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miércoles, 2 de mayo de 2012



FUNCIONALES Y COBARDES
Por Ernesto Bobek Cáceres
Abogado (Justa Causa)
ebobek@fibertel.com.ar

Se comenta que el gobierno quiere hacerse del 25 % de acciones de YPF que tiene el grupo Eskenazi, para negociarlas con futuros inversores.
La circunstancia amerita dos observaciones:

1.- El gobierno solo tiene que avisarle a Eskenazi que devuelva las acciones que nunca pagó, por lo que no son suyas.

2.- ¿Qué empresario en sus cabales, local o del exterior querría ser inversor en una empresa en litigio internacional, donde la principal prueba en nuestra contra es la Constitución Nacional? Sumemos que esto acontece en un país donde el viceministro de economía, tras su alocución en el Congreso quedó convertido a la vista de las relaciones exteriores y el comercio internacional de nuestro país en un verdadero “Chukky” del siglo XXI. Por suerte lo tenemos a Timerman para apagar incendios con baldes de nafta Premium -la Súper justo se acabó-.

 Lo que diga Kiciloff no es para tomarlo con ligereza, ya que sabemos que es uno de los chicos de La Cámpora dilectos de nuestra presidente. 
Quedó además demostrado, para propios y ajenos, que el ministro de economía es un sello de goma. 
Preguntemos a diez personas con título terciario su nombre y apellido. 
Si dos le responden tan solo Lorenzino, ya merecen premio.

Mientras congelan la causa Boudou-Ciccone con malabares y argucias, el juez Rafecas selló su suerte. Equivocadamente la Excma. Cámara lo separó de la causa. 
Debió pedir su juicio político para que sea apartado del Poder Judicial. 
Por su parte, el Colegio de Abogados, debería prohibirle el ejercicio de la profesión. 
Convengamos que un juez que habla pormenores de una politizadísima causa con una de las partes -hecho no controvertido-, no puede estar en la Justicia, pero tampoco puede ser abogado, ya que los abogados somos auxiliares de la Justicia.

Seguimos haciendo negocios ruinosos con Bolivia y Venezuela. 
Estamos hablando de pérdidas de cientos de millones de dólares. 
Pagamos por el gas a Bolivia cinco veces más que a los productores locales. 
No es un error; es Polítika, el arte de transformar riqueza en bosta y además aplaudir.

Hace pocos días, la Justicia de la Ciudad, obligó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a dar una vivienda digna a una señora que estaba con su hijo discapacitado en situación de calle. 
Legalmente puede aparentar ser una sentencia impecable. En Justicia es aberrante. 
La señora y su hijo son extranjeros. ¿No bastaba con ponerla a reparo con su hija, con medicación y alimentos adecuados, y avisar de inmediato al embajador o cónsul de su país para se haga cargo? 
Es un peligroso precedente que invocará cuanto extranjero quiera recalar en el país. 
¿Olvidamos que hay miles de argentinos en situación de calle y no se les da el mismo tratamiento? 
Además, la permeable política inmigratoria es de competencia del Estado Nacional. 
¿Por qué la justicia obliga a la Ciudad a hacerse cargo de problemas que no le competen? 
¿Y si ponemos un extranjero enfermo en la puerta del domicilio de alguno de los jueces que dictaron esta sentencia y lo obligamos a darle un dormitorio en su casa?

Después del acto por los 9 años de kirchnerismo, quedó claro que la Presidente quiere dejar como sus herederos a los jóvenes de La Cámpora, quienes ahora, con la venia de CFK van a realizar una caza de brujas con grandes empresas a quienes acusarán de haber sido cómplices del “proceso”. 
En tanto, ni funcionarios del gobierno, ni representantes de politizadas organizaciones se disculparon con la Sra. Herrera de Noble ni con sus hijos, a quienes tomaron como blanco de tan histéricas como falsas acusaciones que les arruinaron la vida durante años.

       Dentro del atomizado radicalismo, y a la luz de la votación en el Congreso por el tema YPF, hay dos sectores: Uno que ya claudicó y votó por la “expropiación” con el gobierno. 
Y otro de diputados, que intentando diferenciarse adelantó que al momento de votar se levantarán de sus bancas. 
Al primer sector les digo que votaron un acto inconstitucional y que botaron sus principios. 
Y a ambos les digo cobardes. 
La historia sabrá que unos fueron funcionales al gobierno violando la Carta Magna con su voto, y otros, en vez de votar contra la ilegitimidad, optan por “borrarse”, convalidándola. 
Después de estas ejemplares actitudes democráticas, que se miren al espejo; así sabrán a quién responsabilizar cuando saquen 500 votos.

       Con esos gestos de “grandeza” es más fácil entender porqué estamos como estamos. 
Muchos se preguntan si en algún momento el país se encarrilará, tornándonos previsibles y confiables. 
Se me ocurren algunas primeras respuestas:
-         Cuando desde el gobierno -el actual y los futuros- haya un irrestricto respeto a la Constitución Nacional y a las instituciones.
-         Cuando se reduzca drásticamente el gasto público.
-         Cuando se asignen las partidas necesarias para seguridad, salud, educación, vivienda y creación de fuentes genuinas de trabajo.
-         Cuando tengamos una justicia independiente con jueces que puedan realizar su labor sin presiones, temores o condicionamientos, y cuando los jueces sean nombrados y removidos sin injerencia del poder ejecutivo.
-         Cuando alguien que haya estado a su lado durante toda la vida política de Néstor Kirchner nos diga dónde están los fondos de Santa Cruz, y sean restituidos en lo posible con la misma tasa de interés que paga Argentina a Venezuela.
-         Cuando personajes como Boudou, Jaime, Eskenazi, Schiavi, De Vido, Rudy Ulloa y tantos otros funcionarios y empresarios sean enjuiciados y de ser hallados culpables, sean condenados a penas de prisión de cumplimiento efectivo.
-         Cuando el Honorable Congreso de la Nación reduzca al 20 % el número de los integrantes de ambas Cámaras.

En tanto estos mínimos recaudos no sean cumplidos, el país seguirá boyando en la desgracia, como barco al que los de la cubierta le robaron el timón, y los de la bodega  hacen agujeros en el casco para que entre el agua.

CABA
02/05/12.

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