CONSTRUYENDO
UNA NUEVA ARGENTINA.
Coincidencias.
8 N: Lo que fue y lo que viene (esto no ha terminado).
72 horas para celebrar el éxito de la convocatoria. Más que suficiente. Ahora, hay que planificar lo que viene porque esto no ha terminado ni mucho menos, en especial cuando la Administración Cristina exhibe una sorprendente y suicida necedad (el concepto lo repiten varios columnistas dominicales en diarios de diferentes localidades del país, y quienes no tienen relación alguna entre ellos. Es un denominador, evidentemente).
"Así será en los 10 días iniciales de
diciembre, probablemente. Pero no tiene sentido, por ahora, anticipar mucho
más. Que siga el diputado nacional Andrés Larroque haciendo consultas para el
desplazamiento de gente hacia la Ciudad de Buenos Aires. No tiene ni idea la
sorpresa que puede llevarse el córvido que alguna vez fue joven."
CIUDAD DE BUENOS AIRES,
11-11-2012.- (Urgente24).
Algunas conclusiones muy importantes del 8 N que, con toda seguridad, Ud.
protagonizó. Porque 8 N fueron quienes se movilizaron pero también quienes
siguieron el evento, con inocultable simpatía, en las redes sociales o frente a
la pantalla de TV o en el balcón o en la esquina o solamente sonriendo hacia
adentro y diciendo 'Che, qué bueno está esto...'.
Este concepto debe quedar muy en claro:
8 N fuimos muchos, no todos, pero sí muchísimos, la mayoría.
. 8 N fueron muchos de los que votaron por Cristina en
2011 pero no lo harán por el FpV en 2013.
"(...) ¿Cuántos de los ciudadanos que
el jueves salieron a la calle habían votado hace un año por Cristina? No hay
encuestas que den una aproximación exacta. Pero analistas y dirigentes
políticos creen que un componente significativo de la movilización fue el de
votantes kirchneristas desencantados. En el 54% con el que fue reelecta la
Presidenta hubo mucho “voto provisorio”, que optó por una continuidad
previsible pero sin que eso implicara una adhesión total al kirchnerismo. Esa
franja es la que, un año después, no vería satisfechas sus expectativas.
“Entre los que salieron a protestar, hay
muchos que supieron estar lejos y cerca nuestro desde el 2003 hasta ahora. El
desafío es volver a acercarlos...”, dice un hombre del oficialismo que milita
en la postura conciliadora. ¿Cómo hacerlo? Ante esa pregunta es que en el
propio Gobierno algunos empiezan a fogonear la idea de una renovación y
proponen evaluar ciertas medidas económicas, y otras “políticas”, que
descompriman la tensión. Creen, por ejemplo, que este sería el momento para
anunciar un aumento del mínimo no imponible de Ganancias, que el Gobierno ha
descartado hasta ahora pero no definitivamente. Y que podría hacerse una
convocatoria a líderes opositores para iniciar un diálogo sobre una “agenda
institucional”.
Estas propuestas, según trascendidos
de las últimas horas, formarían parte de las que le acercarían a la Presidenta
en la semana que se inicia.
Una pregunta, mientras tanto, se
escucha con insistencia en todas las mesas de análisis político, no sólo las
del oficialismo: ¿Qué hubiera hecho Néstor ante una coyuntura así? En
general, hay consenso en creer que hubiera mostrado una señal frente al
reclamo. Y para dar esa respuesta se apela a antecedentes concretos: cuando el
oficialismo perdió la pulseada en Misiones por la re-reelección de Rovira (en
un plebiscito que tuvo enfrente al obispo Piña y que alcanzó un fortísimo
impacto nacional), Kirchner envió un mensaje claro al forzar el abandono de
pretensiones similares en otras provincias. Y cuando se topó con las impresionantes
movilizaciones de Blumberg, no sólo recibió al padre de Axel sino que envió un
paquete de reformas al Congreso que apuntaba a dar respuesta a aquel reclamo de
seguridad, que hoy reaparece como una de las consignas fuertes del 8N.
(...)".
