LA NACION.
Golpes en Olivos .
El lado B de los días más violentos:
el esfuerzo por tapar las visitas prohibidas,
vacunas que no llegaban y la interna con Cristina.
Fabiola Yañez denunció una sucesión de patadas, trompadas y otros golpes entre el 10 y el 12 de agosto de 2021, mientras aparecían las primeras denuncias por reuniones en la Quinta en cuarentena y se acercaban las elecciones
“Ella” es la ex-modelo Sofía Pacchi, según declaró la semana pasada Yañez. Por entonces ya se sabía que había sido una visitante asidua de Olivos durante la pandemia, con 79 entradas registradas en total; algunas, acompañada por un empresario taiwanés que presentaban como su novio y buscaba negocios con el Estado. Los días previos al 12, la revelación de las listas de ingresos a la quinta durante 2020, cuando la cuarentena impuesta por Fernández a la población era estricta, era el nuevo problema que afrontaba un gobierno atravesado por la interna con Cristina Kirchner y la escasez de vacunas (segunda dosis) contra el coronavirus.
La filtración había sido motivo incluso de una denuncia penal. El 29 de julio de 2021, Yamil Santoro, dirigente de Republicanos Unidos, hizo una presentación en los tribunales contra Fernández y contra Pacchi por violación a la cuarentena (fue la denuncia que motivó la causa que Fernández y Yañez terminaron cerrando con una “reparación” de tres millones de pesos). “Tendrán que explicar en la Justicia qué hacían”, dijo Santoro ese día. En aquel momento Pacchi era presentada como amiga de Yañez y colaboradora.
El 31 de agosto de 2020 había sido designada empleada en la planta permanente de la Secretaría General de la Presidencia.
El entonces jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, fue vocero de la defensa de la pureza de las visitas a Olivos. El 1° de agosto dijo que eran reuniones de trabajo. “Se habló de otra cosa durante la semana, de un modo totalmente denigrante hacia una compañera de trabajo [por Pacchi], hacia la figura del Presidente y de la primera dama”, afirmó. En las redes sociales explotaba el tema de las visitas de mujeres al Presidente. Según Cafiero, eran críticas motorizadas por la oposición “con una carga de odio y misoginia que forma parte de las derechas reaccionarias antidemocráticas que crecen en el mundo”.
Eran tiempos en las que los diarios todavía informaban cada día el número de muertos por Covid-19 y no llegaban las segundas dosis de la Sputnik. Las restricciones se habían flexibilizado, pero quedaban argentinos varados por el mundo y la variante Delta del coronavirus acechaba, con las elecciones de medio término ya muy cerca (serían el 12 de septiembre) y la imagen del Presidente en caída. Los analistas políticos hablaban de un clima de “hartazgo” en la sociedad, alimentado por la revelación de los encuentros sociales en Olivos en medio de “la cuarentena más larga del mundo”.
El 10 de agosto de 2021, Fernández nombró a Jorge Taiana como ministro de Defensa, en lo que fue leído como un gesto hacia Cristina Kirchner, porque se trataba de un dirigente cercano a ella. Ese mismo día hizo otro cambio en su Gabinete: Juan Zabaleta, intendente de Hurlingham, quedó al frente de Desarrollo Social, en reemplazo de Daniel Arroyo. Ese nombramiento le permitió a La Cámpora hacerse de un municipio, porque dejó al frente de Hurlingham al camporista Damián Selci.
Fernández buscaba recuperar la imagen de presidente fuerte y negaba que el cambio de Taiana se lo hubiera impuesto Cristina Kirchner, que había anunciado que ese 13 de agosto irrumpiría con un acto electoral en Lomas de Zamora, el primero de ella en esa campaña.
La revelación
El diálogo por WhatsApp que hoy, tres años más tarde, sacó a la luz uno de los escándalos políticos más grandes que se recuerden, empezó el 12 de agosto de 2021, horas después de conocida la foto de la fiesta de Olivos.
“Mi querida Fabiola”
El 13 de agosto de 2021 Fernández habló por primera vez de la fiesta de Olivos, después de que el 11 de agosto había dicho, en alusión a las denuncias de reuniones durante la cuarentena, que “no había tales reuniones”. El 13 dijo: “El 14 de julio [de 2020] mi querida Fabiola convocó a una reunión, a un brindis, que no debió haberse hecho. Me doy cuenta que no debió haberse hecho y lamento que haya ocurrido”, dijo. Esa mañana –que según los chats de Yañez, fue la posterior a las patadas en la panza–, el especialista en comunicación Juan Courel entró a la quinta a las 9.49. También estuvieron Ritacco, Vitobello y Gustavo Beliz. Y Biondi, que pasó en Olivos casi todo el día, desde las 10.24 hasta las 21.48. Fernández y Yañez, junto con el excanciller Felipe Solá, recibieron esa noche al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, que se fue a las 0.16 del 14 de agosto.Ese día, la pareja presidencial viajó a Iguazú, Misiones, provincia en la que Yañez tiene familiares. Cantero retomó el diálogo con ella. Le preguntó cómo estaba todo en Iguazú y la entonces primera dama le contestó que había salido “todo perfecto”. Y sin alusiones a la charla sobre los golpes, Yañez le dijo: “Alberto rumbo a Buenos Aires y yo llegando a Posadas. Me quedo acá”. Horas después se conoció una foto de Yañez con la mano en la panza. “Voy a ser tía?”, le preguntó por la noche Cantero. Yañez estaba embarazada, pero todavía no se iba a confirmar oficialmente.
Un mes más tarde, el oficialismo perdió las primarias legislativas. La oposición le ganó en Buenos Aires y otras 14 provincias. Según la declaración de Yañez, empezó entonces otro infierno para ella, que contó que con la fiesta de Olivos como argumento, Fernández y su entorno la culparon de esa derrota.
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