Nota N°957.-
Viejos Fantasmas.
Por :
Enrique Guillermo Avogadro.
“La intolerancia, la estupidez y el fanatismo
pueden combatirse por separado,
pero cuando se juntan no hay esperanza”.
Albert Camus.
Los argentinos somos, tristemente en muchos aspectos y, en otros, de manera positiva, algo excepcional en el mundo, sobre todo en lo que a la política se refiere. Hablemos sólo de las últimas dos décadas, cuando nos dimos el lujo de convalidar, con nuestro voto, esquemas de gobierno por completo irracionales. ¿No tuvimos una fórmula presidencial en la cual la jefatura del Estado estaba, en realidad, en manos de una Vicepresidente que, por tuit, designó a un títere para encabezarla?
En 2023 elegimos a un curioso personaje porque
supo interpretar como nadie la sensación de
hartazgo que impregnaba a la sociedad. Sabíamos
que llegaría absolutamente solo, sin partido, sin
gobernadores ni legisladores propios, pero no que
diseñaría este singular dispositivo, en el que todas l
as decisiones no económicas pasan por la extraña
dupla que lo acompaña en el “triángulo de hierro”.
La todopoderosa hermana Karina, la “Jefa” del
Presidente, carece formación cultural y de
experiencia política, y el joven asesor multipropósito
Santiago Caputo no es funcionario público sino que,
aparentemente, se desempeña en una empresa
privada.
Sin embargo, las órdenes que emite el dúo, siempre
respaldadas sin fisuras por Milei, deben ser
obedecidas a rajatabla, so pena de eyección
inmediata.
Esto sería irrelevante si no fuera porque la política
tiene una enorme repercusión sobre la economía,
sobre todo en la percepción que de ésta tienen los
inversores propios y externos y, por ello, en sus
expectativas para el futuro.
Resulta imposible no comparar las actitudes del
Presidente y su tropa de cibernautas agresivos con
la infame persecución que desataron los Kirchner
contra la prensa, la Justicia y, en general, contra
todos aquéllos que se atrevieron a formular críticas
o denuncias de la rampante corrupción que
habían convertido en la razón de ser de su proyecto
político.
Y el decreto de Milei que, disfrazado de mera
reglamentación, pretende limitar los alcances de la
ley de acceso a la información pública, va en ese
sentido, marcando una fuerte, e inaceptable, deriva
autoritaria.
Espero que reflexione y deje de ser la imagen
invertida de ese kirchnerismo que tanto daño le hizo
a la república liberal que dice admirar.
Muy a mi pesar, y después de tantos años de
escribir
estas columnas semanales, debo reconocer que me
hubiera gustado ser un “esbirro” y
un “ensobrado”, pero nunca conseguí que alguien se
mostrara dispuesto a pagarme por encubrir, con mi
firma, sus propias opiniones.
Así, nada me compensará cuando las populosas
tribus de trolls oficialistas comiencen a destrozarme,
algo que sin duda ya hubiera sucedido si tuvieran
tiempo para dedicar su atención a tan insignificante
ciudadano de a pie.
De todas maneras, la popularidad que concita Milei
continuará firme mientras se sigan develando las
atrocidades que cometieron, ebrios de poder, sus
antecesores en el Gobierno. Más allá de la nueva
temporada que estrenó la novela turca prostibularia
que cuenta con la participación estelar de
Alberto Caracol Fernández, que seguirá atrayendo multitudes mientras surjan nuevos nombres de féminas comparsas, el sincericidio de Martín Guzmán al confirmar cuánto se extendió la letal “cuareterna” buscando beneficios políticos, ya derivó en una imputación penal al ex Presidente formulada por el implacable Fiscal Carlos Stornelli y se convirtió en otra lápida superpuesta sobre la tumba del kirchnerismo.
Desde el basural a cielo abierto de nuestra historia
resurgió el jueves uno de sus más siniestros
actores,
Mario Firmenich, un cobarde asesino serial y
entregador de sus propios seguidores, que bañó en sangre inocente la década de los 70’s. Lo hizo desde
Managua, donde funge de asesor de Daniel Ortega,
el tirano que logró instaurar en su país el mismo
proyecto demencial que aquí proponían Montoneros
y otras organizaciones terroristas. Sin pudor alguno,
el resucitado anunció una conferencia (frustrada)
para sugerir que ahora estamos en circunstancias
políticas y económicas que revalidan y justifican sus
viejas consignas, las mismas que Mao Zedong
inmortalizó diciendo
“El poder surge de la boca de un fusil”.
Basta recordar que Mario Roberto Santucho, líder
del ERP, confesó que, de tomar el poder, fusilarían a
un millón de argentinos.
Esta sociedad hipócrita hoy finge no recordar cómo,
aterrada, golpeó las puertas de los cuarteles para
que los militares terminaran con el horrendo festival
de bombas, secuestros y atentados de todo tipo que
celebraban en nuestras calles estos “jóvenes
idealistas” durante el gobierno democrático de Juan
e Isabel Perón, porque querían convertir a nuestro
país en otra Cuba, como son ya Nicaragua y
Venezuela.
Con ciego cinismo, y porque los ha elegido como
chivos expiatorios de una culpa social, mira para
otro lado mientras quienes obedecieron las órdenes
del Ejecutivo de entonces mueren, como conejos, en
cárceles de todo el país.
En cuanto a Aerolíneas Argentinas, sugiero que se
pregunte a la sociedad, en un referéndum, su
opinión sobre el tema.
Con los paros salvajes que disparan casi a diario
(otro, ayer mismo) los múltiples sindicatos de
“Su (de ellos) Compañía” que a tantos ciudadanos
perjudican, no tengo duda alguna de que Milei
recibiría carta blanca para cerrarla de una buena vez
o venderla y terminar con las extorsiones de estos
energúmenos y carísimos gremialistas.
Bs.As., 7 de septiembre de 2024.-
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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