2. 8 N fueron muchos de quienes
votaron por Cristina en 2011. Y no entenderlo es un problema enorme del Frente
para la Victoria porque su prioridad sería cómo recuperar lo que se la ha
escapado velozmente:
"(...) Dos encuestas a las que tuvo
acceso Clarín coinciden en que más del 30 por ciento de los votantes del
oficialismo apoyan los reclamos, un fenómenos que, según el razonamiento del
sociólogo Enrique Zuleta Puceiro, exhibe “un nuevo tipo de manifestaciones que
están ocurriendo en todo el mundo, con actores que ponen límites a todos y que
expresan una democracia de proximidad, interpretada por una ciudadanía informada,
atenta y cada vez más impaciente”.
El muestreo nacional de Opinión
Autenticada, que recopiló 800 testimonios apenas finalizada la concentración,
concluyó que “entre quienes se manifiestan favorables a las marchas, una
porción que oscila entre el 35% y el 39% reporta haber votado a la Presidenta”.
El 8N, según la consultora, tuvo un nivel de aceptación del 55% y un nivel de
rechazo del 25%.
El relevamiento de Management & Fit
arroja cifras similares. “Más de tres de cada diez de los consultados dice haber
votado a Cristina. Son los mismos que un año atrás tenían una buena imagen de
la Presidenta y que hoy se suman a los que opinan negativamente sobre su
gestión. Por eso creo que estos cacerolazos los tiene que capitalizar el
Gobierno o no los capitaliza nadie”, dice la directora
de M&F, Mariel Fornoni. (...)".
3. 8 N logra poner un límite
al cristinismo. No hay reforma y no habrá reelección. Ella tiene 3 años para
intentar una salida ordenada. Los afiches en la marcha del colectivo Flores de
Papel "Los Vamos a Juzgar" no fueron bromas ni amenazas. Apenas
advertencias.
"La Plaza de Mayo, La Plaza del
Obelisco, alrededores de la Quinta de Olivos. Como las plazas centrales de
Córdoba, Rosario, Mendoza. Nada tienen que
envidiarle al significado político de la Plaza Tharir. De El Cairo, Egipto. La
aglomeración egipcia, basada también en las redes sociales, bastó para demoler
la fortaleza temible del presidente Hosni Moubarak. Y transferir el poder para
el fundamentalismo. La única fuerza que mantenía la capacidad de organizarse.
En cambio, las sucesivas aglomeraciones de
las Plazas Tharir de la Argentina, a partir de las mismas redes, brotaron el
8-N para brindar -como primera constatación- una contención popular. Hacia los
desmanes fundamentalistas del cristinismo (única fuerza, a pesar de todo,
organizada).
Oponer la expresiva simpleza del
freno. Para atenuar las desaforadas arbitrariedades que complementan, hasta
aquí, la mala praxis del segundo mandato de Nuestra César.
Con apetencias, para colmo, de
violatoria continuidad. Jactancia traducida como reelección.
Un espejismo (la reelección) que
el 8-N envió, definitivamente, a la lona.
La primera lección, de nuestras
Plazas Tharir marca la imposibilidad absoluta de la reelección.
En adelante, y si no se desespera
en la patología de la euforia (o la simultanea depresión), Nuestra César tiene
tres años para intentar congraciarse con la “sociedad harta que espera”. Y que le paga, por si no
bastara, los impuestos, por servicios cada vez más desastrosos.
Cabe la posibilidad, también, que Nuestra
César ignore la lección de las Plazas Tharir. Y prosiga, frontalmente, con el
arrebato de “ir por todo”. La aguarda, en todo caso, el abismo
que siempre atrae. El abismo que, después de todo, cautiva.
Pero como se trata -para Consultora
Oximoron- de una buena muchacha de barrio, mal intelectualizada, con una
cultura de contratapas pero lo suficientemente inteligente y astuta, Nuestra
César puede constatar que las diversas Plazas Tharir de la Argentinano
contienen el objetivo marginal de desalojarla. Como al pobre Moubarak.
Lo que la sociedad le pide, en
efecto, es más solución y menos relato efectista. Reglas del juego claras.
¿Es posible aún recuperar la
credibilidad destruida?
Debe constatar que no se trata de
ninguna Marcha del Odio. Al contrario.
Es el desfile -para Oximoron- de la gente
que necesita creer. En algo.
En la petulancia, ligeramente
degradada, de ser argentino. (...)".
4. 8 N es una oportunidad para
Cristina: corregir el rumbo. Debería apreciarlo y no enojarse.
