2014
Vendiendo
el último
jirón de juventud.
Enrique Guillermo Avogadro.
Abogado.
“¿Maquillando los ‘ya,’
para que parezcan...
‘todavía’?
Quino
Cada día, la repercusión y el apoyo a la marcha cívica
convocada para el jueves 13 de marzo en todo el país crecen a pasos
agigantados. Las razones para ello no pueden ser más obvias: la ciudadanía está
harta de tantos disparates y el país continúa hundiéndose en la ciénaga del
narcotráfico, con la inseguridad como subproducto más evidente, la inflación
galopante y, ahora, el fantasma del desempleo. Que todos esos males provengan
de la descarada y genocida corrupción del régimen que nos gobierna obliga a la
unificación de las consignas, para evitar la dispersión en los reclamos que
tanto afectó a las masivas manifestaciones del último año.
Las expresiones de la nerviosssha y chabacana
Presidente, en la cadena nacional del miércoles no dejan lugar a dudas. Una vez
más, identificó a su gobierno con la Patria, y denunció a una nueva sinarquía que,
al intentar destituirla, destruiría a la Nación misma. Reitero que, sin formar
parte de ningún complot, soy constitucionalmente destituyente, es decir,
pretendo que funcionen los mecanismos previstos en la Carta Magna para que esta
señora abandone su función, ante la manifiesta incapacidad para desempeñar la
función que la ley le encomienda, y la cuenta de esta fiesta la paguen ella y
sus cómplices de todo pelaje, pero desde la cárcel.
Se la volvió a ver, y a escuchar, con la belicosidad que sólo
puede provocar la certidumbre del aislamiento y de la soledad en que su
proyecto se debate; desde el atril, y entre otras barbaridades, “escrachó” otra
vez a varios particulares y, en especial, a Alfredo Coto, confirmando aquella
vieja máxima que reza: “Roma no paga traidores”.
La foto del
supermercadista, hace pocos meses, acompañando a la plana mayor del Gobierno en
el apriete a sus colegas, debe hoy ser motivo de llanto y arrepentimiento para
el empresario que, cómplice, pretendió navegar en las procelosas aguas del
oficialismo. La semana terminó con los militantes rentados (con dinero de la ex
SIDE) de Quebracho, con capuchas y palos, agrediendo a Shell y a otros comercios,
en un remedo de la Venezuela cotidiana.
En una sesgada lectura de dichos de Miguel Bein, uno de los
economistas más cercanos al Gobierno, y hablando sólo para sus incondicionales,
la Presidente intentó encontrar la ratificación de sus más absurdas teorías
conspirativas, olvidando que aquél, hoy asesor de Lancha Scioli,
también afirma que la Argentina entrará en recesión –o sea, estanflación- este
mismo año.
De la actitud de doña Cristina se desprende que, más allá de
las reflexiones que puede provocar su aceptación en el Frente Renovador,
encabezado por el ahora Diputado Sergio Massa, la deserción de Raúl Othacehé,
señor feudal y mafioso del Partido de Merlo, ha golpeado al kirchnerismo en su
costado más sensible, ya que confirma el alejamiento del PJ del Frente para la Qué,
que hoy sólo puede refugiarse en su núcleo más duro, es decir, en los “jóvenes
para la liberación” que, sin embargo y como bien señalara Jorge Asís,
son incapaces de llenar siquiera la Plaza de Mayo y deben recluirse en el
pequeño ámbito del Patio de las Palmeras.
La reacción de la Justicia, que ha puesto a funcionar su nariz
y que, con ella, ha detectado el olor a putrefacción que emana de la Casa
Rosada, se comprueba, finalmente, con el pedido de indagatoria a Guita-rritay
sus cómplices menores –los verdaderos autores esperarán, para recorrer el mismo
camino, el fin de ciclo- y con la imputación penal al Mudo Scocimarro
y a Abalito, que pasaron a engrosar la lista de funcionarios K que
terminarán en prisión, por mucho que haga el Gobierno para cubrir vacantes en
el fuero penal federal o para hacer desaparecer las pruebas, como hizo Giles Carbó
con la oficina del Fiscal Campagnoli; olvida que, más temprano que tarde, estos
mismos prohijados de hoy serán los primeros en volverse en su contra cuando su
poder haya desaparecido.
