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domingo, 25 de marzo de 2012

RELATO MATA MODELO;
CENSURA MATA LIBERTAD.

Por Ernesto Bobek Cáceres
Abogado (Justa Causa)

Durante mucho tiempo el gobierno nos habló del “modelo” y de la necesidad de profundizarlo.
Ahora descubrimos que hay un “relato” que no es la continuación del modelo ni su profundización.
Es algo bien distinto.
 Tan distinto que con la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, el gobierno pretendió disfrazar que se estaba modificando algo heredado de la década del 90. En realidad lo que se está cambiando son modificaciones realizadas a la ley de convertibilidad por Néstor Kirchner durante su presidencia. Estas modificaciones implicaban limitar la emisión de moneda y el uso de reservas.
No hace falta ser economista para percatarse que habiéndose ya agotado lo manoteado a las AFJP, a la ANSES, y a cuanto organismo pudieron, -a veces, en forma de “adelantos” que por supuesto nunca se van a devolver-, estamos ante un menudo tema para época de vacas flacas. Traducido a las necesidades del gobierno: “O hacemos caja de algún lado, o estamos al horno”. Claro, 2012 tiene un calendario de pagos bien caliente.
Se ponderó hasta el exceso al “modelo”, ese que todo lo transformaba en oro. Es casi imposible comprender cómo pasamos de la riqueza a la miseria sin que se hayan producido corridas bursátiles, terremotos ni tsunamis. Al menos nada de lo que nos hayamos enterado de boca del gobierno. Merece una explicación de su parte para que sepamos cómo de multimillonarios nos convertimos en ladrones de bancos. 

Las preguntas obligadas son
¿Dónde está el dinero que amasamos durante tanta bonanza declamada? 
¿Existió o nos mintieron y eran papelitos? 
¿Existió el modelo -o como lo sostuve siempre- fue un gobernar día a día, como salga y sin plan económico, político ni social alguno?

Es precisamente el tema de la reforma a la Carta Orgánica del BCRA el que desarrollaba Alberto Fernández -kirchnerista no cristinista- en el programa del periodista Marcelo Longobardi en C5N cuando dedos traviesos y no demasiado anónimos resolvieron que la audiencia no está capacitada para escuchar esas contradicciones al “relato”, y sin más sacaron el programa del aire.
Ya nos agotaron queriendo convencernos qué diarios leer y qué canales de televisión mirar. 

La censura comenzó con una endemoniada distribución de la pauta publicitaria, favoreciendo a los que escriben lo que se les dicta. 
Siguió con ataques directos a las opiniones de distintos periódicos y a sus columnistas. 
También con la fallida caza de brujas que pretendieron hacer con la Sra. Herrera de Noble y sus hijos. 
No olvidemos que el propio caído en desgracia vicepresidente Boudou, zapaba guitarrazos con una camiseta que rezaba “Clarín miente”. Queda entonces confirmado que nuestro gobierno monitorea “en vivo y en directo” todo lo que se está publicando y emitiendo, ya con tanto descaro, que no reparan en volar del aire a quien opine distinto a sus intereses. Entretanto Boudou guarda silencio respecto a su comprometida situación con Ciccone Calcográfica. 
No da la cara, más que para asistir a algún acto con la presidente, sonreír y aplaudirla. 
A su vez ésta, al igual que sus ministros, secretarios y colaboradores guardan un hermético silencio respecto a un hecho descomunalmente grave, como si no fuera el vicepresidente quien podría terminar tras las rejas. Muchos se preguntan si la ampulosa y permanente sonrisa de Amado obedece a su forma de ser, irreverente para su cargo, o es que se mata de risa de quienes lo votaron.
No la pasa mucho mejor el ministro De Vido con el ferricidio de Once. 

Evidentemente hay funcionarios que piensan que el cargo solo depara derechos. 
Hasta derecho a guardar silencio sobre hechos que afectan directamente la cartera que dirigen. 
No sienten obligación de explicar a la ciudadanía acerca de los acontecimientos de incumbencias a su cargo. 
Menos aún hacerse responsables de absolutamente nada, excepto de los mentirosos éxitos que jamás tuvieron. 
Tenía razón el senador Morales en recriminarlo. 
Toda la sociedad debería reprocharle su vergonzante silencio sobre calamitosos hechos, retaceando la información que merecen familiares de muertos y heridos. 
En tanto la gente sigue viajando en los mismos trenes con las mismas fallas.
La sociedad pide Justicia y se encuentra con el enfrentamiento entre el juez Claudio Bonadío y el fiscal Federico Delgado, quien lo acusa de haberse apropiado de la causa y no permitirle acceder a la misma. 

Según se publica, el fiscal le habría pedido -dentro de sus atribuciones y obligaciones como miembro del Ministerio Público- que investigara el destino de los subsidios otorgados por el gobierno nacional al concesionario de la línea Sarmiento. 
El pedido habría sido desestimado o diferido. Estaríamos entonces ante una falla en la instrucción, ya que en una causa penal se investiga el delito fundamentalmente para descubrir quién es responsable del mismo, sea por acción o por negligencia. Tal vez llegue el día en que todos los funcionarios públicos dejen de dar solo discursos donde con absoluto impudor se vanaglorian de sus fracasos disfrazados de falsa gloria, y brinden conferencias de prensa donde respondan democráticamente y con tiempo suficiente a la requisitoria periodística. 
En países más avanzados que el nuestro, es una actitud permanente que no eluden ni los presidentes, y resulta una excelente forma de rendir cuentas de sus actos.
Ese “We the people” (nosotros, la gente) -de tanta potencia- que se utiliza en otras latitudes, representa a los votantes señalando con el dedo a los funcionarios, recordándoles que están en ese lugar merced a su voto y reclamándoles que trabajen y se esmeren por el bien común.
Cuando la gente se harte de ser censurada o rotulada por reclamar infructuosamente por la seguridad, la salud, la educación, por el derroche de gasto público mal aplicado que genera inflación, no van a haber lugar suficiente en el helicóptero para todos los responsables. 

¿Qué lejos están la libertad de prensa y de opinión de la Casa Rosada, verdad?
 CABA 15/03/12 .

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