HORA DE PONERSE LOS
PANTALONES LARGOS.
Por Ernesto Bobek Cáceres.
Abogado (Justa Causa).
Estoy cansado de escuchar a la gente quejarse y quedarse tan solo en la queja,
como si eso fuera a solucionar sus problemas. Cansado del lamento tanguero de los argentinos, que por supuesto no nos conduce a nada. Cansado de escuchar ridiculeces de la mayor parte de los políticos del supuesto arco opositor, quienes distribuyen culpas entre quienes les puedan hacer sombra dentro de sus limitadas mentes.
Podemos convenir, y hasta con reservas algunos, que así como el oficialismo eligió a Ricardo Alfonsín como su rival en las elecciones, sabiendo que no podía tener la menos chance, ahora seleccionaron a Macri para tirarle el camión encima.
La diferencia está en que el Pro, nos guste mucho, poco o nada, al menos intenta la gestión, y en muchos temas hasta es eficiente. Claro que falta mucho, pero al menos están haciendo algunas cosas positivas y sobre todo proyectadas a futuro. ¿Cuántos pueden decir eso?
Y aclaro que críticas al Pro tengo muchas, como el caótico tráfico en la Ciudad que va a persistir hasta que saquen el estacionamiento en cientos de calles, y limiten el horario de carga y descarga, pero nobleza obliga: Lo intentan, y ello pese al incesante denuesto proveniente de las huestes oficiales.
- ¿Nos acordamos todavía de los famosos fondos de Santa Cruz? Este tema venía de antes de ser presidente Néstor. ¿Y? ¿Dónde están? Entiendo no hace falta recordar que por ese solo hecho en cualquier país civilizado Kirchner hubiera muerto en la cárcel. Al lado del chorreo de millones de dólares (entre 800 y 1200, ya que se pueden contabilizar los intereses de distinta manera), convengamos que los microfonitos del Watergate fueron una boludez. ¿Estamos de acuerdo?
- Los incrementos patrimoniales de Néstor, Cristina y la irrupción en escena de los Eskenazi, Jaime, zares del juego como López, chóferes polifuncionales y multimillonarios como el Rudy, y tantos más, que no pueden justificar lo que tienen; y son muchos, demasiados.
- El escándalo de omitir radarizar el país favoreciendo así la prolífica actividad del narcotráfico.
- La escandalosa distribución de la pauta publicitaria.
- Tener un canal del gobierno al que le dicen el canal público con un costo infinito entre fútbol, automovilismo, y programas como 6,7,8 que además de ser una burla por su contenido difamante, nadie mira.
- Poner a un Sr. Moreno, como Secretario de Comercio Interior, que siguiendo órdenes de Cristina se convirtió en el lord mayor del agravio y la amenaza, permitiéndole destruir la poca industria que nos queda.
- La alegría de “sueños compartidos”, protagonizada por la tía Hebe y su hijo putativo y parricida Sergio Shocklender.
- Los dólares en el excusado de Felisa Miceli.
- Los miles de delitos que se cometen semanalmente contra ciudadanos indefensos quienes aún mutilados, deben agradecer si quedan con vida.
- Aerolíneas Argentinas, la única compañía aérea que vuela aún enterrada. Agradecemos a su presidente haber duplicado las monstruosas pérdidas desde que asumió. Pero en tanto siga un poco más, junto con sus amigos, los “chicos de La Cámpora”, seguramente hasta las quintuplicará.
Gracias Lafsa, única compañía aérea sin aviones pero con personal, que por supuesto cobra jugosos sueldos.
- El ferricidio, una de las mayores tragedias de la ciudad junto a Cromagnon. La diferencia es que Cromagnon y todos los lugares parecidos fueron clausurados. Los trenes siguen siendo obscenamente inseguros -nada cambió-, pero la gente no tiene opción: O se sube y se la juega o se queda sin trabajo.
- El tema de Ciccone Calcográfica y la vinculación de la quebrada empresa rescatada del averno merced a la poco sutil intervención de nuestro Amado vicepresidente.
- El robo legalizado a las reservas del Banco Central, -ya no quedaba qué saquear- lo que nos dejará en estado de coma y con inflación galopante.
Son tantos los escándalos que no resisten el menor análisis, -en ciertos casos sin solución merced a la inestimable colaboración de algunos jueces federales-, que necesariamente nos tenemos que preguntar si a los argentinos nos gusta que nos maten, nos roben, nos amenacen, nos mientan y nos suman en la miseria, excluyéndonos hasta de la remota posibilidad de un futuro mejor. Parecería que sí, viendo el resultado de las últimas elecciones presidenciales.
El argentino está anestesiado. Parece que ya todo le da igual. Ha perdido hasta las esperanzas de ver un cambio superador. Fuimos la séptima potencia económica mundial. Productores de cortes vacunos y granos de óptima calidad. Hoy no tenemos carne, y comer un asadito básico pasó a ser un lujo para pocos. ¿Tendremos que sugerirle al gobierno el programa “Matambrito de cerdo y mollejas para todos”?
Volvamos a la oposición. Ante todo debemos investigar si existe o es una fantasía. Vemos que en distintos temas se van turnando para votar leyes con el oficialismo. No digo que absolutamente todo lo que hace o propone el oficialismo está mal. Sí casi todo. De otra manera no se explica que haya cada vez más pobreza y más subsidios, que casualmente salen de los bolsillos de los contribuyentes.
El país era rico pero fue saqueado reiteradamente. Llegó el momento de que los políticos que se dicen opositores desarrollen programas que nos demuestren que trabajan por un país mejor, omitiendo discutir como chicos y dejándose de hacer los desentendidos mientras se incendia el país. Si dejan pasar la oportunidad, seguramente las posibilidades de mejorar serán una utopía, al menos hasta después de
2CABA, 22/03/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario