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miércoles, 11 de diciembre de 2013

LEGADO


2013


SAQUEOS:
EL LEGADO
DE LA 
“DÉCADA
GANADA”.

Por :

Ernesto Bobek Caceres.
 Abogado (Justa Causa)
   ebobek@fibertel.com.ar

Mientras se maneja desde la mentira del populismo y la más desembozada corrupción, el gobierno gambetea responsabilidades ridiculizando a algunos y apuntando a otros desde el insoportable 6, 7, 8 y toda su enorme cadena de medios, la más grande y poderosa en la historia de nuestro país. Pocos se atreven a decir la verdad. El resto, o cobra por hablar a favor, o cuanto menos para callar y mirar hacia otro lado.
Diez años de mentira y corrupción no pasan inadvertidos para la sociedad, pese a que lograron quebrarla, dividirla y parcialmente comprarla. En esta categoría entran desde los empresarios que viven del Estado, hasta los que perciben un injustificado subsidio sin que se les exija ni brinden una mínima contraprestación a cambio.
También se destruyó la educación en todos sus niveles. 

Con planes de estudio arcaicos y de cumplimiento imposible, a los que se suman amotinamientos de estudiantes politizados y cargados de inusual violencia contra políticas educativas votadas democráticamente deviene muy complejo educar y educarse. Se pretende imponer engendros políticos a los planes de estudio. 
Por un lado van contra nuestras tradiciones democráticas y republicanas. Y por otro, tal vez más grave desde el punto de vista de la eficacia, esas nefastas prácticas nos alejan del saber y del conocimiento útil y actualizado que se mide con estándares internacionales. En esos estándares tocamos fondo. 
El propio Sileoni, ministro de contraeducación, reconoció sus culpas. 
Falta su renuncia ministro.
Y este gobierno que parece necesitar de un pueblo ignorante, sumiso y expectante de dádivas para mantenerse en el poder, ha tenido su mejor soporte en la mayoría de la oposición. Esos opositores que son férreos críticos del gobierno pero votan todas las leyes que el oficialismo necesita aún a costa de la salud y bienes de los ciudadanos. Si hacemos un conteo de quién votó qué cosa, muchos opositores a quienes la gente apoyó como alternativa deberían irse del país. 
Si analizamos quiénes votaron recientemente los $ 6.000.- por mes para detenidos en la dictadura, que ya fueron indemnizados antes, mientras los jubilados siguen percibiendo $ 2.400.- mensuales merced al incumplido fallo Badaro de la Suprema Corte, más de uno va a enloquecer.
No terminamos con un escándalo y salta otro: Shocklender, el ferricidio de Once, las mentiras del Indec, las amenazas de Moreno, Ciccone, el saqueo de las reservas para política partidaria, YPF y los 5 mil millones de dólares de indemnización, Aerolíneas Argentinas y su vergonzosa cantidad de empleados, narcotráfico liberado, los cepos que destrozaron la producción. 
Y la inflación.
 Inflación que no aflojó jamás en crecimiento. 
Sí aflojó los bolsillos y trituró el ánimo y las ganas de crecer de los argentinos.
Y como no podía ser de otra forma, 10 años de pérdida de valores como la honestidad, el trabajo, la responsabilidad y el sacrificio para superarse equivalen a condenar a las generaciones venideras. Valga decirlo, ya veníamos mal aún durante los 30 años de democracia, desde el “no pudimos, no quisimos o no supimos” de Alfonsín que nos sumió en la hiperinflación más grande de nuestra historia, sumado el menemato, la Alianza y otros personajes que portazo más, helicóptero menos, nos fueron enterrando.
Pero el actual gobierno, al que tras diez años le quedan dos más en el poder, ha superado las desgracias de gestiones pretéritas. 
Mientras el hambre y la miseria campean por todo el país, cuando las villas miseria crecen en forma constante, hay toda una generación de funcionarios y empleados oficialistas que pese a su incompetencia o falta de preparación acceden a sueldos no acordes a su capacidad, ni a la necesidad de cubrir cargos que no debieran existir. 
Ni hablar del inexplicable crecimiento patrimonial que surge de las declaraciones juradas de funcionarios y amigos del poder.
Para cerrar el circuito, pretendieron cercenar aún más la independencia de la Justicia. 
Por ahora no lo lograron, pero la procuradora Gils Carbó y toda la “Justicia Legítima” lo seguirá intentando. 
¿Llegará el día en que sea citada a explicar cómo nombra fiscales sin concurso, -a dedo- para causas específicas donde están comprometidos funcionarios del oficialismo, o por perseguir políticamente a fiscales por cumplir con su deber?
No se podía descartar una explosión como la ocurrida en los cuadros policiales de varias provincias. 
Cuando comenzó el conflicto en Córdoba, desde el gobierno le pasaron la factura a de la Sota que en modo alguno era ajeno a parte del problema. Pero luego se produjo un efecto dominó, y ya casi no hay provincia donde su policía no reclame mejoras salariales con autoacuartelamiento, zonas liberadas y ya varios muertos. El gobierno siguió señalando acá y allá, hasta que el desastre llegó al Chaco. 
Se le quemaron las naves a Capitanich. 
De momento se movía con soltura merced al diálogo matutino con el periodismo. Inconsistente y sin respuestas a los problemas, como está a la vista, pero al menos ponía la cara.

Y mientras continúan las escenas de violencia en el interior del país, en la Plaza de Mayo prosiguió el espectáculo musical programado por los 30 años de democracia y hasta bailó al compás de tamboriles.

Ahora tenemos un enorme problema donde los propios vecinos saquean locales comerciales de donde eran clientes; también domicilios particulares. 
Todo a cara descubierta.
Esta nueva sensación de impunidad de sectores sociales parcial o totalmente postergados abre un interrogante enorme acerca de la verdadera dimensión y posibilidad de solución del conflicto. Emitiendo y generando más inflación es sencillo pero durará poco. 
Tal vez, -y no hay muchas esperanzas- haya llegado el momento en que se den cuenta quienes gobiernan que hay que reducir el gasto público, sobre todo el inútil, o sea mínimamente el 50 %.

CABA, martes 10 de diciembre de 2013.

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