ¿Por qué no optamos por quienes ofrezcan construir, con seriedad, con curriculum y sin prontuario, esos puentes hacia el futuro? 
  Esta semana, como tantas otras en el pasado reciente, tendremos una prueba de fuego para nuestros diputados, que los senadores ya reprobaron. El oficialismo llevará al recinto, luego de un rápido paso por las comisiones adictas, el proyecto de ley que transforma el memorándum firmado con Irán en un tratado y, como tal, le daría rango constitucional. Si es aprobado, como cree el Chivo Rossi que sucederá, Argentina habrá atado su suerte a la de un país del cual todas las democracias occidentales reniegan, que abjura de los derechos humanos, que ha atentado contra nuestro territorio y nuestros ciudadanos y que, si pudiera, destruiría a Israel. 
¿Para qué todo eso?                             Carlos Pagni, tal vez el mejor analista del país, esbozó una teoría esta semana: doña Cristina está intentando convertirse en árbitro de un conflicto, que imagina inminente, entre Rusia e Irán y Estados Unidos e Israel. Si fuera así, la megalomanía habitual de nuestra señora Presidente se habrá transformado en una patología sumamente peligrosa, tanto para ella misma cuanto para los demás, los cuarenta millones de argentinos. 
Baste recordar que un error de diagnóstico, no falso protagonismo, llevó al Gral. Perón a creer en la inmediata deflagración de una guerra entre el Occidente capitalista y el mundo comunista, y el precio que, en materia de aislamiento internacional tuvo que pagar la Argentina por él. 
El cristinismo ha logrado, como ya lo hizo con la clase media, los sindicatos, el campo, etc., poner en contra suya a toda la colectividad judía, cuyo poderío económico nadie ignora, que ha unificado su voz por primera vez en mucho tiempo.                                  ¿Qué sentido tiene pegarse un tiro en el pie todos los días?                                            ¿No le basta con el malhumor que produce la siempre negada inflación, los controles de precios, el cepo al dólar, la humillante exhibición de impunidad de los funcionarios?.


Esto, sin duda, es escupir al cielo, pero muy cortito. Todo hace que, con cada paso, el Gobierno se ensucie más.                           
Enrique Guillermo Avogadro.

Abogado.

viernes, 22 de febrero de 2013

2013


Artículo

de


opinión.


Por : Alberto Medina Mendez.

Intimidación eficaz y 

humillación permanente.


El poder se consolida y avanza en la medida que va encontrando avales tácitos y explícitos que se lo permiten. Cuando la sociedad por acción u omisión va firmando cheques en blanco, pues el sistema acelera el proceso y se fortalece día a día. Esto ocurre solo cuando las respuestas de la sociedad se convierten en permanentemente funcionales.Pero también se refuerza esa idea por la cual cuando cada uno de los actores, se somete mansamente a la letra fría del guión sin más, pues los gobiernos siguen avanzando y lo hacen a todo ritmo.
          Mucho de eso está pasando en estos tiempos. Por diferentes motivos, y con el poder va consiguiendo, secuencialmente, paso a paso, cada uno de los objetivos que se propone, y lo consigue en base a una dinámica poco novedosa pero muy pragmática, la de generar temor en la sociedad.
                Es evidente que no pueden conseguir respetabilidad, ese atributo tan ansiado por muchos pero que tanto merito real implica lograrlo, y mediante el cual los ciudadanos se sumarían a ideas y proyectos de un modo activo, voluntario, con plena satisfacción y evidente entusiasmo.
                 Asumiendo sus limitaciones y escasos talentos, acuden al mecanismo más bajo, antiguo, pero efectivo, el de construir temor, el de producir miedo, ese que paraliza y que hace obedecer sin ninguna resistencia.
                  Bajo esta dinámica, todos, desde su lugar, parecen ser el blanco de la estrategia elegida. Nadie puede quedar afuera y en ese juego, el poder hace mucho esfuerzo por profesionalizarse y perfeccionar herramientas.
                   Primero empieza por lo más simple. Intenta comprar voluntades, o tal vez sería mejor decir, utilizando el término adecuado, que pretende alquilar voluntades abonando su canon periódicamente para conseguirlo.
                    Con esos ciudadanos, utiliza el más lineal de los instrumentos, el dinero, ese que permite quebrar voluntades, por el solo hecho de recibir algo a cambio. Esta modalidad es magistralmente exitosa, ya que establece un vínculo perverso pero altamente efectivo de dependencia sostenida.
                      Los sectores más vulnerables son los primeros en caer en esta redada. Son los que precisan sobrevivir y no han encontrado aun el modo de lograrlo. La pobreza es el primer escalón al que se acude bajo esta dinámica, con diferentes formas que comparten la esencia central. Ayuda social, dádivas, subsidios, cualquier forma de asignación de dinero, directo o indirecto, sirve para que este sector de la sociedad actúe en consecuencia y se someta a los mandatos del poder, sin ningún argumento que modere su impacto.
                Si no cumplen al pie de la letra su parte del trato, serán abandonados, y el gobierno dejará de darles, lo que discrecionalmente les otorga cotidianamente. El temor a perder esa ayuda económica, hace que esa parte de la sociedad canjee dignidad por dinero sin pensarlo demasiado.
                  Pero a medida que se avanza en esta estrategia, se van encontrando con sectores más duros, que oponen algún tipo de escollo, que tienen mayor reservar moral y allí apelan a otras refinadas herramientas, mas retorcidas y sofisticadas, pero no por ello, menos efectivas.
                   A los medios de comunicación en general y a los periodistas en particular, los dominan con la pauta oficial. Un par de anuncios por acá, otros por allá y ya está, automáticamente se alinean y se avienen a decir lo necesario.
                     Lo hacen ya sea porque reciben favores económicos y eso los convence de que el gobierno dice la verdad siempre, y que hasta tienen enemigos comunes, o bien, cuando funciona la autocensura, esa variante de sobreactuada lealtad, de no morder a la mano del que les da de comer.
                      Sin justificarlo, se puede entender que los sectores asalariados, los más débiles desde lo económico, acepten someterse a cambio de supervivencia, aunque eso no los exime de la indignidad de hacerlo.
                        Pero llama mucho más la atención como gente que no precisa el dinero para su sostenimiento vital, y que inclusive ha construido grandes empresas, se someta linealmente, casi del mismo modo que el resto de la comunidad.
                        Resulta difícil entender la falta de coraje en general, pero mucho más la de los que más tienen. Es cierto que los gobiernos, se han especializado en encontrar nuevos modos de atemorizar, de intimidar, pero se supone que este grupo de ciudadanos debería tener más anticuerpos para oponerse.
                        Amenazas de mostrar trapos sucios, probables inspecciones de organismos estatales, algún incremento de tributos siempre inminente, cuando no operativos de prensa en proceso, o simple condena social organizada, las herramientas son múltiples y siempre existe la posibilidad de incorporar nuevos instrumentos que se agreguen al arsenal habitual de rutina.
                          Los empresarios, los hombres de negocios, también son objeto de esta disputa de poder, en el que los gobiernos se han propuesto amedrentarlos como uno más, aunque en estos casos con métodos diferentes.
                            Bajo ese paraguas de temor, muchos de ellos terminan claudicando, se ocultan, buscan perfil bajo, sacrifican ganancias y resignan negocios solo para no ser el nuevo blanco de los ataques.
                              Inclusive a veces son tentados por el poder de turno para ser parte de algunos proyectos y recibir su tajada redoblando la apuesta para asociarlos y tenerlos del mismo lado. De ese modo se asegura el poder, que nadie podrá arrepentirse pronto, al menos no mientras el nuevo negocio funcione.
                              Algunos pocos, han empezado a mostrar el camino. Solo se consigue vencer al poder, cuando se deja de respetarlo como tal, cuando se aparta esta idea de tenerle miedo crónico y temor visceral, y se comprende que arrodillándose solo se posterga el final, pero no se cambia su rumbo.
                                 Por ahora estamos en el proceso de acrecentamiento de ese poder que solo los consolida cada vez más, y recorriendo ese temible círculo vicioso de tener más votos y apoyo popular, más adeptos y prisioneros del sistema, para seguir haciendo lo mismo con altos índices de resignación social. En fin, en estos tiempos solo vemos la indignidad de un proceso de intimidación eficaz y humillación permanente.
Alberto Medina Méndez.
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54 – 0379 - 154602694

