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miércoles, 25 de abril de 2012


¿BOUDOUGATE?

    Por Ernesto Bobek Cáceres
          Abogado (Justa Causa)
          ebobek@fibertel.com.ar
           El tema que preocupa -y mucho - al gobierno es el del vicepresidente y su eventual responsabilidad en hechos de corrupción vinculados a Ciccone, Vanderbroele y Cía. Lo que necesitan imperiosamente es sacar el tema de la primera plana de los diarios. Pero se les complicó, ya que cuando aparentemente le soltaban la mano a Boudou, vino la orden de respaldarlo a muerte.
            Es precisamente esa impronta la que siguió generando primeras planas. Es que ni el kirchnerismo ni el cristinismo aceptan el reconocimiento de responsabilidades o culpas. La única verdad es la palabra del gobierno; todo lo demás son mentiras propaladas por “las mafias” o por quienes intentan desestabilizar al gobierno.
            Y para respaldar a Boudou comenzaron por tirar munición gruesa al juez Rafecas. Los jueces hablan por sus sentencias. Este conocido dato no fue oído por el magistrado. Tuvo que reconocer que cambió mensajitos de WhatsApp con 

un abogado conocido de muchos años, quien sabía estaba por 
la defensa de los imputados, y alegando que lo hizo porque creyó que la causa era una creación mediática. En realidad una pésima interpretación del Dr. Rafecas, porque ya sin importar los hechos que surjan de la investigación, ningún magistrado puede ni debe comentar pormenores de una causa bajo su investigación.
            No importando las posiciones políticas que cada uno pueda apoyar, el Dr. Rafecas debería dejar la causa. Lo tragicómico es que quien exige que lo haga son quienes están por los imputados, cuando el juez, -según sus propios dichos- había supuesto una posición de inocencia presintiendo o presumiendo que el tema era mediático. El problema con el ejecutivo, fue ordenar los allanamientos solicitados por el fiscal, Dr. Carlos Rívolo, un funcionario ejemplar que debe seguir en la causa por el bien institucional del país.
            El desmadre dentro del cristinismo llegó al extremo de cortar la cabeza de Esteban Righi. Lo más acertado es pensar que se le critica que como jefe de los fiscales, no los disciplinó lo suficiente como para evitar las medidas que resultaron tan esclarecedoras como inconvenientes.
            Esta circunstancia, se suma a la adjudicación del 30 % de los billetes a imprimirse a Ciccone Calcográfica, pese a las fundadas sospechas de corrupción. Por si fuera poco la empresa por sus nuevas deudas, quedó legalmente marginada a tal efecto como proveedora del Estado. Ya no solo resulta preocupante la forma alevosamente irregular en que levantó la quiebra. No hay precedentes de tamaño desprendimiento por parte de la AFIP, ni siquiera de la antigua DGI.
            Y, dos más dos son cuatro; la pregunta del millón es: ¿Estamos ante un Boudougate, o no es solo el ya no tan Amado quien orquestó lo acontecido? 

Muchos sostienen que el guitarrazo ambulante Boudou no tiene la capacidad para orquestar tremenda maniobra que dejará a los hoy desconocidos propietarios de la calcográfica unas ganancias desorbitadas. 
Me atrevo a decir que le saldría más barato al Estado mandar a imprimir los billetes en otro lugar, dentro o fuera del país y pagar un subsidio a los empleados de la imprenta, para no perjudicar “las fuentes de trabajo”.
            Estamos ante una enorme mentira. Con el cuento de las fuentes de trabajo, habilitamos a una imprenta que no existe, salvo por sus maquinarias que bien pudo decomisar el Estado 

en pago de parte de su deuda. ¿Qué le debemos los argentinos a Ciccone Calcográfica sino impuestos derrochados? 
Algo huele a podrido, y no en Dinamarca.
            En medio de tanto dislate, la presidente optó por dar una conferencia (nunca de prensa) a su séquito de adulones, incluido el aplaudidor y sonriente Amado, hablando de créditos para compra de camiones. Se sabe que Ciccone se hará de una fortuna por la impresión de los billetes. ¿El crédito de los camiones, es por una suma similar como para omitir en la agenda presidencial siquiera referirse a lo que vergonzosamente está pasando en el país? El tema tiene trascendencia internacional. Y entre tanto Boudou sigue aplaudiendo como foca y a las groseras risotadas que la gente siente que le van dirigidas como burla desde una infame impunidad.
            ¿No podría al menos Boudou guardar la compostura 
que su cargo requiere?   ¿Podrá la presidente dar una verdadera conferencia de prensa refiriéndose al tema de primera plana contestando los requerimientos periodísticos? Antes de que algún desprevenido lector siquiera piense en una respuesta, le adelanto que NO. Jamás lo hará pese a su facilidad de palabra. No podría contestar las más lógicas preguntas dirigidas a ella 
sin atacar al pretenso imperio de los medios que horadan la “impecable gestión” del ejecutivo.
            En tanto, en el camino quedan los robos, secuestros y asesinatos de ciudadanos por un auto viejo o una moto; también los de policías que caen como ratas en cumplimiento del deber ante bandas mejor armadas y equipadas.
            La inflación hace estragos. El secuestro de las reservas del BCRA es solo la punta del iceberg. No tenemos carne a precios accesibles para la clase media; ni hablar de las clases necesitadas. Tenemos instalada y por tiempo indefinido una crisis energética producto de la falta de políticas proactivas. Todo es amiguismo. Todo es discurso único.
            Como corolario: El vicepresidente reconoció haber intermediado para favorecer a terceros de su entorno. 
De los allanamientos, surge que él mismo se encuentra implicado, al igual que sus socios en varias empresas. 
¿Cómo explicar que en otras latitudes el funcionario corrupto descubierto sale eyectado en forma inmediata, y en nuestro país saca tentáculos y se enrosca a su cargo como pulpo, a la espera de que un juez funcional lo sobresea sin siquiera leer de qué se trata? 
 CABA 13/04/12

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