2013
¿El
Frente
para
la qué?
Por :
Enrique Guillermo Avogadro.
Abogado
Tel.en Bs.As.
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+ 54 (11) 4807
4401/02
Te vas porque yo quiero
que te vayas,
a la hora que yo quiera
te detengo,
yo sé que mi cariño
te hace falta,
porque, quieras o no,
yo soy tu dueño”.
Hoy, esta
estrofa de “La media vuelta”, el lindísimo bolero que cantó Luis Miguel, podría
firmarla, mal que le pese a doña Cristina, más del 75% de los argentinos, según
ya nos informan los encuestadores que, unánimemente, informan de un triunfo de
los opositores –en especial Massa, en la esencial Provincia de Buenos Aires-
que duplicará las marcas exhibidas en agosto. Un punto a considerar es qué
significaría, entonces, la frase “a
la hora que yo quiera te detengo”,pues podría adquirir el ritmo de cumbia
tumbera y perfume carcelario.
Más allá de
sus antecedentes de discursos de izquierda y robos personales, la desesperación
ha cundido en Olivos y sus alrededores, y han llevado al Frente para la
Victoria a exhibir su costado más esquizofrénico, pero no menos rapaz. ¿De qué
otro modo podrían calificarse sus últimas actitudes? Recordemos: Insaurralde
dijo que había que bajar la edad de imputabilidad de los menores; Kunkel y Araña Conti lo mataron, Cristina y
Scioli lo dejaron solo y, con seguridad, todos le pasarán la factura de la
derrota electoral.
Scioli,
finalmente, entregó a Casal y nombró Ministro de Seguridad a Alejandro CowboyGranados; el Perro Verbitsky y su CELS y La Cámpora
salieron a matarlo. Galuccio, pese a que reconoció la existencia de la crisis
energética, y Berni, cuando dijo que la inseguridad no era una sensación,
fueron ignorados y desmentidos; no los crucificaron por ser imprescindibles, al
menos por el momento. Echegaray, después de regalarle un Audi A1 a su querida
hijita, se contradijo a sí mismo aumentando los mínimos de los monotributistas.
Milagro Sala y Kunkel abjuran de su kirchnerismo. El groucho-marxista Kiciloff subsidia a los más ricos sus
viajes y sus autos; y así hasta el infinito.
Como
dijo Carlos Pagni el jueves, la Presidente parece haberse resignado a la
derrota, pero pretende conservar un 20% -su núcleo duro e irreductible- para
soñar con un futuro menos incierto, reteniendo una cuota importante de poder;
sin embargo, debería alguien informar a la señora que, como los granos de
arena, éste se le está yendo rápidamente entre los dedos. El cielo está poblado
de gente saltando hacia el Tigre, antes que Kolynos Massa haya ganado siquiera una
elección; ese dato permite imaginar qué sucederá después del 27 de octubre.
Antes
de que la derrota se transforme en un decaimiento general en la “escribanía
parlamentaria”, el cristinismo está consumando dos grandes estafas a los
argentinos. La primera se tradujo en la adjudicación a Ferreyra (Electroingeniería),
de las represas Cepernik y Kirchner, en Santa Cruz; se trata del terrorista que
compartió, y seguramente compartirá, una celda con elBis-Chino Zannini una celda en Córdoba por
su participación en actividades terroristas (¡curiosa evolución la de estos
“jóvenes idealistas”!). Ferreyra,
seguramente, subcontratará a Lázaro Báez que, por impresentable, no pudo ser
elegido directamente. Las represas no son prioritarias, su energía resultará
carísima, y nuestros nietos deberán pagar por ellas.
La
segunda consiste en que, manipulando las cifras del Indec en cuanto al
inexistente crecimiento de nuestra economía, y tal como lo había dicho desde
esta misma columna, Argentina deberá pagar entre 2014 y 2015 la increíble cifra
de US$ 11.500 millones a quienes compraron bonos de deuda atados, precisamente,
a ese crecimiento. Me permitiré formular, otra vez, la pregunta más obvia: si
todos los informes de los organismos y centros de estudios internacionales
están convencidos que nuestro país no crecerá, ¿quién puede haber comprado esos
bonos si no estuviera en condiciones de falsear las estadísticas? Esta semana,
después de pagar en Bonar, las reservas nominales cayeron a US$ 35.000
millones; esa cifra da una idea de la catástrofe que producirá este nuevo robo.
Alguien
muy cercano me ha reprochado, en estos días, que me limito a actuar como
cronista de los hechos y, eventualmente, a proponer soluciones para los
problemas nacionales, sin comprometer mi opinión a favor de algún candidato en
especial, presumiendo que es mi obligación hacerlo. Mi respuesta ha sido
siempre idéntica: no estoy dispuesto a seguir un nombre, y sólo lo haré cuando
quienes pujan por hacerse con el poder nos informen qué quieren hacer con él;
por ahora, también, imito a Churchill cuando le preguntaron por qué se asociaba
a Stalin y respondió que, para terminar con Hitler, estaba dispuesto a
abrazarse al mismo Diablo.
La
próxima semana, si esta calma que preanuncia tormentas continúa, me explayaré
sobre el tema de la Justicia, que merece una reforma substancial, sin por ello
perder la independencia que, como uno de los poderes del Estado, la
Constitución establece.
ientras
tanto, a seguir rezando a Dios, cualquiera sea el nombre con que lo llamemos,
que la señora Presidente no siga haciendo de las suyas, la mediquen bien y le
quiten el acceso a TwitterPortimão, 15 Sep 13
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