"Todavía se puede revertir la
situación. Ella está en condiciones de hacerlo. Cuenta con gente de la vieja
guardia del kirchnerismo con capacidad de provocar un cambio estratégico. Pero
algo de su carácter la traba y eso, a diferencia de Néstor, le impide modificar
la forma de gestionar y la recuesta en los pibes de La Cámpora, que son ineptos
y no dejan de decir estupideces".
La evaluación de un veterano
peronista corrido de "la pingüinera" desnuda un debate sigiloso
que se viene dando en las cercanías de la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner, con el telón de fondo de la impresionante manifestación del 8N en
todo el país, convocada como el 13S a través de las redes sociales, aunque en
esta ocasión se notó la mano invisible de estructuras organizativas.
(...) Si el reto del 8N es mayúsculo
para la Rosada (de hecho reforzó algunos límites, como el cierre a una reforma
constitucional para lograr la re-reelección), también lo es para la oposición.
Expertos navegantes en mares tempestuosos, los peronistas de todo color se
frotan las manos pensando en la sucesión que se irá abriendo a partir del 2013.
Daniel Scioli sigue siendo el alumno obediente con ondas de amor y paz, al
que se pone y se saca del bolillero. Pero en el PJ, también hay figuras como
José Manuel De la Sota, quien hoy ya se comporta como un rival de Cristina, y
el intendente de Tigre, Sergio Massa, al que todos tratan de seducir.
Consciente de que está en desventaja en distritos como la capital federal,
Córdoba, Santa Fe y Mendoza, la Presidenta habría dado luz verde para un
acuerdo en la provincia de Buenos Aires que llevaría el año próximo como primer
candidato al jefe comunal, seguido de Alicia Kirchner. (...)".
5. 8 N es un mensaje a Cristina que
es mentira que ella se encuentre ejecutando lo que prometió. No es cierto. Ella
está cambiando el libreto, tal como ya lo hizo en 2007.
"(...) Uno de los reparos que le
han hecho por estas horas muchos de quienes la votaron hace apenas un año y que
salieron a la calle el jueves, se refiere a lo que aparentemente ella nunca
explicitó para conseguir su segundo mandato, al que se lo presentó en campaña
con mayor previsibilidad y con un mayor acercamiento al mundo.
Ambas cosas han quedado superadas por la
realidad, ya que Cristina encaró, de un año a esta parte, un trasvasamiento
generacional más acelerado, que coincidió con la bendición de varios núcleos,
cuya cabeza más visible es La Cámpora, que empezaron a desplazar al
justicialismo del centro de la escena, a partir de una ideología mucho más
estatista que la de su primer período y con el mismo o con mayor aislamiento
internacional. Sin embargo, las grandes críticas que se centran en el
corazón del modelo, lo que la Presidenta ha definido como su "proyecto
político" con un "aspecto económico fundamental de inclusión",
pocas chances tienen de prosperar en cuanto a rectificaciones. La gente pidió
ser escuchada y desde el Gobierno se le avisó desde la negación que deberá
esperar la hora de las próximas elecciones y que, por ahora, hay vocación de ir
"por más".
Esta afirmación de rumbo casi
inmutable ha sido rubricada en los últimos discursos presidenciales y ya se
verá cómo le juega a CFK el peso de tanta tozudez. En ellos, marcó territorio,
inclusive contestando de antemano las demandas de los caceroleros o refutando
elípticamente el día después, en algunos casos con frases muy irónicas o
diciendo que si trabaja 24 horas por día "es imposible no equivocarse"
y que su "compromiso con el país es inquebrantable".
(...)".
6. El gran peligro es,
acabada la experiencia del populismo demagógico (no hay simpatizantes
suficientes y se ha perdido el control de la calle), intentar un populismo
autoritario.
"(...) Puede concluirse que los
motivos reales del cacerolazo apuntan a lo que el Gobierno no hace o hace mal,
más que a lo que hace bien. En particular, la Asignación Universal por Hijo,
una vieja propuesta de Elisa Carrió, cuenta con el consenso de todas las
fuerzas políticas. Por algo la Presidenta prefiere regularla por decreto en vez
de asegurar ese derecho por ley.
Si la Presidenta y su equipo
prefieren creer que se trata de una inusual conspiración de factores de poder
concentrados y deciden profundizar el conflicto, pueden poner en riesgo no sólo
a su gobierno sino al sistema democrático en su conjunto. Pueden precipitar una
situación de inestabilidad y crisis de gobernabilidad. Y por querer controlarlo
todo pueden incluso quedarse sin nada.