Por su parte, el lapidario y unánime informe de la Auditoría
General de la Nación –recuerde que está integrada por igual por opositores y
oficialistas- vuelve a poner sobre el tapete al escándalo de “Sueños
Compartidos” y a revolcar en el barro a la inefable Hebe de Bonafini y a los
hermanos Schoklender; la cerrada e increíble defensa que el Coqui hizo
de esos verdaderos próceres argentinos demuestra, a las claras, cuanta
complicidad indispensable hubo entre ellos y los funcionarios públicos que
debían controlar -y no compartir, como lo hicieron- las millonarias sumas
involucradas.
El nuevo índice de precios, ahora IPC-UN, que anunció el Bambino Kiciloff,
mal acompañado por los grandes falsificadores de las estadísticas oficiales
desde hace siete años, arrojó un aumento de 3,7% en enero con relación a
diciembre; esa confesión constituyó el último jirón que el Gobierno tuvo que
vender cuando la realidad se impuso, de mala manera y definitivamente, al “relato”.
Ese incremento, comparable a la inflación de algunos países vecinos para todo
el año, tendrá importantes consecuencias inmediatas. Repercutirá, sin dudas, en
las paritarias que se avecinan y en los índices de crecimiento del PBI, de la
recaudación impositiva y de la pobreza y la indigencia, pese a que el costo de
las canastas básica y familiar hayan dejado de publicarse.
Celebro que el Gobierno haya comenzado a sincerar la economía,
como ya lo había hecho con la devaluación y la suba enorme en las tasas de
interés, pero lamento que esta medida no haya sido acompañada de anuncios
concretos en materia de reducción del gasto público, o en corregir las
distorsiones en las tarifas y en los precios. Tampoco evitó que implicara una
nueva desmentida al ridículo Coqui, que tan suelto de cuerpo había
calificado como “un recontra-mamarracho” a la información
difundida desde el Congreso al respecto, que había dado 4,6% para el mismo
período.
Doña Cristina, que está aplicando el más ortodoxo de los
ajustes mientras finge encarnar una revolución, continuadora de la que
intentaron los “jóvenes idalistas”, en su agasajo en enero al
vetusto Fidel Castro en La Habana, olvidó que el régimen que todavía comanda el
barbado ha condenado a la más abyecta miseria a generaciones enteras de cubanos
y, sobre todo, el enorme daño que, en los 70’s, causó a nuestro país y a tantas
democracias latinoamericanas. Ahora, con el desmedido apoyo que el ex Twitterman brindó
al Pajarico Chiquiticoque, de gran destructor de la economía venezolana,
se ha convertido en un tirano, capaz de mandar a sus parapoliciales a asesinar
a estudiantes descontentos, terminó de sacarse su falsa careta de defensora de
los derechos humanos; éstos sólo valen para los amigos mientras que, a los “enemigos,
ni Justicia”. (¿Recuerda esta frase?)
La Presidente, aparentemente, se tomará una semana más de
vacaciones en “su lugar en el mundo”, para festejar su
cumpleaños; ruego a Dios, contra toda esperanza, que aproveche ese período para
reflexionar acerca de cómo será la página que ocupará en la historia de la
Argentina. Sólo depende de ella y, si cambia de políticas, de estilos y, sobre
todo, de colaboradores, convocando a los mejores de nosotros a la tarea de la
recuperación, no dudo que todos estaremos para acompañarla, sin que ello
implique olvido alguno por los hechos de corrupción y de enriquecimiento
inexplicable del pasado reciente.
BsAs, 16 Feb 14
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