EL CRISTINISMO NO PUDO EVITARLO:
RENACEN LAS INTERNAS EN EL PJ
Si mañana Miguel Sel le saca aunque sea un voto de ventaja a Agustín Rossi y el domingo próximo Mauricio Macri duplica los votos de Daniel Filmus, los problemas electorales del kirchnerismo se irían aclarando. A CFK le quedarían, después del 31, apenas dos semanas para reponerse en la primaria del 14 de agosto. Pero el mayor interrogante sería si las probables derrotas de Filmus y Rossi se reflejarán en una pérdida de votos K el 23 de octubre. El tema tiene distintas facetas. Filas adentro del peronismo se escuchan ruidos inquietantes. De quedar Rossi tercero, saldrían rápidamente a luz muchas cuentas pendientes. Por ejemplo, Jorge Obeid, que debió abandonar su carrera a la gobernación debido a la férrea oposición de aquél, estaría preparándose para cobrar su factura. Desde el seno del kirchnerismo santafesino, Rafael Bielsa y Gustavo Marconatto (este último con buena llegada a la presidente) se anotarían entre los primeros en criticar a Rossi. Pero la batalla de octubre, en respaldo a la candidatura de CFK deberá darla Omar Perotti, que encabeza la lista para diputados nacionales. En la Casa Rosada temen -y no sin razón- que una crisis interna en el PJ santafesino debilite la reelección de CFK en un distrito con 2 millones y medio de votantes. El panorama es aún más complicado si se tiene en cuenta que el reutemismo conserva el 60 por ciento de los cargos en el Consejo Provincial del PJ local. Los reutemistas, por ejemplo Ángel Baltuzzi y Ricardo Spinozzi, también podrían encabezar una rebelión contra el yugo kirchnerista, en la que Carlos Reutemann dejaría hacer, luego de aclarar que él no milita en las filas del oficialismo. Si esta crisis toma cuerpo, la actual migración de votos peronistas hacia Del Sel podría continuarse a favor de Duhalde. Pero no todas son malas noticias para el kirchnerismo, porque el PRO-Peronismo se presentará con dos listas de diputados nacionales, lo que obviamente lo debilitará. Por un lado, está la lista del PRO, que encabeza el dirigente del sindicato de plásticos Germán Mastrocola (de la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo) y por el otro, Rodolfo Vacchiano, por el duhaldista Frente Popular. Claro está que la lista del FpV ya está sufriendo también una erosión importante. La imposición de Carlos Zannini para que el dirigente de La Cámpora Marcelo Cleri ocupe el segundo lugar debajo de Perotti, dejó heridas abiertas. Una de ellas fue el portazo dado por uno de los adláteres de Hugo Moyano, el Secretario General del Sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, cuando se enteró de que no le ofrecían uno de los primeros tres lugares de la lista. Con el reutemismo en pleno trámite de divorcio, la CGT en contra y un serio malestar en sus filas, al kirchnerismo santafesino podría resultarle más que difícil superar el trauma, si es que Rossi sale tercero, y movilizar además al aparato peronista para que CFK triunfe sin necesidad de primera vuelta. Y ni que hablar de lo enrevesado que sería para los hombres de la Casa Rosada entusiasmar a sus militantes para la fantasmal primaria del 14 de agosto.
Ganar y por 20 puntos de diferencia
Obviamente, la Capital es el otro distrito donde la derrota -en este caso serían dos- puede desmovilizar al aparato kirchnerista. Pero la diferencia con Santa Fe es obvia. Ni el PJ ni ninguna de las tribus del kirchnerismo porteño son en realidad grandes movilizadores de votantes. La ciudad vive en la política líquida y es ínfimo el porcentaje de porteños que se deben a alguna estructura partidaria.
No sin cierta lógica, para mantener sus chances de imponerse sin ballotage, el gobierno apostaría a que después de las primarias, descorazonados por los malos resultados de las mismas, varios presidenciables abandonen la carrera. La decisión del Juez Federal Electoral de La Plata, Manuel Blanco, de que la justicia no reparta las boletas en las 32.000 mesas de la provincia, parece empujar a seguidores de Hermes Binner, Elisa Carrió y Pino Solanas, hacia una situación crítica, porque carecerían de estructura para organizar en tiempo y forma semejante distribución. Si las primarias bonaerenses se concentran, como la elección porteña, entre dos o tres fuerzas -la UDESO, el FpV y el duhaldista Frente Popular- las demás alianzas podrían quedar seriamente relegadas y, en algunos casos, muy cerca del piso del 1,5% que la ley exige para continuar en carrera hacia octubre. Que, por ejemplo, Binner abandonara la carrera presidencial sería una bendición para la Casa Rosada, que podría entonces tratar de seducir a los votantes socialistas. Después de tantos triunfos en provincias menores, el kirchnerismo necesita ahora ganar en un distrito grande. Obligado por las circunstancias, debe apostar todo lo que tenga a que en Buenos Aires, el 14 de agosto, su diferencia de votos sobre Alfonsín-De Narváez y Duhalde sea de no menos de 20 puntos. Sólo así el mito del triunfo sin segunda vuelta volvería a ocupar el centro del ring. La otra salida, altamente traumática, sería que sorpresivamente las primarias se suspendan por alguno de los conflictos que se están multiplicando..
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