2014
la
victoria…,
nunca!
Por:
Enrique Guillermo Avogadro.
Lo que yo cuento en el
periódico no son chistes.
Yo lo único que hago es observar
al gobierno e informar los hechos”
Will Rogers.
La semana estuvo signada, por tres temas: el
narcotráfico, la huelga docente, y la forma rápida y astuta en que Kolynos Massa
salió a cruzar el anteproyecto de Código Penal que la Presidente anunció que
enviaría al Congreso. Tuvo razón en hacerlo aún antes del ingreso del nuevo
texto al parlamento ya que, una vez allí, la conformación de las cámaras
permitirá al Gobierno aprobar cualquier disparate.
Con ello, alteró la agenda del Gobierno y levantó
una polvareda que aún empaña el horizonte. Aún cuando las firmas que obtenga
sean muchas, no resultará vinculante (obligatorio), pero pesará como muestra de
la opinión generalizada. Pese a que estoy de acuerdo con el Diputado en su
planteo, sobre todo por la inoportunidad de la discusión de un tema tan grave,
creo que se ha transformado en una cortina de humo tras la cual el kirchnerismo
logrará discutir, sin demasiadas estridencias, el proyecto de Código Civil y
Comercial que ya tiene media sanción en Senadores.
A contramano de la sensación popular, motivada por
el crecimiento notorio de la inseguridad y el narcotráfico, el cambio que se
propone a través de esos códigos me parece aún más grave que el primero. En
ellos los argentinos tendremos un nuevo ordenamiento vinculado a toda nuestra
vida: en el digesto civil se regulan todas las relaciones de los ciudadanos
entre sí, desde su nacimiento hasta la muerte y, por ello, debiera ser motivo
de una discusión más amplia y, sobre todo, alejada de la politiquería y de la
coyuntura; un gobierno que deberá dejar el poder a corto plazo y que, además,
se propone cubrir con un manto de impunidad a sus funcionarios corruptos, sin
duda alguna no es el más apto para encarar tantas modificaciones de fondo y, menos
aún, cuando cuenta con inmundas mayorías que se cierran ante cualquier debate
que implique el riesgo de cambiar una coma de los proyectos que envía el
Ejecutivo y se apresuran a levantar la mano para aprobarlos por obediencia
debida. Por eso, insto a mis conciudadanos a mostrarse diligentes y activos, y
exigir a sus representantes abstenerse de votar favorablemente ambos temas.
Como siempre –Dios está en todas partes pero
atiende en Buenos Aires- el asesinato de un narcotraficante por sicarios en los
bosques de Palermo consiguió dar la visibilidad que merece al problema del
narcotráfico y, sobre todo, del narcolavado, por la enorme vinculación que
tiene éste con la corrupción gubernamental, política y policial. Si recordamos
que la propia campaña presidencial de doña Cristina fue financiada por los
laboratorios responsables de la exportación de efedrina a México, o los
esfuerzos que los funcionarios realizan diariamente para facilitar su comercio
–falta de radarización y vigilancia de fronteras y rutas, incontrolada
inmigración y, sobre todo, blanqueo oficial e impune de sus dineros- deberemos
coincidir en que resulta indispensable, como arma prioritaria en esta lucha, la
transparencia total de financiación de la política; las enormes sumas que
genera la actividad permiten la compra de las voluntades más gravitantes en
cada país, como ya lo mostraron, tristemente, Colombia y México.
La negativa del Gobierno a dar al problema su
verdadera dimensión, pese a que donde más se ha expandido el consumo es en las
capas más empobrecidas de la población, indica claramente en que bando de este
combate se han colocado sus más importantes funcionarios. Si no reaccionamos ya
mismo, si no acordamos sinceras políticas de estado para evitar su expansión,
en poco tiempo más los dos centenares de muertos que ya enlutan Rosario se
convertirán en miles en todo el país, ya será tarde y Argentina habrá perdido
esta guerra.
Si, como ya es oficial, el gasto público creció en
enero nada menos que 44%, generando un déficit fiscal que sólo los manotazos a
la ANSES han podido paliar, la intención de llegar hasta el 2015 sin excesivas
turbulencias tiene la pólvora mojada.
Tal como era de prever, las medidas
coyunturales y aisladas dispuestas por el Banco Central con relación al mercado
cambiario han tenido un éxito que, sin un plan antiinflacionario claro,
concreto y, sobre todo, confiable, no podrá extenderse por mucho tiempo.
En
especial, por la monstruosa suba de precios registrada en el mes de febrero,
que algunos autorizados analistas ubicaron en algo más del 6%; resta saber qué
hará el INDEC para evitar convalidar esa información.