Un derrape hacia un régimen
populista-autoritario nos permitiría comprender mejor por qué la Presidenta
consideró que lo más importante que ocurrió el 8-N fue que se llevó a cabo el
18° Congreso del Partido Comunista Chino. La Argentina ya
vivió demasiados episodios lamentables en su historia, incluidos hechos de
violencia y violaciones masivas de todo tipo de derechos. Hace por lo menos
ocho décadas que entramos en un proceso de decadencia. En ese período, nunca
pudimos crecer sin inflación, ni lograr estabilidad sin desempleo ni
marginalidad. Se equivocó José Hernández: nos peleamos y nos devoramos entre
nosotros. (...)".
7. ¿Y por qué no un cambio de
gabinete, capaz de devolverle energía a lo que ya no tiene?
"(...) Cristina podría no cambiar
las políticas que le gustan, pero su gabinete ya no da más. Abal Medina,
Moreno, Lorenzino, Marcó del Pont, De Vido, Timerman. Todos ellos son cargas
políticas que agravan los problemas con su sola presencia. Han consentido políticas
que llevaron al país, por ejemplo, al colapso de su sistema energético. El
monumental corte de electricidad del miércoles fue sólo el primero, según todos
los especialistas. Un verano con escasa electricidad y un invierno con
insuficiente gas. Ése es el destino que les aguarda a los argentinos,
caceroleros o no. Los ferrocarriles hicieron ricos a los empresarios del poder,
pero los usuarios se desmayan literalmente de calor, en el ramal Mitre sobre
todo, en los días ardientes. La policía está preparada para recoger a los
desmayados en las estaciones cercanas a la Capital.
El modelo progresista y
revolucionario le acaba de informar a la Corte Suprema de Justicia que no hará
nada para cumplir con la resolución del tribunal sobre los jubilados. Nada. Entran
a los tribunales 8.000 juicios por mes de jubilados que piden justicia. Diego
Bossio, jefe de la Anses, les comunicó a los jueces que ellos no están de
acuerdo con la Corte y que prefieren pleitear caso por caso. El sistema
previsional quebraría si obedecieran a los jueces, les explicó, insensible. ¿Y
el dinero que la Anses le traslada al Gobierno hasta para los gastos corrientes
de la administración? ¿Y el dinero que la administración les transfiere a
Fútbol para Todos, a Aerolíneas Argentinas, a los medios financiados por el
Estado, a los amigos políticos que luego ríen y aplauden delante de la
Presidenta? La solución era más simple. Bastaba con un gesto
inicial. Cristina prefirió entablar un combate contra la gente común, bailando
al borde de una profunda crisis política y social."
8. 8 N constató la pérdida
del control de la calle pero el kirchnerismo cristinista recalcitrante no se
está preguntando cómo recuperarla.
"(...) El cristinismo recalcitrante
encuentra que tiene cada vez más objetores dentro de las propias filas del
gobierno, del gabinete y del espacio que los nuclea a todos. La impresión de
que hechos puntuales, como el fuerte corsé que senadores y diputados le
impusieron a la posibilidad de reformar la Constitución para permitirle a ella
la eternidad en el poder, sumada la impresionante movilización ciudadana del
jueves, y la pérdida sin solución de continuidad de entre 20 y 30 puntos de
popularidad en todas las encuestas desde el 10 de diciembre pasado a esta
parte, más el clamor que hoy está en boca del 70 por ciento de la ciudadanía en
torno a más seguridad, menos inflación, menos corrupción y respeto a las leyes
y las libertades de cualquier signo, han provocado aquel colapso que hoy los
envuelve.
Hubo críticas durísimas para algunos
comportamientos previos al cacerolazo. Un importante ministro que tiene
aspiraciones de al menos ser candidato a gobernador bonaerense en 2015 llamó
"energúmenos" al senador Aníbal Fernández y al piquetero Luis D'Elía.
Ese y otros hombres del gobierno están convencidos de que ambos hicieron una
fuerte contribución a la masa de ciudadanos que se desplegaron pacíficamente
por plazas, avenidas y calles de todo el país. Les faltó agregar a Juan Manuel
Abal Medina, a quien de manera evidente los que marcharon el jueves le
demostraron que no están preocupados por no poder comprar dólares para viajar a
Miami.
