2014
Absurdos
Miedos,
por
Enrique Guillermo Avogadro.
Abogado.
Si no hay justicia para el pueblo,
que no haya paz
para el gobierno”
Emiliano Zapata.
No voy a
extenderme demasiado sobre las nuevas medidas que Coqui y Bambino
anunciaron el viernes tan desprolijamente porque, como casi todos, ignoraré
hasta mañana, lunes, qué significan. Sólo diré, al respecto, que mientras no
exista confianza, ningún plan económico podrá tener éxito.
Asistí,
días atrás, a la proyección de “12 años de esclavitud”, una excelente película
que competirá por los Oscar próximamente. Al ver cómo trataba un plantador
sureño a sus esclavos negros, matándolos, violándolas y lacerando sus espaldas
a latigazos por cualquier motivo, me pregunté por qué éstos, que obviamente
superaban al explotador en número y fuerza física, jamás se rebelaban y
continuaban soportando la tortura para siempre. Muchos otros hechos históricos,
desde esta perspectiva, son igualmente llamativos.
Mi nota
de la pasada semana, en la que me declaré constitucionalmente destituyente y
propuse una rebelión fiscal –siguiendo el consejo que se puede ver en
provocó tanto aplausos como críticas, éstas
inclusive de muchos a los que considero afines en el pensamiento. Confieso que
me provocó incredulidad, toda vez que es un tema que he conversado con muchos
de ellos en el último tiempo. Llegué a la conclusión de que un absurdo miedo a
esa palabra –“destituyente”- es lo que impregna su accionar diario, al igual
que sucede con casi todos los dirigentes políticos, sindicales y empresariales;
la mayor prueba de ello fue la ausencia de De la Sota, Scioli y Massa en la
cumbre sindical de Mar del Plata.
Mi
asunción de una posición tan riesgosa se funda en los daños que implicará, para
la Argentina entera, que este nefasto régimen continúe destruyendo lo poco que
queda de la institucionalidad y, de un modo no menor, la economía. ¿Qué pasará
con el trigo, si doña Cristina sigue al mando dos años?
¿Y con la carne?
¿Tendremos que volver a comunicarnos por señales de humo porque los teléfonos
dejarán, finalmente, de funcionar?
Con una demanda creciente de energía y nulas
inversiones en generación y distribución, ¿el único negocio exitoso será la
fabricación de velas artesanales? En la medida en que la recaudación crece
menos que la inflación, por lo cual el Estado verá aumentar su déficit, ¿a
cuánto llegará la emisión de billetes? ¿Y si la desbocada “dispersión de
precios” se transformara en hiperinflación? Con los innecesarios y absurdos
pagos en efectivo de la deuda externa y con el misterioso levantamiento del
cepo, ¿en cuánto quedarán las reservas del Banco Central? ¿Cuánto más robarán
la Presidente, los funcionarios y sus cómplices? ¿Cuál será el nivel de
incremento del narcotráfico, apañado desde los estamentos más altos del poder?
Un gobierno desesperado por la proximidad de su explosivo final, con las
inevitables consecuencias sobre la banda de delincuentes que lo integran,
¿trepidará ante la posibilidad de hacerse con los ahorros privados en moneda
extranjera? ¿Qué pasará con los jueces y fiscales probos que quedan?
La
Presidente y sus corifeos se han llenado la boca, durante años, con el desafío
a sus críticos para que formaran un nuevo partido y ganaran elecciones; pues
bien, ambas cosas ya han sucedido y, si bien es altamente deseable que todos
respetemos los plazos constitucionales, debemos considerar que nos enfrentamos
a un régimen que jamás lo ha hecho. Es absurdo subir al ring a boxear con las
reglas del marqués de Queensberry, si enfrente tenemos a un luchador que está
dispuesto a pegar patadas, morder, golpear en cualquier sitio y, sobre todo,
que ha elegido al referí y a los periodistas deportivos.
Creo que
sostener, a esta altura de los acontecimientos, la pretensión de que doña
Cristina termine su mandato resulta absurda y, como digo, sumamente costosa. La
Presidente continúa ausente, a pesar del ridículo acto del miércoles en Casa
Rosada, y el viernes viajó a Cuba nadie sabe para qué y como si en la Argentina
no pasara nada.
Ya son vox populi todos los rumores que hablan
del deterioro psíquico que padece, y sus últimas apariciones públicas tienden a
confirmarlos.
Tengo para mí que el otro miedo que embarga el ánimo de todos los
que integran el plexo de pre-candidatos presidenciales es tener que enfrentar
las desastrosas consecuencias que producirá el sinceramiento de la economía, algo
que deberemos hacer –y pagar el costo- para salir de este buscado –y votado-
pantano en que nos hemos puesto.
Reconozco
que no es un tema menor, ya que el intencional deterioro de la educación hará
que muchos, tal vez millones, de nuestros conciudadanos imputen la
responsabilidad de esas consecuencias a quien ejerza la Presidencia en ese
momento, olvidando quiénes fueron los verdaderos culpables de la situación; que
eso pudiera hacer reverdecer la popularidad de la viuda de Kirchner, sin
embargo, me parece altamente improbable porque vi qué pasó con la de Carlos
Menem.
Un tema
que ha sido poco considerado es la permanente queja que hacen los opositores
respecto a la utilización del “relato” por el Gobierno. Esa posición resulta,
al menos, curiosa porque ellos fueron los primeros en “comprarlo” en todo lo
que tuvo que ver con la represión del terrorismo; me refiero, por ejemplo, a la
instauración de la cifra de 30.000 desaparecidos como dogma, hoy negada hasta
por los mismos guerrilleros, a la persecución sin tasa ni medida a los
militares y a la celebrada conversión del tema en un enorme negocio. Los
militares presos, invocando la nunca probada –en términos jurídicos- comisión
de delitos de lesa humanidad, se les han negado todos los derechos humanos y constitucionales, incluidos los principios de inocencia y legalidad, de defensa y la prisión
domiciliaria para los mayores de setenta años que no puedan poner en peligro
las pruebas ni estén en capacidad de fugarse; para comprobarlo, basta con ver
este video: http://tinyurl.com/ks37wrn.
El Frente
para la Victoria (de otros) ha perdido la batalla que convirtió en la madre de
ellas durante años: el grupo Clarín ha visto aprobado por el AFSCA su plan de reestructuración
sin resignar nada de su poder de fuego.
Si bien lo hizo para justificar una
conducta similar respecto Cristobal Timba López, que adquirió
los medios del grupo Hadad (Radio 10 y C5N, entre otros) en violación flagrante
a los dictados de la Ley de Medios Audiovisuales, y seguramente preparando
alguna maniobra similar con Telefé, la realidad es que el Gobierno, que empeñó en
esa lucha todos los medios posibles, no consiguió, siquiera, derrotar a
Magnetto.
Para
concluir, seré autorreferencial; dije, la semana pasada: “Resulta claro que
todas las variables económicas se han salido de madre, por obra y gracia de una
Presidente ausente y de un grupo de cretinos incapaces y groucho-marxistas (tan
torpes que ni siquiera pudieron ejecutar las nefastas políticas del Foro de San
Pablo), además de extremadamente dañinos, a los que aquélla ha puesto a manejar
el país”. Lamento que esa afirmación se haya visto tan pronto confirmada.
Cachi, 26
Ene 13
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado .
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