2014
Viernes 01 de agosto
de 2014.
Cristina,
cierre
definitivo a
la
negociación
y negó
que
haya un default.
En un mensaje por cadena nacional, clausuró la posibilidad de nuevas tratativas ante Griesa; también invalidó las gestiones de los bancos privados para comprar la deuda de los buitres y, sin nombrarlo, criticó a su impulsor, Jorge Brito.
Con un llamado a la unidad nacional, la presidenta Cristina Kirchner le dio ayer un cierre definitivo a la negociación con los fondos buitre.
Descartó un acuerdo entre privados con duras críticas a los banqueros que lo propiciaban, dijo que no firmará cualquier pacto y anticipó que usará los mecanismos a su alcance para cumplir con el pago a los bonistas que aceptaron la re-estructuración de la deuda.
En un extenso discurso por cadena nacional, desafió a la justicia norteamericana y a las calificadoras de riesgo que anunciaron que el país había ingresado nuevamente en un default selectivo y reiteró su pedido para encontrarle un nuevo nombre a la imposibilidad del Estado de concretar los pagos de vencimientos con quienes ingresaron a los canjes de 2005 y 2010.
Rodeada de la militancia que copó la Casa Rosada, Cristina le dio un fuerte respaldo al ministro de Economía, Axel Kicillof, cuestionado por los banqueros que lo habían acusado de haber provocado con su conferencia de prensa de anteayer la caída de un supuesto acuerdo para comprarles la deuda a los fondos buitre. El funcionario fue el más aplaudido de la tarde en la que la militancia de Unidos y Organizados le dispensó todos los elogios.
"Ya sé que están todos esperando que hable de otra cosa y no los voy a defraudar", arrancó, con una frase de Carlos Menem, cuando terminó de anunciar una batería de medidas para recuperar la iniciativa. Entre los anuncios, anticipó un aumento para los jubilados del 17,21 por ciento, y la creación de un fuero especial en la Justicia para la defensa de los consumidores que implicará, además, una profunda reforma para darle más poder al Estado en el control de precios. Estaban en primera fila del Salón de las Mujeres el presidente del Consejo de la Magistratura, Alejando Sánchez Freytes, y el titular de la Asociación de Magistrados, Luis María Cabral, ambos jueces críticos del Gobierno. Además, hubo trece gobernadores que firmaron ayer nuevas prórrogas en sus vencimientos de deuda con la Nación, entre ellos el gobernador Daniel Scioli, y escasos representantes gremiales, con la notoria ausencia de Antonio Caló.
La Presidenta retomó sus críticas a la justicia norteamericana y al sistema financiero internacional recordando un viejo discurso de Néstor Kirchner de febrero de 2004 que leyó completo. Tenía palabras casi calcadas del mensaje que transmitió el Gobierno en las últimas semanas para negarse a aceptar pagarles a los fondos buitre lo que llamó la sentencia "usuraria" del juez Thomas Griesa. "Para los que prenunciaban que habíamos cambiado", desafió, y dijo que como había dicho el ex presidente aquel verano antes de la renegociación de la deuda, su posición no era ni "capricho" ni "intransigencia".
Enseguida, la Presidenta se quejó del comunicado que emitió el mediador dispuesto por el magistrado en la negociación, Daniel Pollack, a quien acusó de haber sido parcial. "Sentimos pena. Impedir que alguien cobre no es default", se defendió. Sin dar precisiones, anticipó que usará "todos los instrumentos legales que contienen los contratos" de deuda para cumplir con el 92 por ciento de los bonistas reestructurados, pero se guardó el detalle sobre los pasos que tomará. Después hizo una comparación con los bombardeos en la franja de Gaza, cuando dijo que la Argentina sufre la "violencia de los misiles financieros".
Cristina cerró ayer cualquier posibilidad de concretar un acuerdo y recordó que Kicillof les había propuesto a los fondos litigantes que aceptaran ingresar a un tercer canje. También dio por tierra con las supuestas gestiones entre privados para comprar la deuda de los holdouts y apuntó directo a la cabeza de esa jugada, el presidente de Adeba y titular del Macro, Jorge Brito. "Algunos aparecían como generosos. Para ser San Martín tenés que tener el coraje y la honestidad para decir las cosas como son", lo espetó. Se refería a lo que más temprano había explicado Kicillof sobre la posibilidad de pagar con ganancias de los ahorristas. "Así también yo soy generosa y pago", le retrucó.
