José Luis Rosso

QUÉ VERGÜENZA TANTA DESVERGÜENZA 

Por Ernesto Bobek Cáceres.      
Hace no mucho tiempo, un ex presidente de la República impuso como eslogan que él LO HIZO. 

Ahora cambiaron los tiempos, y luego del “modelo” vino el “relato”del cual surge una verdadera maravilla digna de ser emulada por cuanto mortal detente un cargo público: 

Todo lo bueno lo hizo el gobierno;

todo lo malo fue obra de la oposición destituyente.

También tenemos un nuevo plan para los que aún siguiendo órdenes y en cumplimiento de las mismas sufren una rodada; en otras palabras Schiavi-Once. Al dejar de ser funcional al “modelo”, al “relato”,
-y ya hasta inconveniente y comprometedor-, 

lo renuncian. 
Es algo así como un felpudo vetusto. 
Cuando se ve sucio, se descarta.

Es un tema no menor, ya que hay varios funcionarios en situaciones similares. 

Un claro ejemplo es el vicepresidente. 

Parece que merced a Ciccone, el cargo le quedó grande. 

Curiosamente, el juez Oyarbide que se disputaba con otro juez federal asumir la investigación de la gravísima causa, repentinamente perdió interés en la misma.

La inevitable pregunta: 

¿A Boudou le soltaron o le están soltando la mano? Es como si repentinamente a Amado no lo amaran tanto. Sobre todo los más rancios kirchneristas que lo saben de otro palo. 

Salió a defenderse acusando a los dos periódicos más importantes del país de pretender derrumbar al gobierno. 

Asimismo, con nombre y apellido la emprendió contra varios de los principales periodistas de ambos matutinos, imputándoles estar realizando operaciones políticas.  

Confieso que ignoraba que disentir con actos del gobierno fuera poco menos que terrorismo. Creo haber estudiado que en el disenso, posterior discusión y acuerdo, está gran parte de la base de la democracia. De no ser así, no tendría razón de ser el legislativo con sus dos cámaras. Menos aún las normas constitucionales que garantizan a las minorías una representación. Boudou patalea, pero tuvo que reconocer que operó en 2010 a favor de la insólita continuidad de una empresa quebrada que debía a la AFIP más de 200 millones de pesos. 

Los gobernados tenemos una sensación de resentimiento que nos van untando en la cabeza desde los discursos de la presidente. Se refriega el odio hasta el cansancio en los viejos y nuevos medios oficiales. 

Entre ellos canal 7, que no es el canal público como debiera ser, sino el canal del gobierno. Destratan a todos los que no piensan igual que el modelo y el relato. 

Pretenden hacernos sentir culpables hasta de sus delictivas omisiones.

Así, cuando el renunciado Schiavi tuvo la desgraciada idea de referir que los argentinos tenemos la costumbre de viajar en los vagones delanteros de los trenes para bajar primeros, lo hizo en un sentido de responsabilizar a las víctimas que viajaban en esos vagones de lo que les aconteció en la anunciada tragedia de Once. En su lógica desesperación jamás se le ocurrió pensar que esos pasajeros viajan en condiciones infrahumanas en el tren, y cuando bajan del mismo -si llegan a destino- deben correr para llegar a subirse a colectivos donde nuevamente viajan en forma deplorable. Tampoco tuvo vergüenza alguna el otrora callado ministro De Vido, cuando refirió que no se lo puede responsabilizar a Schiavi por la desidia de décadas en materia ferroviaria. Traducido a cristinismo básico: “Si buscan un responsable de la tragedia no miren al gobierno, busquen para atrás, por lo menos 9 años para atrás”. 
¿Será que tras 8 años de gobierno y con dispendio de enormes sumas provenientes del esfuerzo y paciencia de los argentinos disfrazadas de subsidios, no podemos pretender que mejore nada? Algo me dice que el ministro está planificando mal. Toda esta parafernalia va acompañada de música. 
Algún miembro del gobierno podría decir: 
“Están tocando nuestra canción”. 
A saber:
- El cicconeado roquero Boudou, vicepresidente de la Nación para desgracia de los argentinos -y ahora del propio gobierno-, hasta hace pocos días zapaba a puro guitarrazo con la camiseta de “Clarín miente”.
- El ex Pink Floyd Roger Waters, independientemente de sus indiscutibles dotes musicales, hace agua. 
(¿De ahí su apellido Waters?). 
Se reunió con la presidente, madres y abuelas de Plaza de Mayo. Al comienzo de su primera función en el estadio de River Plate y ante una multitud, hizo una memorizada alusión a desaparecidos y torturados en un pésimo español ¿No debemos preguntarnos qué le reportó meterse en algo que jamás le importó un comino?
- El asqueado Fito Páez se alzó con $ 425.000.- 
por cantar en Rosario, y no faltó un funcionario que justificó el dislate refiriendo que como lo vieron 50.000 personas, el gobierno posibilitó a la gente disfrutarlo por menos de cinco pesos por barba. 
Realmente una bicoca. 
La inteligencia y delicadeza del funcionario me hacen reflexionar que si se cae en cuatro patas no se levanta más. 
Fito: Eso sí es un asco; al menos que diga con quién repartió tremenda torta. 
¡Un fiscal que investigue!
Como si todo fuera poco, se viene la reforma monetaria. 
La misma es un manotazo a las reservas en divisas que tiene el país; reservas cuya función es respaldar a nuestra ya vapuleada moneda. Tras la reforma y revoleo de fondos, habrá que darle con todo a la maquinita de imprimir. 
Asesorémonos con economistas si esa irresponsable conducta no será la inevitable causa de una peligrosa espiral inflacionaria. Argentinos ¡A los botes! 
Con cinturón de seguridad y casco. 
La irresponsabilidad apesta.