SUSPICACIA.

Los medios hablan de una pelea entre los hermanos Sergio y Pablo Schoklender “por la plata de las Madres”. Craso error: ese dinero no es de las Madres, que no producen renta, ya que son una organización de "defensa" de los "Derechos Humanos(*)".
En cambio, una fundación creada por Las Madres administra y gasta dinero que les llega bajo la forma de subsidios públicos, aportados por el Gobierno. Como el Gobierno tampoco genera riqueza, esos fondos forman parte de lo que tributamos los habitantes de este país.

Los hermanos en cuestión se pelearon por el manejo de ese dinero, el que permite darse algunos lujos como los de Sergio Schoklender, que incluyen una “casa delirante” -él mismo así la define- con 19 habitaciones y 14 baños, algunos Audis, viajes en jets privados, frecuentes visitas al Casino de Puerto Madero y suites/pisos especiales en lujosos hoteles, etc.
Agregando este aclarado destino de parte de nuestros abultados impuestos a los ya repartidos 7.500 millones de U$S en concepto de "reparación" por la ley 24.043 y afines, a otros 30.000(¿?) destinatarios, me despierta suspicacias si estos derechos no serán fundamentalmente un gran negocio. 

(*) Aun no conseguí imaginar en que otro ámbito fuera del "humano" tiene vigencia el concepto de "derecho".