Cristina volvió a referirse al fin de su mandato y le envió un dardo a Sergio Massa cuando sostuvo que no firmar un acuerdo implicaba beneficiar al próximo gobierno. "Para uno que me anda contando los días", disparó sobre la nueva campaña del líder del Frente Renovador. "Para mí sería muy fácil firmar y quedar como una reina, pero no podría dormir. Me siento con una responsabilidad ante la historia", remató hacia el final, para llevarse la ovación de la militancia, que cubrió tres patios de la Casa Rosada..
En un extenso discurso por cadena nacional, desafió a la justicia norteamericana y a las calificadoras de riesgo que anunciaron que el país había ingresado nuevamente en un default selectivo y reiteró su pedido para encontrarle un nuevo nombre a la imposibilidad del Estado de concretar los pagos de vencimientos con quienes ingresaron a los canjes de 2005 y 2010.
Rodeada de la militancia que copó la Casa Rosada, Cristina le dio un fuerte respaldo al ministro de Economía, Axel Kicillof, cuestionado por los banqueros que lo habían acusado de haber provocado con su conferencia de prensa de anteayer la caída de un supuesto acuerdo para comprarles la deuda a los fondos buitre. El funcionario fue el más aplaudido de la tarde en la que la militancia de Unidos y Organizados le dispensó todos los elogios.
"Ya sé que están todos esperando que hable de otra cosa y no los voy a defraudar", arrancó, con una frase de Carlos Menem, cuando terminó de anunciar una batería de medidas para recuperar la iniciativa. Entre los anuncios, anticipó un aumento para los jubilados del 17,21 por ciento, y la creación de un fuero especial en la Justicia para la defensa de los consumidores que implicará, además, una profunda reforma para darle más poder al Estado en el control de precios. Estaban en primera fila del Salón de las Mujeres el presidente del Consejo de la Magistratura, Alejando Sánchez Freytes, y el titular de la Asociación de Magistrados, Luis María Cabral, ambos jueces críticos del Gobierno. Además, hubo trece gobernadores que firmaron ayer nuevas prórrogas en sus vencimientos de deuda con la Nación, entre ellos el gobernador Daniel Scioli, y escasos representantes gremiales, con la notoria ausencia de Antonio Caló.
La Presidenta retomó sus críticas a la justicia norteamericana y al sistema financiero internacional recordando un viejo discurso de Néstor Kirchner de febrero de 2004 que leyó completo. Tenía palabras casi calcadas del mensaje que transmitió el Gobierno en las últimas semanas para negarse a aceptar pagarles a los fondos buitre lo que llamó la sentencia "usuraria" del juez Thomas Griesa. "Para los que prenunciaban que habíamos cambiado", desafió, y dijo que como había dicho el ex presidente aquel verano antes de la renegociación de la deuda, su posición no era ni "capricho" ni "intransigencia".
Enseguida, la Presidenta se quejó del comunicado que emitió el mediador dispuesto por el magistrado en la negociación, Daniel Pollack, a quien acusó de haber sido parcial. "Sentimos pena. Impedir que alguien cobre no es default", se defendió. Sin dar precisiones, anticipó que usará "todos los instrumentos legales que contienen los contratos" de deuda para cumplir con el 92 por ciento de los bonistas reestructurados, pero se guardó el detalle sobre los pasos que tomará. Después hizo una comparación con los bombardeos en la franja de Gaza, cuando dijo que la Argentina sufre la "violencia de los misiles financieros".
Cristina cerró ayer cualquier posibilidad de concretar un acuerdo y recordó que Kicillof les había propuesto a los fondos litigantes que aceptaran ingresar a un tercer canje. También dio por tierra con las supuestas gestiones entre privados para comprar la deuda de los holdouts y apuntó directo a la cabeza de esa jugada, el presidente de Adeba y titular del Macro, Jorge Brito. "Algunos aparecían como generosos. Para ser San Martín tenés que tener el coraje y la honestidad para decir las cosas como son", lo espetó. Se refería a lo que más temprano había explicado Kicillof sobre la posibilidad de pagar con ganancias de los ahorristas. "Así también yo soy generosa y pago", le retrucó.
Cristina volvió a referirse al fin de su mandato y le envió un dardo a Sergio Massa cuando sostuvo que no firmar un acuerdo implicaba beneficiar al próximo gobierno. "Para uno que me anda contando los días", disparó sobre la nueva campaña del líder del Frente Renovador. "Para mí sería muy fácil firmar y quedar como una reina, pero no podría dormir. Me siento con una responsabilidad ante la historia", remató hacia el final, para llevarse la ovación de la militancia, que cubrió tres patios de la Casa Rosada..
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