Ricardo Buryaile.
diputado
ante el proyecto de
estatización de YPF.
YPF, forma parte de la historia de nuestro país, es una de las construcciones colectivas de los argentinos que más satisfacciones nos produjo y que nos proyectó al mundo como una nación avanzada.
Vamos a hacer todo el esfuerzo necesario para que esto vuelva a ser así.
La creación de YPF, su consolidación, y el auto-abastecimiento de hidrocarburos fueron logros que enorgullecieron a todos los argentinos; y en esa línea histórica vamos a continuar nuestra lucha por la soberanía energética del país
No participé de la fiesta privatizadora ni fui cómplice de la entrega de YPF, los que si lo hicieron deberían tener la humildad de reconocerlo y no venir hoy a presentarse como recuperadores de lo que ellos mismos entregaron.
Debemos ser honestos con el pueblo. Recuperamos YPF porque forma parte de un proceso que nunca se debió haber interrumpido, pero esto por sí solo no garantiza la solución a los problemas energéticos de nuestro país.
Este gobierno no tiene un programa energético. Les hemos advertido la gravedad de la situación desde hace años, lo ignoraron, lo negaron y hoy buscan un chivo expiatorio a quien echarle la culpa de sus desaciertos.
Hace poco tiempo la Presidente Fernández Kirchner felicitaba a Respsol y a sus nuevos socios argentinos del Grupo Eskenasi por el excelente gerenciamiento de YPF.
Esos “amigos del poder” que compraron acciones sin poner un peso siguen dentro de la empresa, pareciera que ellos no forman parte del problema, o tal vez su participación responda a otro tipo de intereses que no se declaran.
La intervención de la empresa encabezada por Julio De Vido, el principal responsable del descalabro energético que sufrimos, no parece el mejor inicio para la recuperación que todos queremos.
Celebro que las provincias de la OFEPHI tengamos a partir de ahora participación en la dirección de la empresa, espero que esto signifique nuevas inversiones para Formosa, para la creación de fuentes de empleo genuino, para el acceso a una energía más barata y para mejorar en general la calidad de vida de los formoseños.
Tenemos que aprovechar a YPF como una herramienta para equipara las asimetrías entre las provincias de nuestro país y contribuir a desterrar el modelo de centralismo que se ha acentuado en los últimos años.
YPF vuelve a ser de los argentinos, no de un gobierno, sino del pueblo que jamás la abandonó.
La creación de YPF, su consolidación, y el auto-abastecimiento de hidrocarburos fueron logros que enorgullecieron a todos los argentinos; y en esa línea histórica vamos a continuar nuestra lucha por la soberanía energética del país
No participé de la fiesta privatizadora ni fui cómplice de la entrega de YPF, los que si lo hicieron deberían tener la humildad de reconocerlo y no venir hoy a presentarse como recuperadores de lo que ellos mismos entregaron.
Debemos ser honestos con el pueblo. Recuperamos YPF porque forma parte de un proceso que nunca se debió haber interrumpido, pero esto por sí solo no garantiza la solución a los problemas energéticos de nuestro país.
Este gobierno no tiene un programa energético. Les hemos advertido la gravedad de la situación desde hace años, lo ignoraron, lo negaron y hoy buscan un chivo expiatorio a quien echarle la culpa de sus desaciertos.
Hace poco tiempo la Presidente Fernández Kirchner felicitaba a Respsol y a sus nuevos socios argentinos del Grupo Eskenasi por el excelente gerenciamiento de YPF.
Esos “amigos del poder” que compraron acciones sin poner un peso siguen dentro de la empresa, pareciera que ellos no forman parte del problema, o tal vez su participación responda a otro tipo de intereses que no se declaran.
La intervención de la empresa encabezada por Julio De Vido, el principal responsable del descalabro energético que sufrimos, no parece el mejor inicio para la recuperación que todos queremos.
Celebro que las provincias de la OFEPHI tengamos a partir de ahora participación en la dirección de la empresa, espero que esto signifique nuevas inversiones para Formosa, para la creación de fuentes de empleo genuino, para el acceso a una energía más barata y para mejorar en general la calidad de vida de los formoseños.
Tenemos que aprovechar a YPF como una herramienta para equipara las asimetrías entre las provincias de nuestro país y contribuir a desterrar el modelo de centralismo que se ha acentuado en los últimos años.
YPF vuelve a ser de los argentinos, no de un gobierno, sino del pueblo que jamás la abandonó.
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