DESPIERTE UD.
SEÑORA PRESIDENTE.
SEÑORA PRESIDENTE.
Por Carlos Berro Madero.
Hay espíritus que no tienen capacidad de soportar verdades, por lo que intentan cambiar las mismas -para ellos y los demás-, edulcorándolas o diluyéndolas hasta terminar sumergidos en el más profundo de los fracasos.
Mediante algunos “desórdenes” que pasaron inadvertidos en su momento, se han sostenido por algún tiempo algunas condiciones favorables para su gobierno, señora Presidente, que han terminado chocando con la “materialidad” de aquellas cosas que se denominan como de “imposibilidad absoluta” (Balmes).
Las ollas a presión de cuestiones que la afectan se están destapando una a una, y solo atina Ud. a contrarrestarlas con insólitas refutaciones a quienes señalan sus errores con datos objetivos, creyendo que por medios “estentóreos” conseguirá tapar Ud. las evidencias que comienzan a acumular datos desfavorables para su gestión.
La cólera suele acarrear amargos disgustos y provoca confusiones derivadas de los métodos empleados para diluir sus consecuencias: sin diálogo ni “apertura” mental, una sociedad no progresa.
Debe Ud. reflexionar sobre algunas cuestiones que comienzan a “ahogarla” espiritualmente. A Ud. y a nosotros, dicho sea de paso.
Sus funcionarios dan dos pasos al frente, uno al costado y cuatro atrás, y deberían cesar los controles absurdos dedicados a presionar a todos aquellos que pretenden trabajar dentro de la ley y no entienden qué es lo que Ud. persigue con su “sintonía fina” y otras vaguedades conceptuales.
Haga un esfuerzo para respetar a los medios de opinión para que puedan ejercer su libertad de informar. No responda todos los días a los columnistas de los diarios, dedicando más tiempo a cuidar su salud, que se deteriorará ineludiblemente en la medida que “rabie” por todo lo que se dice de Ud. y no le gusta.
Su tarea es otra: GOBERNAR.
Evalúe la competencia de sus funcionarios sin privilegiar a los aplaudidores y a todos aquellos que tienen el sí fácil, evitando de tal manera la propagación del “amiguismo”.
Aparte de su lado a todos los involucrados en cargos de corrupción y “favoritismo”, sin “comprar” muchas fantasías que le “venden” algunos subordinados, como ese disparatado tren bala al que Ud. parece seguir aferrada, quizá por despecho.
¿No ha visto cómo viaja la gente en el Sarmiento y el Roca?
Abandone las teleconferencias adonde la hacen hablar con “ciudadanos comunes” que no son tales. Esos “Ricardos” y “Antonios” que le cantan loas y resultan ser finalmente miembros de su partido, lo que provoca luego muchas chanzas al respecto. ¿Ignora Ud. que las informaciones “vuelan”?
En síntesis: haga un esfuerzo para hablar menos.
Salga más bien a la calle de vez en cuando y verá qué puede hacer la gente con su salario. O mejor dicho, todo lo que NO puede hacer con él. Puedo asegurarle que allí tendrá una imagen mucho más exacta que la que tiene desde un helicóptero o la pantalla televisiva del jardín de invierno de Olivos.
Olvídese de sus disposiciones demagógicas como el supuestamente “reivindicativo” Fútbol para Todos y traer pronto la “excitante” Fórmula Uno: cuestan mucho dinero que podría destinarse para asuntos más urgentes y necesarios.
De esa manera evitaría quizá que Guillermo Moreno promueva, como solución a sus problemas, unos viajes comerciales estrafalarios a países considerados como muy corruptos y de seriedad inexistente, llevando en su comitiva a promotores de venta de mercadería “trucha” y propietarios de “night clubs”, según acaba de trascender.
O que el canciller Timerman dé la vuelta al mundo cultivando temas retóricos para “amigarnos” con quienes están cansados de oír algunos de sus problemas de “militante” afiebrado.
Si no hace algo “diferente”, vivirá Ud. un aumento de dificultades que perjudicarán su gobierno y, por ende, su salud.
La gente está perdiendo el miedo a reclamar señora Presidente y hay muchos ciudadanos que “comen de la basura” y viven durmiendo tirados en los portales de las casas, tapados con cartones. ¿Quiere que le enviemos algunas fotos?
Son los que probablemente irán estrechando el cerco sobre su gobierno, PORQUE NO TIENEN NADA QUE PERDER. Los problemas vendrán de allí y serán inesperados y poco agradables para Ud. y para la ministro Garré que no parece dar “pie con bola” en el tema de la seguridad.
La violencia se “siente” a cada paso señora y si no se fortalece un sistema de premios y castigos para TODOS, los delincuentes terminarán apoderándose de nuestra vida social, amparados por unos derechos humanos que no se sabe bien a quiénes tutelan.
No lea con tanta obsesión lo que escriben periodistas que Ud. cree que la detestan. Observe en cambio SIN PREJUICIOS, qué hacen otros líderes políticos mundiales cuando deben privilegiar intereses superiores. Sobre todo, cuando al enfrentar una crisis ponen en marcha antes que nada un “mea culpa” correctivo, sobre todo en temas que, como la inflación pueden llevarla a un camino sin retorno.
Ponga el acento de sus observaciones en Dilma Rouseff y Angela Merkel, por esa cuestión de “género” que forma parte de sus obsesiones.
Desaparecerá de tal manera su fastidio por todo lo que le causa -en su concepto-, una injusta amargura y no representa en realidad más que una advertencia útil para que cuando deje su cargo se la juzgue con benevolencia.
Y algo más: no insista tanto con eso del “mejor gobierno de los últimos 200 años”. Deje que los acontecimientos históricos sean medidos más desapasionadamente cuando su tiempo haya transcurrido, evitando así compararse ridículamente con Napoleón, como sostuvo hace muy pocos días en el Congreso.
Ya bastante tenemos por ahora con el mausoleo faraónico de su esposo fallecido, que debe estar estremeciendo en su tumba a muchos de nuestros próceres.
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