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miércoles, 5 de octubre de 2011

LA COMPOSICIÓN DE LA PRÓXIMA CÁMARA DE DIPUTADOS SE HA CONSTITUIDO EN TEMA CENTRAL...‏
05/oct/2011
El Congreso de la Nación es el verdadero equilibrio del poder, donde deben funcionar los frenos y contrapesos necesarios que requiere la democracia.
Por: Aldo Norberto Bonaveri
Twitter: @AldoBonaveri
A 18 días de las elecciones nacionales prácticamente ningún argentino duda que Cristina Fernández será reelecta, tampoco se pone en tela de juicio que la diferencia sobre el segundo más votado resultará abismal. Los entresijos quedaron develados el 14 de marzo, cuando en las “PASO”, la presidenta obtuvo mejor cosecha de lo que su propio entorno presumía, al tiempo que los opositores recibían mucho menos de lo estimado.
Como es natural, los contendientes no lo admiten explícitamente, pero salvo alguna excepción que se esfuerza por mostrarse optimista, implícitamente lo están asintiendo. La contundencia de los resultados de las primarias exime de mayores expectativas, más no es el único factor que gravita para la existencia de un escenario político tan previsible; contribuyen a ello también los errores recurrentes del arco opositor sin excepción, donde las propuestas no han brillado por ser suficientemente atractivas y, las que podrían haber tenido convocatoria no fueron explicadas adecuadamente. Empero lo que más decepcionó al electorado “pensante” y menos comprometido partidariamente, fue la incapacidad de la dirigencia que tiene concepciones compatibles de plasmar un proyecto común; ese segmento de la sociedad que va creciendo paulatinamente, no se deslumbra por candidatos que no llegan a ser superlativos, decididamente aspiraba a una propuesta sólida, producto de la convergencia de sectores, donde los programas prevalecen por sobre los nombres y sus apetencias.
De igual manera, es interesante observar la conducta ejercida por los votantes en los distintos comicios provinciales, con pocos días de diferencia invariablemente se verificaron cambios relevantes en el direccionamiento del sufragio; dicha tendencia tan marcada se experimentó en diferentes distritos, desmintiendo encuestas y sorprendiendo igualmente a protagonistas y politólogos. Al respecto es factible conjeturar en forma diversa, pero lo que se puede deducir sin temor a equivocarse, es que el voto es cada vez menos cautivo; independientemente si la sociedad acierta o se equivoca al elegir, resulta saludable que el ciudadano se exprese conforme a convicciones y no por tradición o parcialismo.
Si bien a las elecciones del 23 de octubre le faltará el condimento mayor, que es la expectativa por saber quién conducirá los destinos del país en los próximos cuatro años, justo es comprender que los comicios revisten una gran importancia en cada una de las provincias, algunas deben designar gobernador, pero en todas se elegirán diputados nacionales y, en un tercio senadores.
En un país presidencialista como el nuestro, no siempre le damos a las elecciones legislativas la real trascendencia que tienen, se trata de un déficit cívico que es menester enmendar; pues no tendremos una institucionalidad de calidad, ni funcionará a pleno la república hasta que le Congreso de la Nación, como así también las legislaturas provinciales, ejerzan el rol establecido en las constituciones, nacional y provinciales respectivamente.
Este cronista no desconoce que varios de los ciudadanos que han sido honrados con la investidura no han estado a la altura de su cargo, pero al mismo tiempo sería injusto desconocer que en otras épocas, inclusive en la actualidad, hubo y hay legisladores probos y hasta brillantes, personas que han trabajado con patriotismo y responsabilidad. ¿Sabe realmente el pueblo diferenciar entre quienes son trepadores u obsecuentes, de aquellos que desempeñan sus funciones con honestidad intelectual, honradez e idoneidad?
Ciertamente que la mayoría de los votantes no está en condiciones de discernir con ecuanimidad, ¿Cuántos saben de los proyectos presentados por cada legislador?, menos aún conocerán los trabajos en comisión y, no muchos tendrán evidencias de las posiciones asumidas en el recinto, más allá de pronunciamiento de su bloque. ¿Qué sabemos de los candidatos que se postulan para esta elección?
En un mundo convulsionado, el país necesita encontrar su mejor destino, la política es insoslayable encontrar el rumbo que nos proyecte al lugar que los términos internacionales nos están proyectando. Sabemos quién dirigirá los destinos del país, posiblemente en muchas provincias se intuye quien será el próximo gobernador, en otras sus comprovincianos ya lo escogieron, ahora es menester definir quiénes serán los diputados que nos representaran hasta el 1015.
Sin duda alguna la responsabilidad es íntegramente nuestra, los electores; en nosotros está elegir a los más íntegros y competentes. El Congreso de la Nación es el verdadero equilibrio del poder, donde deben funcionar los frenos y contrapesos necesarios que requiere la democracia. Quedan 18 días, tiempo insignificante para que se modifique lo que está previsto, pero más que suficiente para averiguar quiénes son los que aspiran a sentarse en una banca. 
En virtud del escenario imperante, la composición de la próxima Cámara de Diputados se ha constituido en tema central.

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