En una primera mirada, antes de
profundizar en algunos de aquellos desvelos y su posible desenlace, hay que
decir que todo estaba demasiado cantado. Lo que iba a pasar con la
concentración, que el gobierno ya sabía que sería tres veces más impactante que
la del 13 de septiembre. Y lo que pasó después. O, mejor dicho, lo que no va a
pasar en términos de esperar que el gobierno pueda tomar alguna lección de los
casi dos millones de ciudadanos, según registros policiales, que desfilaron
frente a las cámaras de televisión a lo largo y ancho de la geografía nacional.
(...) Con un agregado que parte de las
propias voces de aquella fracción de peronistas críticos que conviven sin
remedio con tantas dosis de autismo y soberbia. "Nosotros hoy no
juntamos ni a palos esa parva de gente", se sinceró un operador
político. Es cierto que falta una eternidad para 2015. Pero la impresión de que
Cristina Fernández tiene ante sí un plazo infranqueable para dejar el poder va
ganando de a poco los análisis y las proyecciones. Esa visión trae aparejados
no pocos temores por lo que pueda venir.
9. Si ella no escucha ni escuchará,
¿fue todo para nada? ¿Hay que frustrarse por ello?
"¿Significa entonces que esa
enorme movilización no ha servido para nada? De ninguna manera. Sirvió para
mostrar que una parte importante de la sociedad comprendió el valor de dejar de
ser un sujeto pasivo y adoptar un rol activo en la política. Que desde esa base
podrán levantarse futuras alternativas de poder. Que los reclamos se
legitiman con el aval de multitudes en las calles. Que la Justicia, presionada
por el Gobierno para disponer a su antojo de las leyes y la Constitución, puede
sentir ahora un respaldo que no sólo se expresa en declaraciones de la
oposición política. Que la notable superación en número de participantes con el
cacerolazo anterior implica la idea de un fenómeno en crecimiento.
Podrá la Presidenta seguir
subestimando a quienes piensan distinto y afirmar que sólo repiten los
titulares de los diarios y lo que dicen las pantallas de la televisión. Pero es
evidente que la agresión de las palabras, la soberbia hecha estilo y la vocación
de llevarse todo por delante, ha comenzado a tener sus consecuencias. Estamos a
un año de las elecciones legislativas y a tres del final de su mandato. Tarde o
temprano, los efectos se verán. (...)".
10. 8 N fue un capítulo importante
en la construcción de lo que viene. Fue exitoso pero no fue el final. No se
puede ser tan miope como para ser víctima del éxito propio. Ni tan mezquino
como para no comprender que diciembre es un mes importante. Fundamental para
una nueva exhibión de poder popular.
"(...) Por supuesto que esto no
concluye aquí. Los ciudadanos quieren ir por más. Diciembre será un mes muy
especial por la necesidad de defender la libertad de expresión, que no
significa cuidar por los intereses de Grupo Clarín sino dejarle en claro a la
Presidente cuáles son los límites posibles para su obsesión con la ridícula Ley
de Servicios de Comunicación Audiovisual que parió su esbirro hoy devaluado
Juan Gabriel Mariotto y aprobó un Legislativo irresponsable.
Porque esto es lo que viene:
salir a las calles cada vez que la agenda de Cristina amenace las expectativas
de los ciudadanos. Presionar. Limitar. Exigir. La Presidente de la Nación es
libre de ignorar y de no escuchar el reclamo. Pero tendrá que hacerlo sabiendo
que con su actitud de desprecio solamente provoca el enojo, el malhumor y el
desaliento de los ciudadanos que no necesitan de un partido político para
expresar su malestar. Pueden valerse de ese formidable poder que acaban de
descubrir, el de las coincidencias colectivas. No estuvo en las teorías del
pasado. No lo enseñó nadie. No lo han investigado los licenciados en Ciencias
Políticas. Es un cambio que está ocurriendo, y bienvenido el cambio. Si ellos
tuvieran un referente partidario se estaría planteando el desplazamiento de la
Presidente. Precisamente no es destituyente porque no se propone un personaje
de reemplazo sino un freno a la Presidente.
Así será en los 10 días iniciales de
diciembre, probablemente. Pero no tiene sentido, por ahora, anticipar mucho
más. Que siga el diputado nacional Andrés Larroque haciendo consultas para el
desplazamiento de gente hacia la Ciudad de Buenos Aires. No tiene ni idea la
sorpresa que puede llevarse el córvido que alguna vez fue joven. (...)".
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