De todas maneras, y como se esperaba, la huelga de
los docentes, que promete agravarse, habla muy a las claras de cuánto entienden
las bases sindicales que se deterioraron sus salarios, y cuánto se reducirá su
poder adquisitivo este año que, a los efectos, recién empieza.
Lo notable, si
se quiere, es que quienes han encabezado la protesta son los gremios más
kirchneristas; la mayor prueba de ello es que, sólo para impedir que Macri se
desmarcara del conflicto, los “trabajadores de la educación”
fueron
al paro ¡después! de consensuar con la ciudad de Buenos Aires la pauta de
remuneraciones.
Creo que sólo las alarmas rojas que se encendieron
en todos los tableros en enero y febrero –fuga de reservas, devaluación, salto
inflacionario convalidado, aumento de tasas, conflictividad social- y la sensación
de la inminencia del choque planetario, es lo que hace que algunos analistas
muestren hoy un exagerado optimismo respecto a los resultados terapéuticos del
giro copernicano realizado por el Gobierno.
Mi sensación es que, a pesar de la
orden a los bancos de liquidar divisas y los adelantos de las cerealeras, no
obtendrá una mejora de la economía más allá de julio; después, Dios dirá, y no
será nada bueno.
En especial, por la importante contracción (“estanflación”)
que nos afectará este mismo año.
La grave crisis en la situación de Ucrania, de no
encontrar una rápida solución no militar, repercutirá con fuerza en la suba de
los precios de los combustibles, y la profunda dependencia que hoy tenemos del
gas y del petróleo importados complicará aún más el panorama económico.
Si en
2013 tuvimos que gastar casi US$ 14.000 millones en pagar esos indispensables
energéticos, la factura podría entonces subir a la estratósfera y el escaso
nivel de reservas con que contamos no transformarán el hecho en una buena
noticia, en especial porque se deben pagar al contado y en efectivo.
Por otra parte, el ya injustificable apoyo del
Gobierno al tiránico Pajarito Chiquitico, no ha hecho más que desnudar la
falsa política de derechos humanos de doña Cristina.
Pero lo más asombroso fue
la misa en honor del fallecido Papagayo Caribeño a la asistió la
Presidente el miércoles, en especial porque contrastó con su notoria ausencia a
las que se celebran por las víctimas del crimen de Once, del cual su gobierno
es responsable directo por haberse robado los dineros que hubieran podido
evitarlo.
Un renacido ex Twitterman se ocupó, esta
semana, y después de recular en chancletas por el memorándum con Irán, otra vez
nos pone en la picota mundial con la errática política internacional. Mientras
el Chiquito pero Rendidor Kiciloff y el Mago Galucchio
hacen malabares para tratar de mejorar la imagen de la Argentina y la
percepción de un clima de negocios razonable (condiciones esenciales para un
más que dudoso desembarco de inversiones extranjeras), y muchas provincias
cierran acuerdos con los Estados Unidos para la lucha contra el narcotráfico,
nuestro Canciller, recordado por su tenaza en Ezeiza, dedica altisonantes
agravios a ese país y el Jefe de Gabinete niega el problema y ratifica que no
se controlará la inmigración.
Si no hubiéramos inventado el blanqueo más
injustificado y generoso para los corruptos y los lavadores de dinero, tal vez
las posturas de éstos hubieran parecido más serias, pero lo único que han
conseguido es ratificar el ridículo papel que la Presidente obliga a desempeñar
a sus ministros.
A este paso, debe faltar poco para que los
aplaudidores ofrezcan a doña Cristina mediar entre Moscú y Kiev o entre La
Habana y Táchira. Tal vez desde ese rol, nuestra gentil Presidente pueda
intentar digerir el nuevo sapo que ha pasado a integrar su dieta: la nominación
de SS Francisco como candidato al Nobel de la Paz. Ahora que se ha anunciado
que doña Cristina, camino a la Feria del Libro de París, también haría una
escala en el Vaticano, habrá que observar qué consecuencias tendrá la
entrevista privada que allí mantendrá con un Bergoglio muy, muy preocupado por
la situación en la Argentina.
Voy a encender una luz de esperanza para mis
conciudadanos que aspiran a que el kirchnerismo desaparezca de la faz de la
tierra.
Es posible que, de cara a las próximas elecciones, cuando quiera que se
produzcan, se consoliden dos frentes: el primero sería una alianza entre Cobos,
Aguad y Macri; el segundo, entre Massa, Reutemann y Eduardo Bussi, el actual
Presidente de la Federación Agraria; resulta claro que saldrán de ambos
fórmulas lo suficientemente potentes para confirman la exclusión del candidato
del Frente para la ¿Qué? de un ballotage.
¡Espero que Dios bendiga tamaño signo
de madurez política!
Bs.As., 9 Mar 14
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Abogado
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