lunes, 18 de febrero de 2013



2013


  El tercer atentado es de índole

                     moral. 

        Por Santiago Kovadloff


Hubo en el pasado una industria de la muerte. 
Prosperó en los campos de concentración alemanes. 
Hay ahora una comercialización de la muerte. 
Acaba de convalidársela en el Parlamento argentino.
Ahmadinejad puede sentirse satisfecho. 
A su negacionismo de la Shoá se suma ahora la subestimación del dolor judío por parte del Estado argentino. 
Si se trata de renegar de lo sucedido, la coincidencia no podía ser mayor.A los dos atentados materiales que ya tuvieron lugar se agrega ahora este tercer atentado que es de índole moral y que, una vez más, es cometido en la Argentina. 
Con él ha volado por el aire la máscara que cubría la cara del delito y la mentira. 
Hoy no hay conexión local en la siembra del espanto; hoy todos los responsables de lo ocurrido son argentinos y forman parte del gobierno nacional.

La defensa del acuerdo establecido con Irán es clara en su propósito: se trata de convertir a los verdugos en inocentes y a los inocentes asesinados en seres insignificantes.

Con este acuerdo humillante, la Argentina se aparta de la verdad y de la historia. 

De la historia, porque la historia pide que no haya olvido. 
De la verdad, porque la verdad reclama justicia y sólo se le brinda el encubrimiento del crimen y el desprecio del dolor.

¿Dónde está el progresismo de quienes se subordinan al mandato de los delincuentes?

¿Dónde está la política de derechos humanos de un gobierno que tiene oídos para los que violan esos derechos y no los tiene para quienes exigen su vigencia?

Ayer la verdad ha sido vendida al mejor postor por el Parlamento. 
Su responsabilidad era resguardarla.
 Y la ha rifado. 
Mayoría de la pequeñez y de lo infame. 
Mayoría de lo vergonzoso y lo perverso. 
Mayoría del desprecio por la soberanía nacional. Mayoría de la bajeza ejercida sin temblar y de la obediencia debida practicada con fervor.

Ni la justicia argentina ni la comunidad política del país ni la colectividad judeo-argentina están con el Gobierno. 
Pero el Gobierno no está solo. 
El Gobierno está con Irán.

Hay desde ayer una nueva clase de desaparecidos en la Argentina. 
Son los asesinados en la AMIA y la embajada de Israel.
El Gobierno ha decidido, con su acuerdo escalofriante, terminar con su significación como fundamento de la búsqueda de la verdad y la justicia. 
Los ha hecho desaparecer como límite intransponible de toda conducta indigna. 
Ha volatilizado su valor real y simbólico para convertir en un patético acuerdo la indignidad. 
El Gobierno lo sabe. 
Lo sabemos nosotros. 
El olvido no tendrá lugar.

Este texto fue leído por el autor en el acto de ayer frente al Museo del Holocausto
FUENTE: LA NACIÓN