La izquierda que "pregona" la unidad de Latinoamérica no sabe que el sol de nuestra bandera la representa, y lo hace respetando la independencia y libertad de cada país, fundamentos contrarios a los regímenes totalitarios y sangrientos que tratan de imponer, lo que hace entendible la propuesta de reemplazarlo por un pañuelo blanco símbolo del terrorismo y de la sangre negociada.En 1818 se define a la bandera mayor durante el gobierno de Juan Martín de Pueyrredón incluyéndole el sol incaico.
Este sol que aparece en el centro de la bandera es figurado con rostro humano y con treinta y dos rayos, según diseño de la primera moneda argentina.
Este diseño del sol se debe al orfebre peruano Juan de Dios Rivera, quien adoptó el símbolo del Inti o Sol Inca como emblemático de la nación argentina.
Manuel Belgrano aceptó este añadido, llamado también Sol de Mayo, ya que en la nubosa y lluviosa jornada del 25 de mayo de 1810, asomó el sol en el cenit.
El sol en el centro de la bandera argentina significa la Unidad Latinoamericana, no la relación castrense que el auto-denominado filosofo, Feinmann, pregona.
San Martín lo llevó en la bandera al cruzar los Andes para que los indios y pobladores, desde Chile hasta Perú, se identificaran con el sol y supieran que tenían que vencer a los colonizadores, cosa que nosotros deberiamos repetir con los neo-colonizadores.
Es sumamente importante el aporte histórico que compone Alfredo Mendez, sobre el Sol y la Moneda.
Pero me parece que, como ciudadano, tengo la obligación de volcar mi opinión personal.
Que un seudo-filósofo, autista, descerebrado, pretendido subversivo, bueno para nada, salvo para mentes distorsionadas como la suya. pretenda cambiar alguno de los símbolos de la Nacionalidad de los Argentinos, suena a trasnoche de alcohol y drogas pesadas.
Pero que tenga adeptos a tal idea, ya comienza a ser una parodia de mal gusto.
Y en el país que permitió, que se le diera un premio, como adalid de la Libertad de Prensa a Chavez, preocupa la posibilidad de que un virus extraño comience un ataque de consecuencia imprevisibles, eligiendo como victimas, a los mas débiles mentalmente hablando, para terminar diezmando a la población en forma general y definitiva.
En tal caso debemos suponer, un ataque alienigena de tal poder y perversidad, como para atrincherarnos ideologicamente, hasta lograr reducirlo a la mínima expresión, y no cause daño a la humanidad.
Si no fuera por la indignación que produce este plan marketinero, con la pretensión de vender su ultimo libro, y figurar en los medios, cabria pensar que el lugar ideal para aplicar la propuesta de este engendro intelectualoide cabe en Opendor, o un lugar de máxima seguridad, no para el, sino para evitar la peligrosa contaminación que puede producir su incalificable pretensión.
El Director.
No hay comentarios:
Publicar un comentario